💞Quince.💞

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La noche del 25 de diciembre siendo las 21 horas, nos encontrábamos sentados en una exclusiva mesa del N

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La noche del 25 de diciembre siendo las 21 horas, nos encontrábamos sentados en una exclusiva mesa del N. Grill, un restaurante francés localizado en la parte más alta de la Torre de Seúl. Una cita para dos se había convertido en una de tres, pues frente a mí al otro lado de la mesa se hallaba Nam, el mejor amigo de mi chico. Sinceramente no es que me hacía especial gracia tenerlo frente a mí, pues no me caía realmente bien, y Jin lo sabía de primera mano. El chico todo el tiempo tenía la vista hacia la mesa, cuando me hablaba (muy de vez en cuando) no me miraba a los ojos, más bien los apartaba. Pero en cuanto se dirigía a mi novio, lo hacía mirándolo a los ojos, directamente. Mi incomodidad era palpable, pues no había parado de expresarlo a través de mis facciones. Jin se había dado cuenta. La velada que para mí hubiese sido una de las mejores, se había visto empañada con la sola presencia del chico, líder y perpetrador de las bromas, del acoso del que había sido víctima tiempo atrás, y siendo la última la más grave, casi costándonos nuestras vidas. La mía y de la Jin. Mientras comíamos los aperitivos, sentí un nudo en la garganta, y la comida apetecible a la vista, una vez dentro de mi boca se hacía prácticamente vomitivo.

Claramente era consciente de que Nam se había percatado de mi inconformidad por su presencia ¡se supone que es un cita! ¿Qué demonios hace aquí? Me levanté de la mesa, arrojando la servilleta de tela sobre la mesa. Caminé hasta los lavabos, pero antes de que pudiese entrar Jin me detuvo, pues para ese entonces aun llevaba escayolada la zona de mi tobillo, y caminar con las muletas me hacía prácticamente una lenta.

—Sibyl, no te enfades ¡por favor!

— ¿Qué no me enfade? ¿Qué no me enfade? —Rei con sorna— ¿te has escuchado? Se supone que era nuestra noche, nuestra primera cita de manera oficial y tú lo has traído ¿para qué? Sabes muy bien que no me simpatiza —espeté pues cada vez mi mal humor iba en aumento.

—Para celebrar —me miró de manera inocente como si la cosa no fuese con él—los tres estamos dentro de SKY.

—Me importa un...—me acalló con un beso.

— ¡Por favor! Los dos sois las personas más importantes para mí —dijo en cuanto se hubo separado de mí—. Además no te preocupes, él se irá enseguida —me sonrió con esa sonrisa que hacía que todo mi cuerpo se reblandeciera y me convirtiera casi, casi en una especie de gelatina. Lo hacía porque sabía perfectamente los estragos que hacia conmigo con esa simple sonrisa—y tendremos todo el resto de la velada para nosotros dos —levantó la mano derecha y dijo— ¡Te lo prometo!

Suspiré totalmente resignada para después mirar por encima de su hombro, su amigo se encontraba sentado mirando en nuestra dirección, pero en cuanto tuvo mis orbes encima de él, apartó la vista, dirigiéndola hacia otro punto del lugar. Y mientras nos dirigíamos a nuestra mesa susurro muy cerca de mi oído "déjame decirte que él es totalmente diferente a como piensas que es".

Ciertamente el ambiente se tinto de otros aires, decidí darle una especie de oportunidad a su amigo. Vi cómo se relajaba y empezaba a hablar más amenamente, yo seguía suspicazmente cada uno de sus movimientos. Definitivamente no me fiaba de él.

Hasta que llegaste tú.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora