Nota: Les recomiendo que lean el cap 15 así no andan medias perdidas. Ahr disfruten❤
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Mateo estaba de la vena.
Mauro no se había despegado de Sol en lo que restó del finde semana. Andaban por todos lados juntos. La seguía. La miraba. Intentaba abrazarla a veces.
—Boludo, sos una garrapata–dijo Mateo sin poder evitarlo. De todos modos, Mauro se río pensando que lo decía joda. Pero hasta Sol notó lo enojado que Mateo estaba.
Ya en el auto, cuando prepararon todo para volver, se dió cuenta que lo único que había hecho en esos días, era pensar solamente en Sol. Ya hasta tenía miedo. ¿Por qué estaba tan obsesionado con ella? ¿Desde cuándo?
Cuando llegaron a la cabaña, donde se encontraban sus padres, decidió consigo mismo, no volver a charlar más con su enemiga. Debía alejarse y mantener distancia. Apartarse de todo lo que estaba referido a Sol y tal vez así, pueda olvidarse un poco de ella. Porque vamos, era obvio, al estar tan permanentemente a su lado, su cabeza mantenía ciertos pensamientos que él ya no toleraba. Como la sonrisa, o su pelo, o sus ojos, o la Sol misma. Y eso para él, no era normal.
Mateo entró a la pieza de Sol. Ésta, ordenaba su bolso de viaje y sacaba ropa de ahí para colocarlo en su cajonera.
—Eu, ¿Te parece si vamos a joder por ahí con los chicos?–habló Sol al verlo, sin embargo, no recibió respuestas de él–. Porque te cuento, seguramente los de Mar de Plata quieran tener una batalla con nosotros en la plaza esa que está cerca por acá, ¿Cómo se llama?-le preguntó.
Mateo se encogió los hombros.
—Plaza de los Perros- comentó sin interés.
—Exacto, esa. En fin, Matías había dicho que sería genial que fuéramos a boludear un toque ahí.
Él se negó.
—Solo vengo a retirar mis cosas.
Sol levantó una ceja.
—¿Tus cosas?
—Estuve durmiendo en tu pieza dos semanas y tengo ropa mía acá. Ahora me iré y te dejaré tranquila. Voy a sacar lo mío.
—¿Y donde pensas dormir?
—En el sillón.
Sol no estaba de acuerdo. Aquella decisión de la nada le parecía estúpida.
—¿Te pasa algo?
—¿Debería pasarme algo?–preguntó Mateo agarrando su pantalón y remera roja que estaba en la punta de la cama.
—Y...no sé. Has estado muy raro conmigo. Quedamos en ser amigos y apenas me has mirado.
—Pará, aclaremos algo.–se detuvo Mateo y la miró– Primero que todo, quedamos en fingir ser amigos–recalcó con un dedo levantado– y lo cumplí. Segundo, ya estamos acá, y podemos volver a ser nosotros mismos. Aparte, debes tener en cuenta que al ya haber ido a esa mierda de campamento pedorro, nuestros padres nos dejan en libertad. ¿No era eso lo que querías? Bueno, ahí tenés.
Mateo tomó sus cosas y dejó a Sol ahí mismo, sola.
En el transcurso de la semana fue así. Mateo se levantaba antes de que todos aparecieran, se iba a dar una vuelta fuera de la cabaña y luego aparecía cuando ya estaban despiertos la mayoría o cuando Sol se había ido antes. Dos días casi ni la vió. Y si la veía, solo se ignoraban mutuamente.
Sin embargo, su idea no había ayudado mucho. Se había alejado de ella, si. Pero su mente no. Y lo único que hacía, era atormentarlo con aquel estúpido beso. Se arrepentía de haberla besado. Si no hubiera tocado sus labios, la situación sería totalmente diferente.
Se repitió a él mismo que faltaban solo tres semanas para volverse a su casa y a su vez, volver a su vida rutinaria que tanto extrañaba.
Ya eran la una de la noche, y Mateo decidió levantarse del sillón para subir el segundo piso y así, ir al baño que se encontraba en frente de la habitación de Sol. Cuando pasó por el pasillo, escuchó un grito proveniente de la pieza de Sol y sin pensarlo, abrió la puerta.
Sol estaba ahí, sentada en su cama, con la mano en su pecho y agitada a más no poder. Miró a Mateo y empezó a llorar. Mateo la notó asustada.
—¿Te pasa algo?
Sol suspiró y negó.
—Solo tuve una pesadilla, nada más.
Mateo levantó una ceja y asintió.
—Hum, ¿Necesitas algo?–Realmente no sabía por qué preguntaba, pero había un pequeño sentimiento de preocupación en él y no podía evitarlo.
Ella negó.
Mateo la miró un rato y luego, sin más que hacer, decidió irse y volver a lo suyo.
—¿Mateo?
Mateo se detuvo y clavó su mirada en ella. Levantó el mentón para saber qué quería.
Sol se mordió el labio y bajó la cabeza, tímida y avergonzada. Él juraba que jamás la había visto así.
—¿Podrías quedarte conmigo hoy?
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Ahí está chicas. Vamos avanzando 😏❤
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Te odio - Mateo Palacios/Trueno
Fanfiction-¿Que Mateo y yo hacemos linda pareja?-Volvió a reír mientras negaba la cabeza-. ¿Qué te fumaste chabón?