Mi ángel guerrero. El futuro de dos corazones enamorados.

Capítulo 4.

Habían pasado varios días, los suficientes para haber visitado todas las universidades posibles, Santiago se encontraba más tranquilo, había acudido con un amigo el cual protegió en el lapso que no nos vimos y el le ayudo a hablar con sus padres a través de los ángeles, bajo otras circunstancias no habría creído en esa "comunicación" con los ángeles pero ahora me parecía más real.

- Creo que ahora podré estar más tranquilo.
- Era lo que necesitabas?
- Creo que si.

A pesar de eso esa noche pude escuchar que Santiago no podía dormir.

- Te ocurre algo?.- Dije algo adormilada.
- No puedo dormir, cada que cierro los ojos veo esa malévola sonrisa!
- Santiago...
- No puedo, no puedo.

Santiago salió por la ventana y no supe nada más de él.

Hasta el siguiente día que llegó a casa supe que ocurría.

- Necesito que salgamos, por favor.

Santiago y yo nos fuimos a caminar para que me dijera que ocurría.

- Cuando me fui empecé a reflexionar un poco y descubrí algunas cosas, aun no esta todo demasiado claro...
- Que ocurre?
- Ese rostro que tanto se repite es el de un doctor con el que solía trabajar, era algo así como su pupilo.
- Entonces porque lo sueñas así?
- No lo sé, aunque a decir verdad jamás lo entendí bien siempre fue muy reservado.
- Tu en algún momento pensaste que el seria una mala persona?
- Nunca me pasaría por la cabeza, menos de un doctor... Pero ahora estoy dudando demasiado.
- Que harás?
- Decidí buscarlo, sigue trabajando en el mismo hospital, pude verlo y no me pareció una mala persona, pero en cuanto lo vi la cabeza me empezó a doler y escuche una especie de explosión.
- Una explosión?
- Si, no se, tal vez fue mi imaginación pero siempre que lo veía al dormir ese sonido estaba presente.
- Es demasiado raro, pero...
- Esta bien, creo que solo estoy algo cansado, por la universidad.
- Crees en verdad que solo sea eso?
- Si, me parece lo más probable.

A pesar de ello Santiago lucia muy inquieto y llegaba diciendo que no comprendía nada de los temas de la universidad, era uno de los mejores estudiantes y ahora sus calificaciones eran demasiado bajas.

- Catherine...
- Dime.
- Necesito hablar contigo de algo muy serio.
- Que ocurre?

En ese momento alguien tocó mi hombro, me gire para ver de quien se trataba.

- No puede ser!. - No podía creerlo, no podía ser...