Capítulo 3

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Guardo las llaves que dan a la habitación de Gracie en el bolsillo trasero de mi pantalón. Devuelvo su arma a Daryl y le quito al cuerpo muerto del tal Morales la suya, no creo que la vaya a necesitar más. Junto a los dos hombres, salgo de la habitación con prisas y ganas de acabar con todo el mundo cuanto antes para coger a la niña y marcharnos a casa de una vez. Avanzamos por los pasillos con rapidez, los pasos que nos siguen se escuchan muy cerca, poniéndome más y más nerviosa a cada instante.

-Despejado.-dice Daryl justo un par de segundos antes de que nos empiecen a disparar desde a saber dónde y tengamos que escondernos tras una pared.

Nos mantenemos en nuestras posiciones, agarrando las pistolas con fuerza, nuestros atacantes están al lado, debemos tener cuidado. Rick es el primero en asomarse, avisándonos de que podemos salir. Volvemos a correr por el pasillo cuando, de pronto, vuelven a dispararnos, esta vez somos incapaces de mantenernos unidos, cada uno tiene que meterse en una sala diferente para protegerse. Desde mi puesto, saco la mitad de mi cuerpo de la zona segura y comienzo a disparar a unos tíos que se acercan muy deprisa hacia nosotros, me cargo a dos de ellos, Daryl, que está en la sala contigua a la mía, se encarga del resto. Rick está dos salas por detrás de mí, y también dispara cuando nos atacan por el otro lado. Yo definiría la situación con un gran "estamos jodidos". Más hombres se acercan, y a Daryl se le han acabado las balas de su pistola, mientras coge otra, mato a cuatro hombres.

-Joder.-suspira sonriendo mientras me mira.

Yo le hago un saludo de sheriff con la pistola a la vez que le guiño el ojo y después sigo con lo mío. Solo puedo hacer tres disparos más hasta que las balas se agotan.

-Mierda.-maldigo entonces.

Me vuelvo a asomar ligeramente, lo justo para que Daryl pueda verme y así avisarle del problema, entonces descubro que él está en la misma situación que yo. Alarmados, dirigimos nuestra mirada a Grimes, con la esperanza de que aun le queden balas suficientes. Por suerte, las tiene, aunque las utiliza de una manera algo distinta a la que yo esperaba. A la cuenta de tres, pega un tiro a lo que parece ser un extintor situado frente a él.

-¡Vamos!-nos grita cuando el polvo de este empieza a esparcirse por el pasillo.

Obedecemos, saliendo de nuestros escondites y abalanzándonos contra los despistados tipos que intentan encontrarnos. Con algo de esfuerzo, consigo clavar mi pequeño cuchillo en la cabeza de dos de ellos, hubiese preferido tener mi machete, con diferencia. Rick y Daryl se dedican a tirar a otros cuantos por el hueco de un ascensor, por el que seguramente hayan tenido que subir al haberse encontrado con la puerta de acceso a las escaleras bloqueada por mí. Al parecer ya no queda ninguno, pero volvemos a escondernos tras una pared para asegurarnos de ello. Entonces, a lo lejos, escucho una voz familiar que me hace sentir un alivio absoluto.

-En equipos de cuatro, ¡revisad las oficinas!

-¡Aaron!-grita Grimes.

-¡Rick!-responde él.

Es Aaron, maldita sea, es él, está vivo.

-¡Estamos junto al ascensor!

Sin miedo, me separo de los chicos y me quedo plantada en mitad del pasillo, sin poder ver nada debido al polvo del extintor. Poco a poco, voy visualizando la silueta de un hombre ligeramente más alto que yo, de rizos morenos y con algo más de barba de la que recuerdo haberle visto jamás. Avanza, sin miedo, hacia mí, sin saber todavía quién soy. Parece decidido, valiente, aunque siempre lo ha sido, simplemente no me he tomado el tiempo necesario para fijarme en ello. Solo le hacen falta tres pasos más para frenar en seco, al igual que los hombres y mujeres que le siguen. Observa con detenimiento mi imagen, como si estuviese viendo un ángel salvador que ha venido a visitarle. Normalmente a Aaron y a mí no nos han hecho falta muchas palabras para comunicarnos, para hacernos saber lo que sentimos, y esta es una más de todas esas ocasiones. Corriendo, avanza hacia mí para darme el abrazo más sincero que me hayan dado en todo este tiempo. Uno lleno de alivio y felicidad, al haber encontrado a un ser querido al que creías perdido. Un día, tiempo atrás, cuando conoció al grupo de Grimes y regresó sano y salvo a casa, yo sentí eso mismo.

FeathersDonde viven las historias. Descúbrelo ahora