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Novia.

Qué raro era decirlo. Pensarlo. Imaginarlo. Sol podría ser su novia si las cosas iban bien. ¿Como salís con alguien? Porque Mateo solo chamuyaba, pero las relaciones no eran lo suyo, aunque anhelaba tener algo con Sol. Estúpido pero cierto.

¿Qué debía hacer? ¿Preguntarle si quiere salir a comer, o al cine, o algo?

Desde que hablaron en el supermercado, Mateo se sentía más aliviado y podría decirse que hasta feliz. En el desayuno, Sol y él se tiraban miradas pícaras, y otras veces se sonreían mutuamente de la manera más disimulada que se podía.

Luego del almuerzo, todos fueron a dormir la siesta, por lo que ellos decidieron meterse en la pieza de Sol a charlar. Mateo quería decirle algo importante y ella estaba con la intriga hasta el cuello.

-Bueno, decime, ¿qué pasa?-Preguntó Sol a susurro, luego de cerrar la puerta tras de ella-¿Qué me querías decir?

Mateo le sonrió, haciéndose el lindo. Y luego, tomó la mano de Sol.

-Puede que te parezca patético-advirtió con la voz baja- pero quería saber si te pinta ir a comer.

-¿Comer?

-Si, una cita. Vos y yo, solos. Así podemos conocernos mejor-Sol arqueó una ceja sonriente-Bueno, conocer nuestra mejor versión.

Sol río despacio y Mateo no pudo evitar sonreír también. Era tan linda,¿cómo fue que nunca se dio cuenta?

-Dale, me pinta. ¿Cuando?

-Hoy a la noche.

-¿Cómo haremos para convencer a los mayores sin dar sospechas de que nos vamos juntos.

Mateo pensó.

-Hum, podríamos decir que iremos a una fiesta con algunos raperos de acá. Nos van a creer, más si nos obligan a ir juntos.

-Está bien.

Mateo se quedó mirando a Sol. Tenía un vestido veraniego, con estampas floreadas. Y su pelo castaño tenía algunos mechones rosas por culpa de la teñida que él le provocó.

-¿Qué pasa?-preguntó Sol cuando notó que este la miraba.

-Nada, sos muy linda.

Sol rodeó los ojos.

-Estupido.

Mateo se acercó a ella y le dio un beso en la boca, sintiendo por tercera vez aquellos labios que lo volvían loco.

-A las nueve paso por vos.- comentó jodiendo, sabiendo que los dos están en la misma casa.

Sol asintió riéndose.

Mateo le dio otro beso corto, tomándola de las mejillas. Y luego, Sol se hizo a un costado así él salía de su habitación.

(***)

-¿Una fiesta, Mateo?-su madre estaba molesta porque su hijo quería irse de baile, sabiendo que las vacaciones eran para convivir en familia y pasarlas juntos.-Vivis de joda.

-Mamá, ni he salido en vacaciones-dijo Mateo- ¿Por qué te jode? Si vos misma decís que tengo que vivir la vida.

-Si pero tampoco para la cagada.

-Dale, eu, volveré temprano.

-¿Daniel va?

-No.

-¿Sol?

-Eh, supongo.-Dijo Mateo, fingiendo desinterés.

-Si ella va, podés ir. Si no, no.

Su mamá a veces era impredecible. Al parecer, si ella supiera que su hijo está intentando algo con la chica que siempre odió, posiblemente estaría faltando en una pata. Desea tanto que él tenga algo con Sol.

-Si va a ir.

-Entonces si, Mateo.

A las nueve de la noche, Mateo terminó de vestirse. Se bañó y perfumó.

Nueve y diez minutos de la noche, ya estaba tocando la puerta de la pieza de Sol, discretamente y evitando que alguien lo viera. Sol no tardó en aparecerse y Mateo silbó.

-Ah, bue.

Sol estaba lindísima. Vestía un vestido color azul Francia, pegado a su cuerpo delgado. El pelo se lo había dejado suelto y se había colocado un poco de rímel en las pestañas.

Sol estaba roja. El alago de él la sonrojó. Mateo admitía que la Sol tímida le encantaba mucho más.

Mateo la analizó un poco más. Mamita, no podía creer que jamás notó aquel cuerpo que Sol desarrolló. Hasta se quería matar por no darse cuenta antes. Y mentalmente le dijo a su querido amiguito que tampoco se emocionará mucho.

Volvió a comentar que estaba muy bonita y le dió un rápido beso en el cachete, diciendo que la esperaba abajo. Ella asintió.

Mateo bajó y se fue a la cocina, donde Daniel comía un sanguche de mortadela.

-Eh, Gil, ¿donde vas?-preguntó.

-Salir por ahí, con los pibes.

Daniel frunció el ceño.

-¿Quedaron en juntarse sin mi?

Mateo se hizo el boludo y se rascó la cabeza.

-Na, es algo tranqui, para pasar el rato.

-Ah. ¿Y por qué vas bien arreglado?

Daniel, ¿estamos curiosos la re concha de tu hermana?

-Por las dudas que vayamos al centro.

-Ah.

Mateo tomó un poco de agua y volvió a salir de la cocina. Justamente Sol se estaba bajando de las escaleras. Mateo levanta la mano para que ella se la dé, pero en cambio, Sol golpea con un puño bien cerrado, la palma de él.

Mateo la miró confundido.

-No me toques o me voy a infectar de estupidez aguda.

Mateo la miró más confundido aún.

-Sol...-intentó preguntar, pero el padre de Mateo se acercó a ellos.

-¿Ya están peleando?

Ah, ahora entendía todo. Sol fingía, como habían acordado.

-Y si ella empieza-dice Mateo mostrando una mueca de repulsión.

-Cerralo-dice Sol.

-Bueno, dejen la discusión y vamos al auto, así los acerco al centro.-Comentó su padre buscando la llave del auto.

Mateo mirá a Sol mientras ésta le sonríe.

La puta madre. Qué bien la va a pasar.

***
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Te odio - Mateo Palacios/TruenoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora