Capítulo 12.

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- No utilices a mi madre en tus trucos y conclusiones tontas.
- Estuve hablando con ella y me lo dijo!
- Pues no te creo, así que ya deja de decir tantas estupideces y lárgate de mi vida para siempre.
- Nunca me vas a perdonar?
- Te perdono, pero no quiero volver a verte.
- Entiendo, no quieres estar cerca de alguien a quien quieren matar.
- No, no es eso, no quiero estar cerca de alguien que no conoce la palabra confianza y que es capas de irse como si nada y regresar de la misma forma y además con un montón de cuentos absurdos.
- No te voy a pedir nada más, ni que me creas ni que confíes, solo quiero decirte algo antes de irme y después te dejo tranquila para siempre.
- Qué Santiago?
- Yo te amo, de verdad y me dolió dejarte, me dolió como no tienes una idea, pero si iba a dejar que alguien se arriesgara en esto era yo, a ti jamás podría dejar que te pasara algo, no soportaría perderte, si lo hiciera no sabría como seguir adelante.
- Y al irte que me hacias? A quién le hacía bien?
- Tienes razón, debí hablar contigo y no sólo irme.
- Si, debiste.
- Lo lamento.
- Yo más.

Después de todo Santiago se fue y me dijo que solo me buscaría o llamaría cuando supiera algo o hubiera algo urgente, lo cual me hacia sentir tranquila, aunque en el fondo quería seguir viéndolo y estando con él, ya no sabia estar sin él por más que quisiera y debiera fingir que si, pero ya había decidido todo, así estábamos mejor, separados.

Mi ángel guerrero. El futuro de dos corazones enamorados. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora