Ese día hacía demasiado frío, tanto que la sensación térmica se calaba hasta mis huesos. Incluso el calefactor encendido del comedor no era suficiente como para disiparlo. Había pasado cuatro días desde que había tenido lugar el desencuentro con Jin hasta que decidí volver a clases. Falté precisamente porque no quería encontrármelo.
los cuatro días posteriores salía de casa temprano para no alarmar a mis padres -fingiendo que todo iba bien- y me tiraba todo el día caminando por ahí, yendo a ver alguna película romántica para más inri con finales tristes y acaba llorando; o iba a la biblioteca. Siempre había algo que hacer, o simplemente me inventaba cualquier actividad que terminaba dándome la sensación de bienestar. Cualquier excusa era bienvenida siempre y cuando me mantuviera alejada del Instituto y la mente ocupada como para no pensar demasiado. Para no pensar en él.
—¿Ya estás mejor del resfriado? —preguntó tae y consecutivamente Hobi.
Efectivamente, había mentido, pues pensé que no hubiese sido nada agradable contarles a mis amigos los verdaderos motivos de mi absentismo. Del otro lado de la mesa Eliette me miraba de manera desaprobatoria cada vez que soltaba algo por mi boca. Ella sabía perfectamente que mentía. Sabía claramente mis motivos. Sabía que había terminado mal con Jin. Lo sabía casi todo.
Apartando mi mirada de la de Eliette, tosí tratando de ser lo más realista posible.
—Ya estoy mejor —. Sonreí inflando mis mejillas, regalando mi mejor expresión a cada uno de los chicos.
—Me alegro muchísimo —. Me despeinó, colocando las manos sobre mi coronilla— los inviernos en Corea del Sur suelen muy crudos, pero te aseguro que te iras acostumbrando —. Hobi asintió bastante animado.
Mientras me perdía en aquellos ojos oscuros que me miraban totalmente encandilados, una sensación de tranquilidad inundó todo mi ser. Para esas alturas del curso caí en la cuenta de que era una joven sorprendentemente afortunada. Meses antes me veía sola en un nuevo instituto y ahora contaba con tres grandes personas, los cuales se había convertido en mis grandes amigos. Estaban en las buenas y en las malas, sobre todo el chico de pelo ondulado y de gafas cuadradas. Me pregunté ¿qué hubiese pasado si no me hubiese dejado de gustar? ¿Si no me hubiese terminado enamorando de Jin sería diferente mi historia? Pero definitivamente aprendí que no se elegía de quien enamorarse ¿o sí? Suspiré.
— ¿Qué pasa? ¿Tengo algo en la cara? —preguntó bastante coqueto.
—No nada —. Negué y después aparte mi vista de Hobi para colocarla en Tae.
Tae tímidamente colocó un sobre de color negro decorado de un dorado los bordes encima de la mesa en la que nos hallábamos ocupando.
— ¿Qué es?
Eliette y Tae se miraron de manera cómplice al tiempo que sonreían.
— ¿Te acuerdas que hace tiempo superé un casting para una película?
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Hasta que llegaste tú.
Hayran Kurgu"Todo cambió en mi interior, solo bastó con mirarte una vez. Y desde entonces solo esperé el momento de tenerte frente a mí. Porque todo cambio, todo, hasta que tú llegaste" ¿Qué tan fuerte es el amor? ¿Es capaz de romper un amargo y conflictivo pas...