Capitulo 13 "Leopoldo"

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     Cuando llegamos al hospital Will me carga de nuevo, no me gusta que haga eso porque puedo andar por mi misma, quizá no del todo bien por el tobillo, pero puedo andar, ¡que solo ha sido una paliza por Dios! no me ha atropellado un camión como para ponerse así.

- Will bájame - pido cansada.

- Claro - dice con una sonrisa - pero cuando lleguemos.

Le golpeo en el hombro. No me gusta que me lleven en brazos, siempre he odiado eso, solo le dejaba a mi padre cuando era pequeña y si lo hacia era porque... bueno, era mi padre y por ese entonces tenía muy buena relación con él.

En cuanto llegamos nos sentamos en la sala de espera hasta que el doctor o el enfermero, no he escuchado bien, venga a revisarme o me haga ir hasta allí.

Tampoco es como si me importase mucho la verdad. Ya sé lo que me pasa, solo estoy aquí porque Will es un paranoico y un... un... memo, eso es porque estoy bien, ¡estoy muy bien!

- Ya puedes entrar - dice la chica de antes justo cuando un niño sale por la puerta. Tiene la pierna escayolada y su madre le ayuda a caminar mientras le da apoyo.

Will me ayuda a ponerme en pie y esta vez no me coge en brazos. Menos mal. Una vez dentro Will me ayuda a subirme a la camilla y luego se aleja para que el doctor... ¿Blair? pueda examinarme. Son cuatro golpes de nada, tampoco va a tardar mucho.

- ¿Que es lo que le ha sucedido? - pregunta serio mientras examina el tobillo que se encuentra ligeramente hinchado, seguro que de forzarlo.

- Tres chicas me han golpeado - digo como si nada. No me afecta mucho la situación, he tenido heridas peores, eso es cierto - nada de lo que deba preocuparse, ¿me puedo ir ya? tengo hambre.

- Un momento - deja el tobillo y me mira - ¿puede levantarse la camiseta? tengo que revisarla.

Asiento. Nada más entrar Will le ha explicado lo que me ocurría, así que está al tanto de mí costilla rota y todas las magulladuras que tengo por todo el cuerpo. Me subo la camiseta lo suficiente para mostrar el vendaje, el doctor lo deshace y comienza a revisarlo.

- ¿Le dijeron que estaba rota? - pregunta con el ceño fruncido. Asiento confundida y luego miro a Will - no lo está, ha recibido un golpe muy fuerte y la zona se le ha inflamado, pero no llega a ser una rotura, tiene suerte. De ser una costilla rota no podría haber estado caminando, mucho menos de pie y sufriría un dolor mucho más intenso, casi insoportable. Además, con un vendaje como este no se solucionaría.

Suspiro agradecida. 

Menos mal que hemos venido, ya no me quejo, gracias Will por haber insistido en venir. ¿Donde sacó la enfermera su titulo? primero no sé da cuenta de mi tobillo y luego se inventa algo que no tengo. Puestos a inventarnos cosas ¿por qué no me ha dicho que se me he aplastado el cerebro en medio de la pelea y ahora soy tonta?

- Menos mal - suspiro y me bajo la camiseta - está claro que no volveré a ir a esa enfermería.

El doctor ríe por mi comentario y se acerca a su mesa. Se coloca unas gafas de pasta verde. Y sí, he dicho verde, no soy nadie para juzgar sus gustos, por muy raros que sean. El hombre teclea unas cuantas cosas en el ordenador y con un gesto me pide que me siente enfrente de él.

- Tendrá que tomarse unas pastillas para el dolor y aplicarse una crema para el abdomen que le ayudará con las heridas, también te recetaré una pomada para las heridas de la cara. Sobre el tobillo es mejor que lo lleve vendado por el momento - teclea unas cosas en el ordenador, imagino que el informe sobre mi estado - con el que le he puesto le servirá durante una semana, tendrá que cambiarlo regularmente, así que evite el agua en esa zona.

Intento de chica perfectaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora