Llegue a casa con más bolsas de las que pensé, tenía un millón de cosas para la escuela y además ropa y zapatos que a pesar de haber pasado toda la tarde eligiendo no me hacían olvidar mi realidad, y desde el momento en que aquella duda llego a mi cabeza no se fue más, si Santiago desconfiaba de mi no quería realmente estar con él, lo poco que se sobre los noviazgos es que debe existir la confianza así que después de aclararme esto deje el tema por la paz.
Pasaron los días y cuando menos lo pensé ya me encontraba en la universidad, me gustaba la decisión que había tomado y a decir verdad estaba bastante cómoda, luego de algunos meses llego una hermosa época, la navidad, me gustaba demasiado esa celebración, este año ya que mi padre había quedado a cargo del despacho donde solía trabajar y ser mano derecha del antiguo dueño decidió dar una gran fiesta, esta estaba abierta al público y clientes del despacho, algo que nunca había pasado lo cual preocupaba a todos los socios, pero no a nosotros, yo conocía a papá y confiaba en el ciegamente.
Confiar... Casi podía olvidar del todo a Santiago aunque a decir verdad una parte de mi se negaba a hacerlo, sabía que quería que volviera más de lo que el deseaba volver, lo cual me hacia sentir una profunda tristeza y se volvía un círculo vicioso de no dejarlo ir del todo, a pesar que no sabia de él absolutamente nada.Por la tarde del primer día de diciembre salí de compras para ayudar a papá con la fiesta navideña que estaba organizando además de que debía enviar las respectivas invitaciones a los socios tanto de manera personal como por correo electrónico, así que comencé desde temprano, inicié mi labor y terminé en la casa de uno de los doctores que según recordaba era el jefe de un hospital y jefe directo de mamá, este lucia bastante feliz de recibir la invitación y con una gran sonrisa me aseguro que no se perdería de la fiesta, aunque a mi me parecía una mueca muy exagerada, sin embargo le respondí que allí lo esperábamos y me retiré.
El tiempo seguía avanzando muy rápido y cuando menos lo pensé ya me encontraba preparándome para asistir a la fiesta de navidad de papá, sería una larga noche.
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Mi ángel guerrero. El futuro de dos corazones enamorados.
JugendliteraturEl mejor remedio es el tiempo, es con el único que realmente descubrimos lo que nos espera, una ola de dudas invaden a Santiago y a Catherine, en esta ocasión enfrentan algo que se creía que ya había terminado, ¿Ellos como terminarán?.