En multimedia Tyler.
Salí del baño y me encaminé directo hacia el closet, donde escogí una blusa sin mangas de color gris claro con la frase I don't play nice estampado en grande y con letras negras. Unos shorts de jeans azules algo rasgados, y por último unas Vans negras.
Me maquille como lo hacía de costumbre, y mi cabello lo sujeté con una goma en una coleta alta dejando algunos mechones fuera de esta.
No tan a lo lejos se escuchó cómo la bocina del Mini dio dos bocinazos... Vaya, sí que llegó antes. Hoy no habrá desayuno para mí. Tomé mi mochila y bajé las escaleras corriendo, por lo que sin duda algún día de estos me quebraré alguna una pierna, o algo.
Se había convertido en todo un hábito que corriera aunque no tuviera a un Alex detrás de mí queriendo asesinarme.
Al llegar a la entrada, cerrar la puerta y acercarme hasta el auto, me monté en este y eché mi mochila hacia los asientos traseros. Nos saludamos y me coloqué el cinturón de seguridad para después encender la radio, donde la canción Stone Cold de Demi Lovato empezó a sonar a través de los altavoces.
Le subí más el volumen e hice un puño con mi mano fingiendo que este era un micrófono, y empecé a cantar:
—Stone cold, stone cold... You see me standing, but I'm dying on the floor —cantaba queriendo imitar su preciosa voz, pero obviamente nunca lo lograría. Ella era única—. Anda, Luce, te toca esta parte a ti —le pasé el, "micrófono" y esta enseguida comenzó a cantar.
—Maybe if I don't cry, I won't feel anymore... —cantó—. Ahora juntas.
—God knows I tried to feel... Happy for you... Know that I am... —cantábamos al unísono y muy emotivamente.
Sin duda alguna tener una amiga con tu mismo desorden mental... no tiene precio.
[...]
La campana había tocado indicando que este era mi momento de ponerme en acción. Salí de mi clase y me dirigí a la cafetería. Una vez que llegué a dicho lugar me encaminé directo hacia la mesa de la esquina, en la que solo se encontraba el idiota. Oh, genial, ahora mi valentía se irá a la mierda, no podré hablar con él y no sé dónde más puedo encontrarlo.
—Miller, ¿dónde está tu amigo? —le pregunté.
Hablaré con su amigo para saber sus intenciones con mi amiga y, también para dejarle bien en claro que con ella no se juega.
—Hola, nena, ¿cómo estás? Yo bien, gracias por tu interés —dijo sarcástico a lo que solo rodeé los ojos.
—No hay de qué —respondí del mismo modo en que él lo hizo—, ¿sabes dónde está tu amigo? —pregunté nuevamente.
—¿Acaso me ves como su niñero, o qué? —preguntó de mala gana.
—Solo dime si, sí, o no —hablé un tanto exasperada por tantos rodeos de su parte.
—No —contestó al final.
—Gracias por tu ayuda, me sirvió de mucho —contesté, y esta vez fue su turno de rodar los ojos.
—¿Para qué quieres saber dónde está? —preguntó curioso.
—Adivina qué te responderé —dije con una gran sonrisa, a lo que él rodó una última vez sus ojos.
—Que, qué me importa —murmuró más para él que para mí, pero fui capaz de escucharlo.
—Exacto —asentí.
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El Idiota, el Odio y yo. © |#1| (Editando)
Novela JuvenilCuando Alexa regresa a su país natal, todo parece haber seguido igual a antes de que se fuera. Sin embargo, muchas cosas cambiaron desde entonces; la escuela, las personas, e incluso hasta su vida misma. Pero lo que más cambió fue cuando conoció a...