—¡Pero qué te pasó!
La mamá de Mateo se sorprendió al verlo con el ojo morado. Corrió hasta su hijo y inspeccionó su cara, preocupada.
Mateo se quejó cuando, sin querer, la mujer tocó su párpado hinchado.
—Estoy bien, má, dejame.
—¿Cómo te lo hiciste?
Sol esperó que Mateo le dijera que había sido ella. Ya se veía discutiendo con sus padres por sacarle el celular o alguna salida próxima. Era así.
—Me pegué con el filo del desayunador–mintió Mateo y Daniel se río apenas, negando la cabeza.
La mamá de Mateo se mordió el labio angustiada.
—¡Seguro que estabas con el aparato ese! ¿Cuántas veces te tengo que decir que dejes el celular? Eso te come el coco–Empezó a regañarlo–. Podrida estoy de decirtelo. Estás castigado. Dame el teléfono.
Mateo la miró como si estuviera loca.
—Ni siquiera estaba con el celular, mamá. Estaba peleando con Sol.–Señaló a la pelirosa teñida.
Le intentó salvar el culo y casi caga él. Al menos que también tuviera la culpa ella, de todos formas, Sol fue quién lo golpeó. Y ahora, debía cargar con un hielo en su ojo lastimado y castigado a su vez. Lo que le faltaba.
—¿Cuántas veces te dije que dejes de molestarla? Estamos grande para repetir las cosas.
Su madre era una gran bipolar. Primero mostró gran preocupación, y ahora lo estaba cagando a pedo por algo que ni siquiera sabía si era así. Esa mujer era desesperante.
La mamá de Sol miró a su hija. Luego, bajó la vista a la mano de ella, donde sus nudillos se encontraban morados y con sangre seca.
—¿Qué te pasó en la mano, Sol?
Sol se la escondió atrás de su espalda por mero impulso. Su madre no era tonta, sabía que su niña fue la causante de que Mateo tuviera un ojo morado.
—Oh, yo...
—Le pegó a la pared por culpa mía–Mateo la interrumpió. Sol se sorprendió ante las palabras de él. ¿Por qué la estaba tapando?–Agarré su mano para molestarla y ella intentó soltarse y se golpeó.
La madre de Mateo volvió a reprenderlo. No solo le quitó el celular, también lo castigó todo lo que quedaba del mes.
—Sol, vení que te voy a vendar.–Dijo su madre, caminando hacia arriba donde estaba el botiquín.
Sol sabía que no solo la iba a vendar, también tendría una charla con ella. Tal vez un castigo o algo así. Ya se lo veía venir.
(**)
—Eso que hiciste hoy fue una pelotudez–habló Sol cuando estaba a solas con Mateo.
Se encontraba en su cama y la respiración de Mateo se sentía presente desde el piso.
Mateo suspiró y miró a la nada. Estaba oscuro y solo la pequeña luz de la luna atravesaba la ventana.
—Lo sé.
Sol se enojó.
—¿Por qué mierda lo hiciste?
—En situaciones así, espero un gracias como mucho–ironizó su enemigo.– Lo hice porque me pintó. Ya estoy acostumbrado a que siempre me caguen a pedo a mí.
—A mí también me cagan a pedo. ¿Querés que te llame héroe?
—Y, me lo merezco.–dijo Mateo y Sol rodeó los ojos, aunque él no la veía– tu reputación de hija buena sigue intacta.
—¿Qué?
—Si, no te hagas. Cada vez que peleamos o que te mandas un pedo, cago también yo. No sé por qué, pero siempre soy el causante de tus cagadas según mis viejos.
Sol negó la cabeza, estando en total desacuerdo.
—¿Qué decís? Mis papás siempre hablan re bien de vos. Te tienen en la cima. Me enferma.
Mateo se sentó de golpe, sin entender nada.
—¿Eh?
—"Mateo se comporta más educado que vos, y eso que vos sos una nena", "Ay, Mateo es más inteligente", "¿Por qué no te portas bien cómo Mateo?"–imitó Sol a sus padres.
Mateo río.
—"Sol se sacó una buena nota en química, ¿Para cuando vos?", "Sol es una buena muchacha, aprendé de ella", "Deja de culpar a Sol por todo, seguro que vos la jodes y por eso actúa así"–imitó esta vez Mateo.
Los dos empezaron a reir, sintiéndose estúpidos.
—Creo que tenemos los padres equivocados–comentó Sol cuando paró de reír.
Mateo estuvo de acuerdo. Sus padres lo subestimaron y lo compararon con Sol siempre. En cada oportunidad que se daba. Tal vez por eso sentía odio hacia ella, porque sus padres preferían un hijo con la actitud de Sol que lo que era él. Para ellos, ella era un orgullo en cualquier aspecto, y Mateo, no era más que un fracasado e inútil.
—Gracias por no mandarme al frente hoy–dijo Sol luego de un tiempo de silencio.
Mateo se sorprendió. Era la primera vez, en años, que Sol le decía gracias sin un toque de sarcasmo en él. Y también, era la primera vez que los dos tenían una charla sin insultos o golpes de por medio. Era hasta raro.
—No es para tanto–contestó él y los dos se callaron.
Sol se acomodó en su cama y intentó mirar hacia donde se encontraba Mateo, allá en la esquina de la pieza, solo se podía ver su silueta acostada.
***
Lamento si hay errores, no edite el cap
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Te odio - Mateo Palacios/Trueno
Fanfiction-¿Que Mateo y yo hacemos linda pareja?-Volvió a reír mientras negaba la cabeza-. ¿Qué te fumaste chabón?