El entrar al sueño profundo que estaba creando mi subconsciente, el pecho me dolía mucho, me Levanté, estaba en la habitación de una mansión, me miré al espejo y llevaba un traje blanco, con una rosa negra, que, por más que podía, no lograba quitármela, quería pone una rosa roja, y no negra.
Las cosas eran lujosas, collares de oro y plata, pendientes, cepillos y perfumes de calidad, después escuché unos pasos venir, era Mathilda, con un vestido hermoso, igual blanco, con brillos plateados, parecía una princesa.
Llevaba una rosa roja y negra en una de sus manos, se colocó enfrente del espejo, arreglándose el cabello, el cual lo tenía muy pero muy corto, casi idéntico al mío, era mucho más bonita así. — ¿Asistiremos a una fiesta? — Le pregunté, pero no me hacía caso, solamente me miraba y sonreía alegremente.
Me tomó de los brazos. — ¿Me veo bien? — acompañado de un grito nervioso de su parte, cubriendo su rostro con sus manos, su voz se escuchaba como un eco lejano, sus ojos avellana me daban la calma que necesitaba, parecía estar nervioso, pero no sabía por qué.
— Eres la princesa más hermosa de Liverpool, tenlo por seguro. — Me abrazó, le correspondi, disfrutabdo de ese fantadioso momento, hasta que, en un abrir y cerrar de ojos, todo desapareció, ya no le tenía en mis brazos, parecía estar en la ciudad de algún lugar, seguía con mi traje blanco y tenía tres rosas en mí mano.
Caminé por las calles, y en cada paso que daba, un faro se iluminaba, hasta llegar a la esquina de un hotel, estaba ahí, llorando con todas sus fuerzas. — ¿Qué haces aquí?
— ¿Qué haces aquí? — Se sobresalto, limpiando su rostro. — ¡Corre, Corre antes de que venga por ti! — Murmuró, Todavía tenía su vestido blanco, sus mechones de cabello cortos daban la impresión de que ella misma se lo había cortado, desabrocho la parte de abajo del vestido, dejándola en un vestido corto y mucho más libre, con sus medias blancas y zapatillas blancas, que no eran de tacón, si no simples y hermosas.
— ¿Por qué correr? — Exclamé.
Tapó mi boca con una de sus manos. — Shh. — Me miró a los ojos, a punto de llorar. — Lo siento... — Me dio una caja blanca con un moño rojo, con una rosa negra, me abrazó con todas sus fuerzas.
— Oye tranquulizate, no te pasará nada aquí, solo es un sueño. — le Correspondi, después me besó, realmente estaba muy nerviosa. — Tranquila, respira... — Le Miré, serio. — Nadie te hará nada, estoy aquí. — Acariciaba su cabello, sus manos temblaban de los nervios.
Cruzamos las miradas, entrelazando nuestras manos. — No lo entenderás, mejor corre. — Me dio un beso en la mejilla y se fue corriendo.
Traté de alcanzarla, corrí y corrí, Por cuando traté de tomar su brazo, parecía que yo fuera un fantasma, invisible para ellos.
En otra esquina había un tipo que parecía igual nervioso, sentí un golpe muy grande en mi corazón, algo me decía que iba a pasar algo, Mathilda estaba ocultandose en la entrada, con una chamarra negra sobre su vestido, cubriendo su cabeza con el gorro de la misma.
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Una Joven Fanática © »Paul McCartney « [EDITANDO]
Fiksi RemajaLeyenda: Esta Historia contiene referencias a mi querido país, México, ya que la protagonista es Mexicana, si no entiendes con facilidad algunos conceptos como nombres de canciones o dulces típicos, puedes preguntarme libremente en los comentarios...