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Las risas provinientes de la habitación 212 se oían desde el pasillo.

En su interior, dos jóvenes destorchaban una tercera botella de champán, aunque no cualquier champán, la señorita había pedido concretamente Don Perignon.

—Así que...dime, Yoongi...—Sveta estaba recostada sobre la gran cama, se había descalzado y se había movido  el vestido, dejando ver gran parte de sus largas y pálidas piernas— ¿Estás solo?

Yoongi, sentado en un cómodo sillón frente a la cama, observó a Sveta con una sonrisa perversa en sus labios.

—Creo que no tanto como tú, querida.

Sveta soltó una pequeña carcajada mientras se llenaba la finísima copa de cristal.

—Estaré casada en dos meses. El amor no me interesa, sólo los negocios, y tú deberías hacer igual y...

—No voy a aceptar la oferta, nunca voy a hacerlo. —interrumpió Yoongi con tono cansado.

—¿Estás enamorado? —Sveta buscó la mirada del rubio, quien había dejado su vista perdida en las incesantes burbujas del preciado líquido dorado.

—Tal vez. —susurró sin mirarla.

Sveta sonrió.

—¿Es una bailarina?

Yoongi ladeó su boca.

—Sí.

—¿Y sabe moverse?

Aquello sí hizo que Yoongi elevara su vista y se enfrentase a la rusa.

—¿Qué?

Sveta dejó su copa con delicadeza sobre la mesilla de noche y avanzó a gatas sobre el colchón hasta Yoongi, cuyas piernas rozaban el borde de la cama.

—Mi hermano me contó que te contenías demasiado, que esperabas a alguien en Corea a tu regreso.—Las manos de Sveta comenzaron a jugar con la cinturilla del pantalón masculino.—¿Conseguiste la satisfacción que tanto contuviste cuando volviste?

La nariz de Sveta jugaba a rozarse con la de Yoongi y sus alientos a mezclarse.

El rubio puso su boca sobre su oreja y acarició con una mano los hombros desnudos de la joven.

—Sabes Sveta, con follarme a un Kozlov tuve suficiente.—La rusa se apartó de inmediato, con su  ceño fruncido. Yoongi sonrió a la vez que se  levantaba del sillón.—Dale recuerdos a tu hermano.

Se estaba poniendo su abrigo, dispuesto a marcharse de aquella habitación, cuando Sveta dijo algo que le hizo detenerse.

—Mi familia llegará en dos días. Iremos a visitar la academia de tus padres, estamos buscando nuevos talentos, por eso estoy aquí.

Yoongi tensó su mandíbula y terminó de abrocharse su abrigo.

—Bien, no veo en que puede a mi influirme eso.

Sveta sonrió y Yoongi casi pudo ver sus ojos oscurecerse.

Espero saber identificar a tu bailarina, seguro que destaca mucho si alguien como tú se ha fijado en ella.

Yoongi soltó una risa seca y abrió la puerta.

—Buenas noches, Kozlov.

•••

Para su suerte, el conductor del taxi que le estaba llevando de vuelta a la academia no habló más de lo necesario, y pudo disfrutar del cómodo silencio exterior que tanto contrastaba con el ruido que tenía en el interior de su mente. Tantas sucesos en un sólo día...

Worthless《Ym; jk; yk》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora