Te odio - Mateo Palacios/Trueno

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—No entiendo, ¿Donde debo dormir yo?

Su padre suspiró y volvió hablar.

—Daniel y Nicole dormiran en la pieza donde estas vos, Tiago compartirá pieza con sus padres y Sol quedará en su pieza cómo estaba antes.

—¿Y yo?

—En el sillón de la sala.

Mateo abrió los ojos de forma exagerada.

—¿Qué? ¿Por qué?

—¿Acaso querés dormir con Sol? Porque es el único espacio libre que queda en la casa–habló el padre, sabiendo de antemano que su hijo rechazaria la propuesta.

—Ni en pedo–dijo– capaz que me mata cuando tenga la guardia baja. No me pienso arriesgar–dijo Mateo, imaginando a su enemiga despertandose en la noche y colocandole una almohada en su cara para asfixiarlo.–No quiero dormir en el sillón.

—Boe, ¿querés que arme un tercer piso y te haga una pieza para vos solo?–ironizó su viejo. Mateo rodeó los ojos– o en el sillón o afuera con el perro. Corta.

Mateo suspiró y asintió.

—Elijo el sillón.

(**)

Su madre se habia encargado de prepararle su intento de cama. Dormir lo que quedaba del mes, no era para nada agradable y lo sabía. Pero no podía quejarse, ya que la idea de que su amigo estuviera ahí, fue de él.

Sol se burló de Mateo toda la tarde, diciendo que era el menos querido y que por eso lo mandaban al sillón. Mateo no le dio bola.

Ya de noche, los adultos fueron a dormir bien temprano, ya que al otro día, saldrían en familia a tomar helado y conocer más Mar del Plata.

Todos se despidieron(menos Sol) y fueron a sus respectivas habitaciones.

Mateo se quedó mirando la tele solo. Era una de las cosas que le gustaba. Tenía el control remoto para él. Veía la película que quería y obviamente, había una paz reconfortante sin gritos de la pelirosa cansadora.

Estaba cerrando los ojos cuando un gritito de la habitación de Daniel se escuchó. Mateo entrecerró los ojos un momento, escuchando la voz de Nicole y Daniel como si estuvieran agitados.

—No, chabon, que asco.–Mateo entendió el escándalo y se tapó las orejas. Sin embargo, el ruido de la cama era constante y Mateo sintió ganas de vomitar.

Luego de media hora, decidió levantarse, agarrar su almohada, frasada e irse al segundo piso.

Se tiró al suelo de madera y abrazó su almohada.

—Daniel y la re putisima madre que te re mil par...

—¿Se puede saber qué haces tirado acá, Mateo?–Mateo levantó la cabeza al escuchar su voz, encontrándose con una Sol ya cambiada y un poco despeinada.

—Daniel y Nicole están cogiendo.

Sol formó una mueca, asqueada.

—Ay, no.

—No soporte el ruido y decidí venir a dormir acá antes de quedar traumado.

—Que triste es tu vida–se tocó el pecho Sol, fingiendo compasión. Saltó su cuerpo tirado y caminó hasta el baño.

A los minutos salió y se dirigió hacia su habitación. Mateo le agarró el tobillo para que no avanzara más, casi haciéndola caer.

—Soltame, puto.

—Dejame dormir en tu pieza. El piso está frío.

—Ni drogada–Negó Sol– soltame, Mateo.

—Por favor, todavía escucho el movimiento de su cama.–exageró Mateo y ésta amagó con pegarle una patada–. Tarada, casi me sacas un ojo.

—Soltame o te rompo la cara.

Mateo exclamó un "awuantia" al escucharla, Sol rodeó los ojos.

—Sol, quedemos en un trato.

—No pienso quedar en ningún trato con vos, sorete. Soltame.

—Si me dejas dormir en tu pieza, prometo hacer lo que vos quieras.–Sol detuvo su forsajeo al escucharlo. Luego, se quedó pensativa.

—¿Lo que yo quiera?

—Eh, para, menos que me pidas que me suicide o que te limpie la cola cuando estás cagando en el baño.

—¡Sos un asqueroso de mierda!

Sol intentó escapar de nuevo y Mateo se abrazo a su pierna.

—Dale Sol.

—No, te vas a pedorrear todo y me voy a morir asfixiada.

—¡Dale!

—¡Mateo, la concha tuya, déjame!

—No.

Sol soltó un grito de frustración. La paciencia de ella llegó a un límite y suspiró para tranquilizarse.

—Bueno, bueno, podés dormir ahí–dijo vencida. Mateo sonrió falsamente y la soltó de golpe, haciéndola caer.–Infeliz.

—Gracias.

***
Holaaa!
Lamento los errores de ortografía, no la he editado.

Ojala les esté gustando!

❤