Capitulo 9 "Aborto de alíen"

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Una vez suena el despertador maldigo interiormente.

¿Que pasa? ¿todas las jodidas mañanas el aparato infernal me va a despertar de mi hermoso sueño donde estoy rodeada de helado, dulces y comida basura?

Con un gruñido, peor al de un zombie, me pongo en pie y camino hasta el armario. Saco una sudadera azul marino, unos vaqueros, la ropa interior y con todo en brazos me meto en la ducha.

Hay días que me dan ganas de tirar el despertador contra la pared o peor, por la ventana. Pero entonces, me doy cuenta de que si hago eso no logro nada, solo logro quedarme sin despertador y dormirme al día siguiente, por lo que simplemente lo maldigo y sigo con mi vida.

Una vez duchada y cambiada me seco el pelo un poco con la toalla y salgo. Ya dije que odio los secadores y la pereza que siento me impide sacarlo del armario, porque está en la balda de arriba.

Sí, así de vaga soy.

- Lily cámbiate de ropa de inmediato - exige la rubia con pose autoritaria - no me mires así y obedéceme.

- Y un cuerno - digo desinteresada antes de agacharme a guardar unos libros en la mochila - sabes tan bien como yo que eso es literalmente imposible. Es más fácil hacer que un tiburón aprenda a respirar fuera del agua.

Bufa.

Levanto la mirada para encontrarme con los azules ojos que tanto la caracterizan. Por no decir que es en lo único en que se parece a su hermano.

Nunca había visto a dos mellizos tan diferentes, aunque claro... tampoco he conocido muchos a lo largo de mi vida.

Solo he conocido a dos gemelas...

- Déjalo Sam - dice su hermano entre divertido y cansado - es imposible que doña odio verme bien se arregle - argumenta - aunque se vería realmente bien - por el rabillo del ojo puedo ver como sonríe.

Río y niego con la cabeza.

¿De que van estos dos? por la manera en que hablan están haciendo algo psicológico conmigo.

- Eso mismo - le guiño un ojo coqueta y veo como sus mejillas comienzan a coger una tonalidad rojiza. Hermoso - ahora si me dejáis iré a hablar con Fran, me debe una conversación.

Me cargo la mochila al hombro, me coloco una gorra y me subo en el skate. Ya sé que existe una norma que me prohíbe llevarlo al instituto pero como soy yo... la directora se la puede tragar si quiere.

No pienso obedecer ni una de las normas que la bruja de Hansel y Gretel diga. Entonces ya no sería yo.

Una vez frente la puerta del cuarto de Fran llamo con los nudillos. ¡Nudillos!

N-U-D-I-L-L-O-S

Así es. No pienso utilizar el timbre. No me preocupa romperme las uñas.

- ¿Lily? - pregunta Fran bastante confundido.

- No, la reina de Inglaterra que te quiere hacer una visita, pero calla - pongo mi dedo en sus labios en signo de silencio - nadie debe saber que vengo a visitar a mi tonto amigo.

Ríe como un verdadero loco.

Cuando se recompone me deja pasar y cierra la puerta tras de mi. Me tiro sobre una cama y cruzo mis brazos detrás de mi cabeza.

- Ya Lily, ¿me dirás que haces aquí? - pregunta ¿enfadado?

Bipolar ¿donde?

- Oh, claro, había venido por eso - se me había olvidado tras la estúpida broma de antes. Me incorporo y le miro fijamente intentando ver algún signo de nerviosismo, sin embargo, no encuentro ninguno - ¿que me querías decir el otro día? al final no hablamos.

Intento de chica perfectaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora