Capítulo 29. |Tatuaje de amor.

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Leah.

Era una especie de señal, de maravilla, de milagro. Steven había despertado en el mismo instante en que mi familia recuperaba a un hijo. Y aunque una cosa no tenga que ver con la otra, era la casualidad que necesitábamos.

Siento en mi cuerpo una vibra diferente, y es buena, es calmada, es paz. Y desde que todo esto empezó no la había vuelto a sentir. Mi corazón daba saltos de felicidad porque estaba feliz, todo estaba empezando a encajar. Me quedo observando a Peyton que me mira esperando una respuesta de mis labios. Está confundida y quiere respuestas de mi parte al ver todo el alboroto de los médicos corriendo y mis padres llorando en el pasillo, pero llorando de felicidad.

—Leah, por favor. No quiero entorpecerte, pero te pido que me digas que está pasando.

Me encojo de hombros y se me escapa una sonrisa con demasiada felicidad.

—¡Steven ha despertado!—Exclamo con demasiada felicidad.

Ella abre sus ojos a tope y lo juro, pude ver la misma felicidad que yo sentía en ellos, así sin trampas ni mentiras, real, sincera, como si una parte de ella que no conozco se hubiera despertado.

—¡Oh Dios mío!—Exclama contenta.

Peyton da un salto de alegría al igual que yo y sin darnos cuenta nos estábamos abrazando una a la otra. Espera, ¿qué? ¿Cómo llegamos a esto? Como si nos hubiésemos dado cuenta reaccionamos y nos separamos súper incómodas.

—Yo...lo siento, creo que nos emocionamos demasiado. —Dice ella carraspeando su garganta.

Yo aclaro la mía.

—Al parecer tus visiones o lo que sea que tienes, fueron reales y positivas.

Ella suspira.

—Leah, estoy muy feliz. No te voy a negar que cuando tuve esa revelación pensé lo peor, pero estoy muy contenta de que todo haya sido para bien. —Ella suspira. —Ahora debemos hablar de otra cosa. —La miro confundida. —De tu enfrentamiento con Luke de hace un rato.

Suspiro y me vuelve a la cabeza el rostro de aquel idiota que tuve tan cerca y se me volvió a escapar.

—¿Qué hay que hablar sobre eso, Peyton?

Ella se cruza de brazos.

—Debemos hablarlo con Aaron.

Frunzo el ceño.

—No creo que sea buena idea. Aaron pegaría el grito al cielo si sabe cómo tenía acorralado a Luke.

—Pues por esa razón Leah. Estoy segura que pegará el grito, pero luego se va a sentir feliz, de que ya puedes defenderte sola. Además, estas dentro de esto Leah, todo lo relacionado con Luke y Gregory no se puede esconder.

Ella tiene toda la razón. Ya estoy metida en esto y no solo yo, toda mi familia está en peligro, no puedo guardarme detalles que pueden ayudar a encontrar a Gregory.

—¿Aún no sabes dónde está?—La cuestiono.

Ella niega frustrada.

—No. Gregory es demasiado astuto y no va a decirme donde se encuentra porque se protege de todo. Sabe perfectamente que si supuestamente ustedes me descubren yo podría delatarlo, así que no va a decirme donde está.

Suspiro. La verdad es que no veo la hora de tener a ese hijo de puta de frente. Quiero verle su cara, esa que solo me provoca asco y deseos de venganza. Nunca pensé sentir odio hacia alguien y menos un odio tan intenso como el que siento por ese hombre.

—Ahí viene Aaron. —Dice ella haciéndome levantar la mirada por el pasillo.

Aaron hace contacto con mis ojos y corre hacia mí abrasándome con euforia. De seguro Lexie lo llamó, yo por estar hablando con Peyton se me olvidó llamarle.

Mi Salvación #2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora