¿Celoso?

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La gente comenzó a entrar, típico de algo así, Paul se acercó a mí, tomandome de la mano y separándome de él.

Me despedí de lejos con otra manita, sonrió levemente con una mirada que me estremeció. — Me siento como en la película, no mames. — reí.

— Ah, sí, mira sientate. — Era casi idéntico a la película de "A Hard Day's Night", en un cubito raro donde parecía privado.

Me había sentado hasta la esquina, justo cerca de la ventana, Paul se sentó a mi lado, seguido de Ringo.

En el otro lado de la ventana, se había sentado George, quedandonos enfrente los dos, después siguió John. — ¿No te habías subido a un tren de estos, Mathilda? — Agregó Ringo.

Aclaré mi garganta. — Sí, como no. — reí nerviosamente. 

— Parece lo contrario. — río. — ¿Por qué no nos hablas de ti, pequeña salvaje? — decía John.

— Prefiero comer, aquí el Señor McCartney no me dio ni una hojuela de cereal. — hice un puchero, a lo que George y los demás reaccionaron de una forma burlona a él.

— ¿Así qué no te preocupa lo que ella sienta? — agregó John. — Levantate, que mejor me siento a lado de ella que tú. — Me sonrió.

Nego la cabeza con una aparente sonrisa, siguiendo el juego. — No me había dicho que quería comer. — me vio de reojo, apretando los labios. — Todo el tiempo quiere comer.

— Pff, idiota. — le pegué con mi codo, levantándome y sentándome a lado de John.

— Parece que no sabes cuidar a una niña. — río. — Por obviedad, tiene que comer, es un ser humano, no es que sea de otro mundo. — agregó Ringo, trague en seco por lo último, Paul y yo intercambiamos miradas, fingiendo una sonrisa.

— No soy una niña, tengo diecinueve. — golpeé mi rodilla levemente. — Además puedo tener mayor edad mental que este baboso. — Señalé a John, y él hizo como que se ofendió, así tipo meme de "Eskiusmi?".

George y Paul rieron connigo. — Yo soy mayor que tú, tendré que tenerte atada con una correa.

— Mira quién lo dice, a ver quién de los dos es más perro. — le saqué la lengua, él hizo como unas tijeras con sus dedos y que la cortaba, lo cual rechacé. — Pareces un niño de preescolar.

— George sacó de su saco una bolsa con un pan adentro. — Toma, no te vallas a desmayar aquí. — la lanzó, le atrapé antes de que cayera en manos de John. 

— Gracias, Gemelo. — me guiñó un ojo.

— Bueno, Bueno, no acordamos para dónde iríamos, John. — dijo Paul.

— Es una sorpresa, ¿Se acuerdan del viaje que haremos a Norteamérica? — Destapó la botella del refresco. — Daremos una vuelta, para que esta niña socialice con nosotros.

— Más fácil hubiera sido que hablaran conmigo. — di un mordisco al pan. — Dejen de decirme niña, no es justo.

— Por cierto, ¿Con quién estabas hablando cuando entramos aquí? — Casi me había atragantado por lo dicho, John me dio unas palmaditas exageradas en mi espalda, con una mirada maliciosa.

— Nadie, solamente me quedé viendo la decoración. — dije, con una voz rasposa. — Ahora que lo pienso, ¿Donde está el baño?

— Sales de aquí hasta el fondo. — agregó Ringo.

— Ahorita regreso. — me levanté, John me tomó del brazo.

— No te irás de aquí, te perderás. — Me senté, haciendo un puchero.

 Una Joven Fanática © »Paul McCartney « [EDITANDO] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora