Mathilda POV
Pete y yo salimos del estudio, no sabía a dónde me llevaba, solamente sabía que no podía perder tal oportunidad en mí vida. — Abre tú regalo, si no ya no podrá servir. — Le Miré extrañada, no lograba entender a qué se refería.
Sí era una caja de tamaño mediano, acerqué mi oído a la misma y.. Se escuchaba como si algo estuviera dentro. — ¿Qué hay aquí? — Dije entre risas.
— Mira hay un parque cerca, ahí podrás abrirlo con más tranquilidad. — Seguimos caminando, en un momento u otro trató de tomar mi mano, yo me alejaba un poco o simplemente fingía estar distraída.
Cuando llegamos al parque, fuimos a un árbol grande, sentandonos en el suelo justo dónde daba la sombra. — Eres muy.. Linda, ¿Te habían dicho eso antes? — dijo, algo que me sonrojó de inmediato.
— La verdad, creo que no. — Reí, abriendo la caja de regalo, me estremecí cuando Vi que era. — ¡Aww, qué ternura! ¿Dónde lo conseguiste? — Era una caja de música, con una bailarina que se movía, me encantaban ese tipo de detalles.
— Ese es un secreto. — También río. — ¿Te gusta?
— Demasiado diría yo, me dan mucha ternura, el sonido que provoca me trae muchos recuerdos. — la tomé en mis manos, justamente la canción que sonaba era una de mis favoritas. — Gracias. — Le Sonreí, el también sonrió.
Comenzamos a hablar de cosas absurdas, reíamos mientras padecíamos de los síntomas de un verdadero enamoramiento, o eso creía.
Hasta que era un atardecer, recogimos nuestras cosas y caminabamos por las calles, como un par de perdidos enamorados, entre risas y risas. — Oye, Pete.. — Dije entre risas.
— ¿Si?
— Sí a ti te trataran como una pareja, cuando en realidad oficialmente no son nada, y se presentan ante todos como nada, ¿Qué son?
Entrecerro los ojos por un momento tratando de encontrar una respuesta clave. — Esa sí que es una pregunta un poco difícil. — Chasqueo la lengua. — Yo digo que eso está mal, en un cierto punto. — Me volteó a ver.
— Y si.. ¿Apenas se conocen y esa persona solamente tiene una atractivo físico a la otra persona, pero no son nada? — Oprimí los labios ante lo último que dije.
— Pues... — Paró por un momento. — ¿Por qué piensas en eso?
— Ehh... — Me quedé callada por un momento.
— Dejame adivinar. — Le Miré. — El señor McCartney te hace eso.. — Dijo en seco, en un tono muy serio.
— ¿Sí?...— susurré, asintiendo. — ¡Agh! ¡La verdad no le entiendo! — Estaba distraída jugando con la caja de música.
— Te diré algo. — Aclaró su garganta. — Lo único que quiere contigo, es sexo.
— ¿Sexo?
— Sep
— Pero ni siquiera hemos hecho eso... — Me ruborize un poco al recordar lo que había pasado en la ducha, el dolor de mis caderas habia regresado. — Bueno... ¿Y si fuera el caso? — Fingí toser varias veces.
— Ellos tienen fama, como si el hada madrina les hubiera tocado con su varita mágica, están rodeados de mujeres todo el tiempo, esa es su mayor ventaja. — fruncio el ceño. — Puede que solamente te esté utilizando para eso, satisfacer sus fetiches sexuales, no lo sé, ¿Quién soy yo para afirmar tal acción? — Se escuchaba muy celoso, sí, definitivamente lo estaba.
— Esta bien. — Dije entre risas. — ¿A dónde más vamos? Esta chica necesita comer. — Hasta el otro extremo de nosotros, estaban ellos, rodeados de fanáticas que querían un autógrafo, se comian a John casi a besos, y Paul...
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Una Joven Fanática © »Paul McCartney « [EDITANDO]
Ficção AdolescenteLeyenda: Esta Historia contiene referencias a mi querido país, México, ya que la protagonista es Mexicana, si no entiendes con facilidad algunos conceptos como nombres de canciones o dulces típicos, puedes preguntarme libremente en los comentarios...