Worthless《Ym; jk; yk》

22

Los movimientos de Jimin eran tan gráciles y elegantes, que parecía flotar como una pluma, danzando lentamente con el aire que le envolvía.

Sus pies apenas rozaban el suelo, y cuando lo hacían, parecía que lo acariciase con mimo. 

Jimin estaba brillando tanto en aquel ensayo, que el absorto de Yoongi cada vez disminuía más y más su pulso al tocar las teclas del piano, hasta que, un compás antes de llegar al clímax de aquel "Nocturno" tan romántico compuesto por Chopin, se detuvo sin ni si quiera ser consciente de ello.

Jimin tocó el suelo con ambos pies y encaró a un Yoongi que lo miraba con ojos brillantes.

— ¿Por qué te detienes? ¿He hecho algo mal?

Yoongi parpadeó un par de veces, aturdido tras romper aquel ambiente tan calmado que se había creado anteriormente.

— No...no, perdona...ha sido culpa mía, me he...me he distraído.

Yoongi regresó su vista a lo que ahora le parecía un aburrido sin fin de teclas blancas y negras.

— ¿Debería llamar ya a Hyemin? ¿Crees que ya estoy listo?— preguntó Jimin con cierto temblor en su voz.

Yoongi asintió con la cabeza y su mirada en el suelo.

—Sí, llámala, estás listo.— respondió en un murmullo. 

Aquella simple afirmación pareció contentar a Jimin, quien mostró una radiante sonrisa en su rostro y con unos ligeros saltitos de felicidad  corrió hacia el exterior de la sala, para aparecer apenas un minuto después con una bailarina de la mano.

— Es la primera vez que bailo en pareja con una mujer, espero hacerlo bien, Hyemin noona.

La joven sonrió y palmeó el hombro del menor.

— Te he visto antes, lo harás bien Jiminie, tan sólo baila como lo estabas haciendo ahora. Bien, ¿empezamos?

Hyemin miró a Yoongi, indicándole que comenzase a tocar de nuevo. Cuando los bailarines estuvieron en sus posiciones, listos, el rubio comenzó la melodía, y los pies de la pareja despegaron del suelo totalmente sincronizados.

Jimin sujetaba con la máxima delicadeza y elegancia a la bailarina, quien vestida de blanco por completo, parecía un mismísimo ángel. Cuando la alzó en el aire, por encima de su cabeza, Yoongi juró que jamás había visto algo tan hermoso en su vida. Jimin rotaba con una lentitud excelente mientras ella mantenía su postura en el aire. Cuando la posó con suavidad sobre el suelo de nuevo, el pianista recordó volver a respirar.

Terminaron aquella pieza con un perfecto abrazo y expresión de dolor fingida, mientras ambos se mantenían sobre la punta de sus pies.

Sólo cuando el sonido del último acorde del piano se desvaneció por completo en el aire, la pareja se separó.

Hyemin le mostró una sonrisa a Jimin.

— Lo has hecho perfecto Jiminie, estoy segura de que pasado mañana la señorita Kozlov se fijará en ti. Con suerte estarás en la lista de los afortunados y podrás ir a estudiar a Rusia. ¡Imagínate! ¡Trabajar en el Ballet Imperial Ruso en unos años! ¡O en el Bolshoi!

Jimin frunció el ceño.

— ¿Quién? — miró a Yoongi, pero éste no elevaba su vista de las teclas—  ¿Por qué no me habías dicho nada?

Yoongi lamió sus secos labios.

— No quería que te pusieses nervioso.

Jimin se cruzó de brazos.

— ¿Prefieres ocultarme que en dos días puede que tenga la oportunidad de mi vida? ¡De haberlo sabido antes me hubiese puesto a practicar desde esta mañana! 

— Jimin tiene razón Yoongi, deberías habérselo dicho al igual que al resto, ya todos lo saben, ¿por qué a él no le dijiste nada? Tendrías que...

— Hyemin. — la voz de Yoongi sonó fuerte y autoritaria, pero sin gritar—  Creo que deberías ir a practicar tus "fouettés"*

*fouetté*

Hyemin cerró su boca de inmediato y bajó su cabeza. Sin decir nada más, salió de la sala.

— ¿Por qué le has dicho eso? Ella tiene razón, no sé por qué tú...

— Jimin. — Yoongi se levantó de la banqueta del piano por primera vez en todo el ensayo, y Jimin retrocedió un paso de forma inconsciente. — Anoche no quisiste escucharme, ¿por qué ahora quieres oír mi explicación? 

Jimin resopló y rodó sus ojos.

— No creo que tenga nada que ver, Yoongi.

— Lo tiene, de hecho, tiene todo que ver. Esa mujer de la que te hablé...es la que vendrá aquí en dos días. 

— ¿Y?

— Y no...no quería...— Yoongi se detuvo. No podía decirle la verdad, no podía decirle que no se lo había dicho porque no quería que practicase demasiado, que fuese tan bueno que destacase demasiado, no quería que ella se lo llevase. Era tan egoísta que se daba asco y vergüenza a si mismo. — No quería que te pusieses nervioso, eso es todo. No necesitas practicar más de lo normal, ya eres bueno tal y como eres ahora mismo.

Jimin observó sus ojos silenciosamente, y al cabo de unos segundos de riguroso silencio, habló.

— Mientes, Min Yoongi. No sé por qué, pero mientes.

Jimin giró su cuerpo para darle la espalda al mayor, quien suspiró. Recogió una toalla del suelo y se la colgó en el cuello.

— Nos vemos. — pronunció frío antes de desaparecer.

Tras un instante de calma, Yoongi golpeó con el puño las teclas del piano, que sonaron estrepitosamente sin armonía alguna.

¿Por qué amar le era tan complicado y destruir lo bueno a su alrededor tan sencillo?

Había rescatado a un auténtico ángel por pura casualidad, y estaba consiguiendo que este cayera en picado por su culpa. 

♦♦♦

Hola. Este capítulo da asco y lo sé, pido perdón. Estoy muy atareada con exámenes y por eso es más corto de lo habitual, aún así decidí subirlo porque no quería dejarlas demasiado tiempo esperando. Prometo que en el próximo ocurrirán cosas más interesantes.

No me peguen. Las amo.