Cómo si me estuviera ahogando y necesitara una bocanada de aire, me desperté tratando de inhalar oxígeno. Lo primero que vi en cuanto recuperé el conocimiento, fue que tenía cubierta la boca con cinta adhesiva y me hallaba sentada en una esquina de los asientos traseros de un coche. Lo segundo que vi fue cinco pares de ojos mirándome atentamente. Con la luz de interior los detallé más detenidamente. Llevaban unos gorros negros, todos vestían chupas de color negro así mismo sus pantalones vaqueros eran del mismo color. Sus rostros iban cubiertos por un cubre bocas. Lo único seguro era, que eran jóvenes.
El conductor en cuanto hubo visto que había recobrado la consciencia, puso el contacto y con ello en marcha el automóvil. El copiloto por el contrario, siguió mirándome profundamente durante todo el tiempo que duró el trayecto. Por otro lado, los otros dos chicos lo cuales estaban sentados junto a mí en los asientos continuos, quitaron su mirada de mi y la enfocaron hacia el frente, y el último chico detrás de nuestros asientos se entretuvo con su teléfono móvil. Sus miradas iniciales realmente consiguieron intimidarme por lo que me agazapé aún más en la esquina de los asientos traseros.
Rápidamente, agaché la cabeza, desviando mi mirada hacia mi abrigo. Abrí los ojos y emití un quejido suave cuando lo vi manchado de sangre, y como si la imagen se tratase de un interruptor, el dolor apareció inmediatamente sobre la zona de mi labio superior, pómulo izquierdo y la punta de mi nariz. Además del dolor físico, estaba tan aterrada que un dolor agudo en mi estómago hizo acto de presencia, subiendo hasta mi pecho y alojándose ahí, dándome una sensación punzante y extenuante como consecuencia empecé a notar una falta de aire, así como unas ganas irrefrenables de vomitar.
Mamá, papá, Jin, Hobi, Tae, Eliette, mi abuela; las imágenes de sus sonrisas vinieron a mi mente. En ese preciso instante, sólo deseaba estar con ellos. El miedo a no volver a verlos me hizo llorar en silencio. Nada tenía sentido ¿Cuál sería mi destino? ¿Me matarían? A pesar de las infinitas preguntas que se me cruzaban por la mente, me alenté a ser valiente. Si iba a salir de ahí era necesario serlo. De modo que, alcé mi vista y miré a través del cristal, tratando de quedarme con el máximo de los detalles o conseguir saber dónde me hallaba, pero fue inútil, ya que nada de lo que se extendía afuera en la calle, me era conocido.
Mientras miraba por la ventana, el coche paró en seco, haciéndome mover hacia delante y golpeándome contra el asiento delantero del conductor. Después las puertas se abrieron, bajándose cada uno de ellos. Uno de ellos tiró de mi brazo hacia afuera mientras yo trataba de aferrarme a los asientos de dentro del coche, fue en vano, ya que en fuerzas era superior a mí. Terminó prácticamente arrastrándome fuera del coche. Una vez fuera el viento golpeó de lleno mi rostro, haciendo bailar mis cabellos. El silbido del viento también le daban un aspecto tétrico al lugar, que por la estructura de los edificios deduje que nos encontrábamos en algún barrio de la periferia de Seúl.
Me empujaron hacia dentro de una vivienda de planta baja aun habitable. Uno de los chicos era bastante alto con diferencia al resto, por su actitud entendí que sería el líder del grupo, pues prácticamente era el que daba las indicaciones. Este me condujo hacia una habitación a empujones cuando notó mi poca colaboración, pues me aferré con todas mis fuerzas a una columna.
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Hasta que llegaste tú.
Fanfic"Todo cambió en mi interior, solo bastó con mirarte una vez. Y desde entonces solo esperé el momento de tenerte frente a mí. Porque todo cambio, todo, hasta que tú llegaste" ¿Qué tan fuerte es el amor? ¿Es capaz de romper un amargo y conflictivo pas...