Capítulo 14. |Ser parte de tu mundo.

4.3K 332 50
                                    

Leah.

Unos lloran con lágrimas, otros con el pensamiento, y habemos algunos que lloramos de ambas formas. No hay una parte de mí que no me esté doliendo como el infierno, siento que estoy cayendo a un vacío sin escapatoria y que cada segundo qué pasa se acerca el momento de explotar. Nunca me había encontrado en un momento de mi vida como este, viviendo tantos malos momentos y teniendo tanta presión sobre mí, siento que voy a enloquecer.

Por un lado está Steven. Verlo en una cama de hospital completamente inmóvil como si estuviera muerto me está destrozando el alma, no podría explicar con palabras lo que siento cada vez que entro a verlo y lo veo en ese estado, no le desearía esto ni a mi peor enemigo. Steven es mi hermano menor y lo que me rompe el alma es saber que no le presté la atención que se merecía, nunca me detuve a interesarme por sus cosas, sólo hablábamos de vez en cuando pero no he sido una buena hermana y tengo mucho miedo de que no pueda tener otra oportunidad para intentar serlo, no soportaría ver cómo la vida se cobra la vida de Steven por cosas de las que él no tiene la culpa. Si Steven llega a morir no sé si tendré fuerzas para soportarlo.

Por el otro lado está Aaron y nuestra situación. Es tan frustrante cuando te odias a ti mismo, y es lo que más siento en estos momentos. No puedo creer lo tonta que he sido, lo inmadura, lo infantil que me he comportado, desearía poder regresar el tiempo atrás y tratar de hacer mejor las cosas. Cada vez que lo veo el corazón se me acelera de inmediato reconociéndolo al instante, Aaron es el amor de mi vida y es tan molesto haberme dado cuenta que mi actitud ha sido de lo peor durante estas semanas.

Estar sin él es la peor cosa del mundo, no tenerlo cerca para sentir su calor, sus manos rodear mi cuerpo, sus besos calientes en mis labios y su suave piel contra la mía me esta enloqueciendo. Fui una idiota con letras grandes, y ahora el miedo de perderlo realmente para siempre me va a terminar matando.

Esa chica, la tal Peyton, no es que sea paranoica o esas cosas, ni tampoco una loca psicópata, pero pude sentirlo, pude ver en ella que Aaron le gusta y como no va a gustarle, si Aaron es demasiado irresistible. El caso es este, ahora Aaron está libre y puede hacer lo que se le plazca, ya no tiene que respetar a nadie ni darme explicaciones, resulta que eso es lo que me tiene llena de pánico. En pocas palabras tengo terror de que Aaron Walter deje de amarme y otra mujer pueda llegar a ocupar mi lugar. De sólo imaginármelo tocando a otra mujer, haciéndola sentir placer, y peor aún, que termine teniendo sentimientos por otra, eso terminaría con mi poca cordura y terminaría mis días de vida en un hospital psiquiátrico.

Eso es ley.

Travis es otro problema. No sé hasta cuando va a decidirse y va a hablar con la verdad frente a mis padres. Sé que es difícil y no quiero presionarlo, pero ya es suficiente. Mis padres siguen llorándole a una tumba vacía y no es justo. No, no puedo dejar que eso siga ocurriendo, Travis es mi hermano y lo amo, y deseo con todas mis fuerzas que él pueda integrarse a la familia, así que si no lo presiono, estoy segura que tardaría en hacerlo.

En resumen, nadie querría estar en mis zapatos en estos momentos.

Me quedo contemplando a Steven unos instantes mientras recuerdos de su nacimiento llegan a mi cabeza. Después que mis padres creyeron perder a Scott, el que un año después mi madre saliera embarazada de mí fue una alegría inmensa para la familia, luego llegó Lexie y fue felicidad doble, pero cuando llegó Steven, mis padres no podían con tanta felicidad al tener un niño varón que le recordara a Scott. Steven siempre ha sido un niño de sentimientos tan puros. Recuerdo que siempre ha vivido regalando amor y siguiendo las reglas, nunca le ha dado un dolor de cabeza a mis padres y nunca ha sido un niño de malos hábitos, él simplemente no merece nada de esto.

Mi Salvación #2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora