Me acerco por la espalda de Silvia y río silenciosamente, tratando de ser completamente silenciosa y que no note mi presencia.
Está hablando tranquilamente con Peter y Sam. Ambos se han dado cuenta de mi presencia ya que obviamente me han visto acercadme al estar de cara a mi, aunque les he pedido silencio colocando mi dedo sobre mis labios.
La única que no se ha dado cuenta es Silvia que habla con ellos como si nada sucediese, ni siquiera se da cuenta de que ambos le hablan aguantándose la risa y mirando en mi dirección.
Adoro lo ingenua que es.
- Y por eso no he comprado pan - escucho decir a Silvia.
Me mantengo seria para no reírme antes de tiempo, aclaro mi garganta y sonrío a mis dos cómplices, que por cierto debo decir, cada vez están más rojos de la risa.
- Silvia - apoyo mi mano en su hombro - tu hora ha llegado, vas a morir - digo con una voz totalmente diferente a la mía, es ronca y ruda. Mucho más de lo que tenía preparado - despídete... el infierno está esperando tu llegada.
Noto como comienza a temblar y no puedo aguantar la rísa. Caigo al suelo mientras dejo que la rísa fluya. En el suelo comienzo a retorcerme como Sam y Peter, solo que ellos no están rodando por el suelo como una croqueta como yo lo hago.
- ¡Tonta! - exclama Silvia con un fingido enfado lo que me hace reír mucho más.
Cuando me calmo me pongo en pie y me siento al lado de Silvia que aun sigue de brazos cruzados. Por el momento no puedo seguir haciendo el paripé, debo contarle a Sam sobre nuestro compañero y a Peter sobre su nuevo espacio en el armario. Ahora que lo pienso... podría juntar las dos camas formando una más grande. Dios, eso sería genial porque estas son algo... ¿estrechas?
Durante mi explicación ambos han estado atentos a lo que decía, ninguno se ha sorprendido en absoluto, cosa que me ha extrañado. Según Sam era de esperar, ya había usado ese recurso un par de veces más con otros alumnos como yo y era la última arma para domar su carácter. Will al parecer tiene un gran poder persuasivo, sobre todo con las mujeres, una lastima que no lo tenga conmigo.
Esas chicas fueron seducidas y sucumbieron. Fin.
- Iré a por la cena - digo a la vez que me pongo en pie - muero de hambre - me toco la barriga y hago una mueca de angustia.
- Sí, vete no vaya a ser que te comas a una persona - dice Silvia burlándose de mi, o al menos intentándolo - a veces pienso que un dinosaurio vive en su estomago, los rugidos que produce no son de este mundo - susurra cerca de Sam y Peter como si les contase un secreto.
- Lo que sea pequeña cigarra - la revuelvo el pelo y río - enseguida vuelvo, no quiero comerme a nadie por el camino, aunque algunos están demasiado comestibles - les guiño un ojo y me voy.
Me coloco en la cola y espero a mi turno, ya dije una vez que era impaciente, eso aun no ha cambiado y nunca lo hará. ¡Mover vuestros gordos culos, ya!
Aburrida comienzo a observar todo a mi alrededor, los alumnos cenan tranquilamente, la mayoría de ellos hacen gestos cansados tras un largo y agotador día, puedo entenderlo porque esa gente está en algún deporte.
Desde aquí puedo visualizar al equipo de baloncesto, de natación, de ajedrez y de futból americano. Los demás o se esconden muy bien o no me alcanza la mirada.
Cuando me doy cuenta la cola ya ha avanzado mucho, me he perdido en mis pensamientos y no me he dado cuenta, vaya. No sabía que tenía una mente tan... despistada. Suelo perderme en mis pensamientos pero no tanto como para hacerlo en público, solo me pasaba cuando escuchaba música en mi cuarto, podía imaginar todo tipo de cosas e incluso me inventaba conversaciones.
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Intento de chica perfecta
Teen FictionMis padres siempre han querido por hija a la chica perfecta; educada, elegante, hermosa, bien vestida... y por ello estoy aquí. Encerrada en una cárcel llamada internado, pero no es un internado normal, no, es un internado de gente con dinero. Donde...