💞Cuatro.💞

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Desde el pequeño y accidentado encuentro en la biblioteca, Tae y yo nos volvimos casi prácticamente inseparables

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Desde el pequeño y accidentado encuentro en la biblioteca, Tae y yo nos volvimos casi prácticamente inseparables. Todos los recreos nos sentábamos en la cafetería a tomar de nuestro almuerzo, así como las comidas y cenas.

 Y normalmente me acompañaba a casa, así mismo pasaba todas las mañanas por mi edificio a esperarme para ir juntos al instituto, pues él vivía a tan solo dos manzanas de mi casa.

Mi rutina consistía en ir a tres o cuatros pasos detrás de él, mientras este se distraía con cada escaparate de alguna tienda o cafetería, saludando con sus manos de manera efusiva a través de la ventana a la gente que se encontraba dentro. Muchas veces aquella actitud me avergonzaba, pues actuaba tan infantil, tan hiperactivo a pesar de tener 17, bueno 18 si hablábamos de la edad coreana. Aun así a pesar de su actitud infantil cuando se trataba de ponerse serio ante las circunstancias cambiaba el semblante y su voz se hacía más grave de lo normal. ¿Acaso se podía ser más adorable? Me preguntaba cada día que pasaba tiempo a su lado.

Ya había pasado varios días desde que fui víctima de la "calurosa" bienvenida por parte de aquel grupito de chicos, desde entonces no supe más de ellos, incluso no me los encontraba por ningún sitio, salvo a Jin, quien era mi compañero de clases en algunas asignaturas. Manteníamos las distancias, sabía que era lo mejor.

Normalmente cuando terminábamos la comida, Tae y yo íbamos a la biblioteca a estudiar, era nuestro último curso, por lo tanto debíamos esforzarnos al máximo, pues las pruebas para el acceso a la universidad en Corea de Sur suelen ser muy duras.

— ¡Maldición! ¿Cómo se resuelven estas ecuaciones? —bufó realmente estresado—. En serio, para que me hacen falta las matemáticas si voy a ser actor —afirmó confiado.

Tomé el libro de texto y con la punta del lápiz hice un breve repaso a los ejercicios. A continuación miré a Tae al tiempo que negaba con mi cabeza. Busqué una papel en blanco y en ella reproduje los ejercicios para después terminar resolviéndolos.

—Lo tuyo no son las matemáticas ¿no? —le di un leve golpe en la frente con la base de la palma de mi mano— ¡son fáciles! Además jovencito aunque vaya dedicarse al espectáculo debe saber algo de números ¿no?

Tae hizo una mueca al tiempo que rodaba los ojos. A continuación se relamió los labios, logrando incomodarme.

—Y bueno a ti no se te da bien la literatura coreana ni nada que tenga que ver con letras. —Me miró de reojo mientras sonreía de lado con malicia.

—Eso no es tu asunto —repliqué—. Además para lo que voy a estudiar no voy a necesitar saber mucho de letras ¿no?

Él se terminó riendo de mí a carcajadas, pues había utilizado su misma excusa. Me sentí realmente patética.

—Sibyl, Sibyl, debes ser más original —dijo entre risas, pero inmediatamente enmudeció y señaló con su lápiz en dirección a las estanterías de los libros— ¡eh, mira es SeokJin! Y no sé si te has dado cuenta, pero nos está mirando por el rabillo del ojo, es que se piensa que no nos vamos a dar cuenta. —Resopló molesto.

Hasta que llegaste tú.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora