Pasaron los días más rápido de lo que pensé que podían, pronto me encontraba terminando mi primer año en la universidad, para mi buena fortuna nos dieron unas vacaciones bastante extensas, así que ahora pasaría tiempo con mi familia, ese que por los estudios no podía, pero para mi mala suerte todos se encontraban con planes ajenos a los que yo tenía, mi padre se iba de vacaciones con su esposa, mis hermanos no paraban de trabajar y cuidar a sus hijos, y yo como no tenía lo uno ni los otros estaba destinada a pasar todas mis vacaciones encerrada en mi cuarto mirando el techo.
Mi padre y Kristen, su ahora esposa, tardaron mucho en hacer dicho viaje por mi castigo de salir sin permiso, pero ahora ya había pasado todo, pero aún así mi padre me pidió prudencia, ya que se iban de crucero más tiempo del que yo tenía mis vacaciones escolares.
Finalmente y después de lo que pareció una eternidad, aunque solo fueron unos días, ambos se fueron, estaba feliz por mi padre, ahora hacía una nueva vida y era feliz, y mi madre lo aprobaba, de otra forma yo no lo haría, pero aún se venían a mi mente recuerdos y pensamientos que creía haber olvidado, pero solo se estaban reservando para cuando no tuviera tiempo de pensar en otra cosa, Santiago, los recuerdos a su lado y todas las palabras de amor se venían a mi y sentía que atacaban como cuchillos, pero a pesar de lo fuerte que penetraban no podían acabarme, no aún, tenía un juicio ya lo suficientemente fuerte como para sentir que moría si no lo volvía a ver, después de todo había enfrentado problemas más grandes.
Conforme los días iban pasando cada vez me sentía más presa y más aburrida, ya no sabía que hacer, ya había salido, visto películas, inclusive había ido de compras y a una pequeña excursión, pero todo llegaba a su fin, todo excepto mi aburrimiento, que se hacía cada vez más grande.
Salí a caminar por última vez antes de darme por vencida e irme nadando hasta el crucero donde estaba papá, pasé por un hospital donde todas las enfermeras salían diciendo que se necesitaba más personal, y aunque no era tiempo aún de que realizará mis prácticas quise empezar a impregnarme de ese olor a hospital.
Entre, pedí informes y pronto me dijeron que podía asistir pero que llevaría un entrenamiento con un médico, accedí y fui a casa ansiosa de tener al fin algo que hacer además de mirar mi techo.
ESTÁS LEYENDO
Mi ángel guerrero. El futuro de dos corazones enamorados.
JugendliteraturEl mejor remedio es el tiempo, es con el único que realmente descubrimos lo que nos espera, una ola de dudas invaden a Santiago y a Catherine, en esta ocasión enfrentan algo que se creía que ya había terminado, ¿Ellos como terminarán?.