Mientras P'Ray y P'Earth permanecían dormidos, decidí ir en busca de respuestas, sólo había una persona que me podía aclarar toda esta confusión.
La persona que protagoniza está escena, el único al que le puedo sacar la verdad, es a P'Ryu.
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Corrí lo más rápido que pude hasta llegar a su casa, todavía era algo temprano así que tuve que llamar varias veces para que saliera a abrirme la puerta.
-Kim¡!
- Que sucede? - por que has venido a está hora? - por que has ignorado mis llamadas? - que te paso?
Eran demasiadas preguntas para poderlas contestar en ese momento, tan sólo contesté a todas con una respuesta.
- Tenía que hablar con tigo ahora...
Abriendome cortésmente la puerta, P'Ryu me deje entrar a su casa, la vergüenza que sentía después de haber tenido relaciones con el había desaparecido, ahora sólo sentía una enorme intriga, deseaba saber la verdad que ocultaba P'Ryu.
- P'Ryu... - hay ... - hay algo que quiero saber... - tu... - tu...
La situación me parecía muy incómoda y ahora con dificultad podía hablar fluidamente, mi voz se cortaba y no paraba de titubear.
+ te encuentras bien?
P'Ryu noto mi nerviosismo, aunque era más que evidente para cualquiera que estuviera viéndome.
Sin dudar más comencé a hablar.
- P'Ryu... tu tienes...
Antes de poder acabar mi pregunta, alguien irrumpió en casa de P'Ryu. Se escuchó un gran estruendo, alguien parecía querer tumbar la puerta a golpes.
En medio de todo ese alboroto se podía escuchar una especie de llanto, un llanto delicado como de una pequeña niña.
P'Ryu fue a ver que estaba pasando mientras yo me quedé observando desde la sala a lo lejos.
Pude ver como al abrir la puerta aquella mujer que había visto antes en el colegio entraba a la casa.
A pesar de lo lejos que estaba, podía escuchar claramente lo que decía.
- cuando fui al colegio no la lleve con migo - pero está llorando por estar con su padre. - así que la traje ... - aquí está...
- TU HIJA...
No podía creerlo, había venido a buscar respuestas por parte de P'Ryu y termine por presenciar algo que no esperaba.
Vi como aquella mujer le entregaba a la pequeña y se marchaba, pude escuchar que regresaría más tarde por ella.
Aquella niña se aferró fuertemente a las piernas de P'Ryu y calmo su llanto.
No sabía que hacer, era más que obvio que no debía estar ahí, jamás debí haber ido a su casa.
