Al llegar a Alexandria siento angustia. Angustia por saber que nadie me está esperando al otro lado de la puerta de una de estas casas con una enorme bandeja de espaguetis recién hechos.
Daryl aparca su moto frente a nuestra casa. Todavía no he tenido el tiempo de pasar a verla. Todas las cortinas están echadas, y la oscuridad predomina en el lugar, las abro y la pesada luz se cuela dentro de mis ojos haciéndome despertar de un trance momentáneo. Hay mucha suciedad por todas partes y bastantes cosas descolocadas, pero no me molesta, nunca he sido partidaria del orden.
-No he tenido mucho tiempo de limpiar esto, soy un desastre.
-No, está bien, no me importa.
-Tengo que ir a hablar con Tara un momento, ¿te vienes?
Siento que mi vientre se estruja ligeramente y hago una mueca de dolor.
-Si te parece bien me quedaré aquí un rato más, estoy algo cansada.
-De acuerdo. Oye, ¿te encuentras bien?
-Sí, yo... Ha sido un día difícil.
-Lo sé, lo entiendo. Enseguida vuelvo.-contesta antes de marcharse.
Camino despacio hasta el salón y me tiro en el sofá. Mis músculos se relajan, parece que me esté deshinchando. Respiro profundamente y hago círculos con los dedos en mis sienes, no sé qué hacer ahora, ya estoy en casa, pero, jamás planeé nada más a partir de este momento. Seguimos en mitad de una guerra, a la cual yo solo encuentro un culpable, solo uno, el único al que quiero matar.
Cada vez más personas a las que quiero mueren, Eric fue el último. ¿Cuántas más deben seguirle hasta que esto pare? Quiero impedirlo, ese es mi próximo paso, pero no sé cómo.
Poco a poco me acomodo más y más en el sofá, hasta llegar a un punto en el que me quedo totalmente dormida. Llevo días sin descansar en condiciones, estoy hecha una mierda.
Abro los ojos y despierto en un sofá, pero no el de mi casa en Alexandria. Me pongo en pie y veo que me encuentro en un salón que me resulta familiar. Todos los muebles parecen muy grandes, casi como si yo fuese enana. Escucho una voz a mis espaldas y me giro asustada, un hombre de pelo castaño se aproxima hacia mí con una sonrisa, me pongo a llorar.
-No, no llores.-dice cogiéndome en brazos.-Claire, April no deja de llorar.
Espera un momento, ¿Claire?
Una mujer joven de ondas rubias y ojos azules aparece en el salón y el hombre me pasa a su regazo.
-Oh... Hola, cariño. ¿Qué sucede?
Dejo de llorar al instante. Estos son... ¿mis padres?
-Ha parado.-dice el hombre.-¿Cómo lo haces?
-No... No lo sé.
La mujer sonríe y me acaricia el suave y escaso pelo de la cabeza. No entiendo nada, pero me encuentro muy a gusto aquí, con ellos. Ambos se sientan en el sofá y juguetean conmigo sonrientes y enamorados.
-Es tan bonita.
-Sí, lo es.
-Hola, April. Soy papá. ¿Puedes decirlo? Pa-pá.
Me río al ver la cara que pone cuando ni lo intento.
-Cariño, es muy pequeña para hablar.
-Quizás sea superdotada, ¿no la has visto? Me ha entendido, se ha reído.
-Por supuesto.-responde la mujer divertida, rodando los ojos.
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Feathers
Fanfiction2ª temporada de Until Death Do Us Apart. April lleva más de dos años en Alexandria, ya sabe dónde está su familia: muerta. Igual que ella, o al menos eso parece desde que Nathan y Grace se marcharon. Sus ojos han perdido el brillo que enamoró a Dary...