Ya el segundo día en la escuela, hice la misma rutina que el día anterior. Quedarme leyendo en clase, salir a receso, quedarme sentado en un banco, ir a la biblioteca.
Me quedé en la biblioteca por un rato, ya había sonado el timbre de la segunda clase pero decidí no entrar, preferiría estar leyendo a que entrar a memorizarme fórmulas, nombres de personas importantes o algo por el estilo.
La bibliotecaria notó mi presencia y se me acercó, una señora que aparentaba 35 años de edad, con el fetiche de vestimenta de una bibliotecaria; una camisa larga, un pantalón de color gris y un suéter encima de todo eso.
-Sra: ¿Usted no tiene clase?
-Yo: No.
Seguía leyendo el libro que estaba en mis manos.
-Sra: El timbre ya sonó debería estar en su salón.
-Yo: Lo sé.
Le respondía sin quitar mi vista del libro, acción que no le gustaba a ella, al parecer.
-Sra: ¿No conoce las normas del buen oyente?
-Yo: Sí.
Te me están empezando a irritar sus preguntas, cada vez que que salían las palabras de mi boca, salían con un tono de indiferencia.
-Sra: Entonces sabe que está faltando con no mirarme a la cara cuando estoy dirigiéndome hacia usted, ¿Verdad?
-Yo: Sí, lo sé.
Ya había terminado de leer la última página del libro.
Me paré de mi asiento, dejé el libro en su lugar y me fui a mi clase.
La bibliotecaria me llamó pero ni siquiera quise voltear.
Al salir de la biblioteca, en el pasillo, me encontré con él, no se dió cuenta de que estaba ahí, pasé por su lado y ni siquiera volteó.
Me dirigía al salón cuando escuché el timbre. Me había sorprendido porqué no sabía que habían pasado tres horas.
Se me había pasado el tiempo, y ya que la biblioteca tenía un reloj pero sin pilas, no tenía donde ver la hora, había sucedido esto.
Cuando estaba ya en camino a la parada de autobús, voltee a ver quién estaba detrás de mí y pude visualizar a L.M caminé lo más rápido que pude hacia la parada de autobús, para que al final él también estuviera ahí esperando el autobús, el mismo que se dirige a mi casa.
Llegó el autobús, se subió primero L.M y después me subí, metí mis manos en los bolsillos para sacar el dinero para pagar el pasaje, pero lo había perdido. Registré mi bolso para ver si tenía algo de dinero pero tampoco, me fui a dar la vuelta para bajarme del autobús cuando L.M me agarra del brazo y paga mi pasaje.
El autobús estaba lleno tuve que pararme cerca de una ventana y L.M se puso atrás mío.
Me sentía muy incómodo, de paso que mi corazón no dejaba de latir rápidamente. El autobús se puso en marcha y cada vez que iba a pasar una curva, L.M se pegaba más.
No sabía si era por el inclinamiento que tenía el autobús cuando pasaba una curva o era él que quería acercarse a mí.
Ya no lo soportaba más, decidí bajarme una parada antes, y después caminar hasta mi casa pero cuando me voltee para dirigirme a la puerta de salida me encontré con la cara de L.M.
Cuando veo que él esta encima mío mi corazón iba a explotar, mi respiración se hizo más pesada, sus labios estaban cerca de los míos, sus ojos mirándome.
Tenía un hormigueo en en cuello, pero no debía enamorarme, no debía volver a sentir eso, debía controlarme.
-L.M: Estas sonrojado.
-Yo: E-Es por el calor.
-L.M: ¿Sí?, Y ¿Ese tartamudeo también es por el calor?
Ya habíamos llegado a la parada de mi casa, me bajé lo más rápido que pude, estaba avergonzado.
-L.M: ¡Oye!, espérame. ¿Te puedo hacer una pregunta?
-Yo: No.
-L.M: ¿Y tus padres?
El recuerdo del carro, del vidrio roto, la sangre, la lágrimas volvieron.
-L.M: ¿Estás bien?
-Yo: Accidente.
-L.M: ¿Um?
-Yo: Ellos murieron en un accidente.
-L.M: Lo siento, no quería incomodarte o algo por el estilo.
-Yo: Tranquilo eso fué hace 5 años.
Había reprimido ese recuerdo por varios años y no quería volverlo a recordarlo, pero era imposible, cada vez que trataba de suprimirlo, siempre estaba algo que me lo recordaba.
-L.M: Y, ¿Con quién vives?
-Yo: Solo.
-L.M: Y, ¿De dónde sacas el dinero para la comida, la matrícula y esas cosas?
-Yo: Lo que es comida, ropa, educación y arriendo me lo pagán mis abuelos. Fué hace 5 años atrás, ellos me fueron a buscar al colegio y cuando íbamos en camino a la casa empezó a llover muy fuerte, en un momento no sé lo que pasó y solo recuerdo haber sentido un dolor agudo en todo mi cuerpo y fue en ese momento cuando sucedió el accidente, según lo que me dijeron, fue que mi papá creyó ver a alguien cruzando por la calle, que en realidad era un perro, y cuando pisó el freno, hizo que. El carro se volteara y chocaramos contra un árbol, mi papá al igual que mi mamá murieron y quedé al cargo de mis abuelos maternos ya que por parte mi papá ya habían fallecido.
Cuando terminé de contar la muerte de mis padres veo la cara de L.M con lágrimas en los ojos, se acercó a mi y me abrazó tan fuerte que sentí como mis ojos se ponían llorosos, tenía tiempo sin sentir "eso", mi vista se nublaba pero me calme lo más rápido posible ya que no quería llorar.
Estábamos en medio de la calle, él abrazándome con toda su fuerza, el sol ya se estaba poniendo y el ambiente era frío y cálido a la vez, después de un rato así, él decidió soltarme, su nariz estaba roja igual que sus ojos.
Trató de hablar pero su voz se quebrantó, empezó a llorar enfrente de mí, yo solo me limité a ponerle la mano en el hombro, nunca había visto a una persona llorar por mí.
Era la segunda persona que podía decir que entendía mi dolor o que con mi historia toqué su corazón.
Le dí una palmada en las espalda para que levantara la cara.
-Yo: Deja de llorar, estamos en la calle.
-L.M: No puedo.
-Yo: Vámonos.
Después me puse a caminar, más atrás estaba él tratando de limpiar sus lágrimas.
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Buenas Noches
RomanceRealmente no tenía pensado enamorarme, hasta que vino él. Pero lamentablemente no durará mucho.