Capítulo 08. |Se acabó.

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Aaron.

Escucharla llamarme en realidad fue una tentación. No devolverme hacia ella, fue muy difícil. Así que sin mirar atrás tomé mi moto y aceleré todo lo que podía para alejarme de este lugar. Quizás, si yo no hubiera presenciado dicha escena no estaría tan loco como lo estoy ahora, y es que yo no puedo sacar de mi cabeza ese maldito beso.

Leah era mía, todo de ella me pertenecía y resulta que tan sólo dos semanas desde que dimos por finalizada nuestra relación y ella ya ha podido corresponderle un beso a otro hombre, mientras que yo aún no dejo de pensar en ella cada puto segundo. No puedo, es que no puedo entenderla. No puedo entender como me ha sacado tan rápido de su vida, no entiendo como le ha sido tan fácil. Entiendo que la decepcioné y que no es sencillo todo lo que descubrió, pero ya estoy cansado de que Leah se haga la víctima siempre, cuando el que en realidad la está pasando fatal soy yo.

Estoy cansado de perseguirla y de demostrarle mi amor aún sabiendo que las probabilidades de volver a tenerla son escasas. Cansado de luchar por un amor que al parecer sólo estaba destinado a pasar una vez, y eso me termina de matar. Estoy cansado de amar, de amarla, realmente me he cansado.

Ese beso acabó por quitarme todo de Leah, acabó con la pequeña ilusión de volver a estar juntos. Y es que si así he reaccionado por un beso, no quiero ni imaginarme el saber que ella ha compartido otras cosas con ese imbécil, ahí estaría sentenciando mi maldita muerte. Necesito alcohol, necesito que mi organismo y mi cuerpo se olviden de todo por esta noche.

Necesito sexo.

Y aunque horas atrás me juraba nunca tocar a ninguna otra mujer que no fuera Leah, en estos momentos no pienso igual. Ella me ha olvidado y yo debo hacer exactamente lo mismo, y el sexo y el alcohol son el único camino para borrar todo aunque sea por una noche. Me detengo en el Green Door y me quedo observándolo unos segundos. Desde que estaba con Leah no volví a pisar este lugar, y en estos momentos me estoy dando cuenta que la mejor decisión que yo puedo tomar es volver a ser el Aaron cabrón de antes. El Aaron al que nada le importaba, el Aaron que no se enamoraba y jugaba con los sentimientos y el cuerpo de las mujeres, el Aaron que no tenía un motivo para vivir, el Aaron cruel y aburrido. Dejo la moto estacionada y entro de bruces al bar. El olor a cigarro y alcohol inundó mi sistema de inmediato. Caminé hacia la barra y vi a James que me miró sorprendido.

—Aaron, dichoso los ojos que te ven. Nos habías abandonado. —Dice a modo de saludo.

—Hola James. Dame lo más fuerte que tengas, algo así como que me haga olvidar hasta mi nombre.

Él levanta las cejas y sonríe.

—De inmediato.

Me quedo en la barra mirando para todos lados pero es como si mi mente aún estuviera presenciando aquella escena. La manera en como ella le correspondió el beso, es la misma jodida manera en como me besaba a mí.

¡Maldita sea!

Veo a Vanessa caminar a la barra con una bandeja llena de copas de whisky y un sin fin de bebidas. En cuanto me ve se paraliza.

—Aaron. —Dice mi nombre con temor. —¿Tú aquí?

Ruedo los ojos.

—¿Por qué te sorprende?—Le respondo de mala manera.

Ella pestaña un par de veces y la veo temblar.

—Leah no dejaría que volvieras aquí.

—Te agradecería que no me la mencionaras.

Mi Salvación #2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora