Al siguiente dia, no era un dia tan bueno. Ese mismo día estaba demasiado cansada, tanto que con solamente abrir los ojos me dolían hasta las pupilas; Eran las diez de la mañana, un clásico que todavía siguiera dormida. Sin embargo, una pequeña y dulce voz me obligó a levantarme con desgano. — ¡Buenos días! — Era, sí, adivinen... Macarroncito que se le ocurrió levantarse tempranito.
Pero claro, yo no estaba de buen humor.— ¡Wey no estés jodiendo son las seis de la mañana! — Me tapé completamente el rostro con las sábanas, enrollandome como un rollito de jamón, obviamente no eran las seis, pero para mí lo era.
Volteó a ver el reloj, y soltó una risa. — ¡Levantate! — Me tomó de las piernas y trató de jalarme fuera de la cama.
— ¿Para qué? ¡Si ya son vacaciones! — Me sostuve de la cama para que no siguiera.
— Tu Tía me dijo que precisamente ese era el problema, así que me mandó a levantarte, ¡Arriba! — Levantó todas las cobijas y me cargó para que me levantara.
— Y, ¿Dónde está? — Tallé mis ojos, mirándome al espejo.
— Ya está arreglando las cosas, tus cosas y mís cosas. — Tomó un tazón de cereal, ¡Sí, cereal! ¿De dónde lo sacó? ¡Pinche magia de gringolandia! — Debes de comer, Mathilda. — Tomó la cuchara llevándola a mi boca como si yo fuera una niña pequeña, y así seguidas veces.
— ¿Qué? ¿Para qué o qué? — Me seguía interrumpiendo con más cucharadas, hasta que se acabó el tazón.
Me limpié la comisura de mis labios, un desayuno express.— Dijo que nos íbamos a una playa cerca. — Tiró todas las sábanas a la cama.
Inflé mis cachetes. — No es enserio, ¿Verdad? — Bajé corriendo las escaleras, en dirección a sala.
Al final resultó ser verdad. Maletas y sombreros. — ¿Qué esperas niña? ¡Vamos vistete que se nos hace tarde! — Mi tía se encontraba pintandose los ojos con un espejo.
— Pero.. ¿A dónde vamos?
— A la casa de tus tíos, ¡Allá en Acapulco!
— ¿Hasta allá, mamá Rosa? — Suspiré. — ¿Qué haremos con Paul?
— Va a venir con nosotros, ¿Acaso esperas que lo dejemos aquí solo toda la semana? ¡Si no es un perro, hay que sacarlo a pasear y que le de un ratito el sol!
— Me refiero a cómo ocultaremos su identidad. — Me colocó unos lentes oscuros Ray ban.
Sacó unas cosas, incluyendo un sombrero blanco. — No vamos a tener muchos problemas. ¡Pero ya, vete a cambiar que el tiempo vuela y tus primos no van a esperar en la parada de autobuses! — Mi tía se fue a la cocina, Bufé y subí a mi habitación, bueno, nuestra habitación.
No lo había notado pero Paul ya se encontraba vestido y listo para irse con nosotros; Una camisa Rosa fuerte de cuello mangas cortas con un pantalón blanco por igual, con una cámara fotográfica colgando de su cuello. Le coloqué los lentes oscuros y comencé a sacar ropa del armario. — Y, ¿Como es esa playa? — Se quitó los lentes por un momento, cepillandose el cabello frente al espejo.
— Muy calurosa, nada comparado con las playas frías de Inglaterra. Así que cuidaré más de ti para que no sufras una insolación o algo similar; De todos modos traeré un botiquín con medicamentos si te llegaras a sentir mal, bloqueador solar, y mucha, pero demasia— Me interrumpió, prácticamente me calló Con un beso muy tierno, tomándome de los hombros y subiendo a mi cuello.
Nos separamos por que era necesario, pero en realidad estábamos desesperados por sentir nuestros labios de nuevo. — No te preocupes por mí, por que yo debería de cuidarte. — Tomó mi rostro entre sus manos mientras sonreía.
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Una Joven Fanática © »Paul McCartney « [EDITANDO]
Teen FictionLeyenda: Esta Historia contiene referencias a mi querido país, México, ya que la protagonista es Mexicana, si no entiendes con facilidad algunos conceptos como nombres de canciones o dulces típicos, puedes preguntarme libremente en los comentarios...