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Jimin cayó al suelo y se golpeó la cabeza contra las frías baldosas. Los dos chicos no le dieron ni un solo segundo de respiro antes de abalanzarse sobre él y tomarle de las muñecas para levantarle y ponerlo contra la pared.

¡No! ¡Por favor dejadme!

Y estaba a punto de ver como dos puños distintos se dirigían a su cara y cuerpo cuando una voz casi desconocida hizo que los dos individuos le soltasen de inmediato.

Dios santo, ¿se puede saber que demonios pensabais hacerle?

El director de la academia, y padre de Yoongi, Min Hochan, se adentró en el baño con expresión de asombro y enfado.

¿Taehyung? ¿Puedes explicarme que haces aquí? Me gustaría entender lo que acabo de ver.

El mencionado mordía nerviosamente su labio inferior. Los dos cómplices se miraban también inquietos.

Fue entonces cuando Jimin hizo algo que ninguno de los demás presentes esperaban: Mentir.

Señor, he resbalado al salir de la ducha, afortunadamente ellos se encontraban aquí también, estaban ayudándome a levantarme del suelo, me he llevado un buen golpe.

Jimin tomó su toalla del hombro de uno de los chicos y enseguida se cubrió su intimidad.

Menos mal que no me he roto nada, por la prueba de mañana digo...

Los dos chicos se miraban confundidos entre ellos, pero sin pronunciar palabra. Taehyung, sin embargo, entendía muy bien la situación, y por supuesto, el señor Hochan tenía la edad suficiente como para comprender la escena, pero aún así, decidió seguir el juego.

Está bien, me voy entonces. Ten cuidado Jimin, no puedes ser tan torpe. —dijo antes de desaparecer.

Los jóvenes se quedaron un instante en pleno silencio, hasta que Jimin lo rompió, mirando desafiante a Taehyung.

Yo no necesito jugar sucio para deshacerme de mis adversarios, me basta con tan sólo jugar.

Taehyung enarcó una ceja y mostró una pequeña mueca, muy similar a una sonrisa.

Jimin estaba a punto de cruzar la puerta cuando oyó al alto hablar.

Esto no ha terminado, Park, de hecho sólo acaba de empezar.

Jimin detuvo sus pasos y lo miró de medio lado.

Bien, lo mismo digo.

. . .

A tan sólo unos metros de allí se encontraba Yoongi, como siempre, sentado en el piano de la gran sala de ensayos.

Pero sus dedos no acariciaban las teclas como solían hacerlo, sino que simplemente se apoyaban suavemente por encima, sin llegar a pulsarlas.

Si pudiese convertir en aquel momento sus pensamientos en música, sería una sinfonía infinita en la que ni el carácter ni el tempo estarían claros. No demasiado forte, pero ni mucho menos piano, no allegro, pero tampoco adagio. Una mezcla de emociones y sentimientos que por el momento se limitaban a golpearle la cabeza desde dentro.

Jimin no le quería, y eso se lo había dejado claro con su última mirada, tan negra y sin brillo que le recordaba a la suya propia.

Yoongi no podía evitar sentirse más asustado de lo que se sentía ahora, mañana vendría Sveta, ¿y qué ocurriría si realmente ella descubría a quién miraba con amor? ¿qué pasaría si realmente ella se lo llevaba? ¿si no volvía a verlo nunca más y lo último que vio fue el odio en sus ojos?

Worthless《Ym; jk; yk》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora