07 Capítulo: "Adiós mi hermoso y salado viernes"

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—¿En verdad no sabes quién es? —preguntó algo incrédula, yo solo negué—, es el chico con quien estabas hablando ayer en los casilleros, ¿lo recuerdas?

Algo en mi cabeza pareció hacer ¡Clic! y mi intriga se activó.

Con que Dylan, ¿eh...? Por supuesto amiga, ¿cómo olvidarlo?

Ah, claro, creo que lo recuerdo —fingí no darle mucha importancia al tema.

—Pues, ¡no puede dejar de mirarte! —medio chilló emocionada.

—Oye, tranquila —reí negando—, ¿por qué tan contenta? Solo me mira como lo hacen todos los demás. Por mera curiosidad y por ser el nuevo bicho raro —me confundía su cambio de parecer.

—Bueno, sí, pero... no lo sé, solo pienso que se verían lindos juntos —confesó con una sonrisa boba en el rostro.

—¿Qué? —pregunté, riendo incrédula—, estás loca; además él no es mi tipo.

—Lo sé, pero... —en ese momento se vio interrumpida por un chico alto, de ojos marrones y cabello rizado color castaño oscuro:

—¿Qué hay, Luce? —saludó a su amiga, y al minuto en que me vio a mí, sonrió mostrando una hermosa sonrisa—, hola; tú debes ser, Alexa, ¿cierto?

—Hola, así es —saludé con una sonrisa—. Y tú debes ser, Tyler.

—Cierto, soy el famoso adonis del cual todas las nenas hablan —contestó  haciendo que Luce y yo riamos por su fingido egocentrismo.

—Síí... por supuesto, Tyler —dijo Luce con sarcasmo.

—Bueno, Ty, no está tan mal —dije, aunque la verdad es que era un chico muy lindo.

—Ves, Luce... —habló el chico sentándose a mi lado y rodeando mis hombros con su brazo—, nuestra amiga, Alexa, no necesita anteojos como tú —agregó, y ella rodó sus ojos. Yo solo reí.

Siguieron con su pelea de niñitos pequeños y yo seguí comiendo mi comida sin despegar la vista de mi bandeja. No quería toparme con un par de ojos.

—Alexa, no veas hacia tu derecha, ¿sí? —me dijo Luce algo nerviosa, pero no entendí muy bien a lo que se refería.

—¿Por qué no? ¿Qué podría ser tan...? —dejé las palabras en el aire en cuanto lo hice para toparme con ese par de ojos, esos mismos que no quería encontrarme...

Genial, ¿por qué tenía que hacer lo contrario de lo que me decían que no hiciera? Ahora por ser demasiado estúpida estaré muerta.

En cuanto estuvieron en nuestra mesa, mi hermano y Ryan se sentaron sin invitación alguna. Los susodichos le clavaron una mirada asesina al podre de Ty, quien al darse cuenta de que los dos chicos enfrente nuestro lo asesinaban, inmediatamente quitó su brazo de alrededor de mis hombros.

Genial. Simplemente genial.

—Hola, hermanito —lo saludé fingiendo inocencia, a lo que me pareció raro que no me asesinara a mí también con su mirada.

—Hola, hermanita —saludó con una gran sonrisa.

Bueno... esto era un poco extraño. No, me retracto, demasiado extraño.

—¿No me asesinarás? —sí, fui demasiado directa porque no estaba para jueguitos mientras me carcomía por dentro.

—No —respondió tranquilo mientras me robaba unas cuantas papitas de mi bandeja y se llevaba un puñado a la boca—. Estoy de humor —habló con la boca llena.

El Idiota, el Odio y yo. © |#1| (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora