Estábamos ambos, frente al río con nuestra sana comida de McDonald's -nótese el sarcasmo- Yo me había pedido un cuarto de libra con papas y Coca-Cola, Josh igual.
No puedo decir que no me daba algo vergüenza comer delante de él, no porque piense que soy una gorda Traga-hamburguesas-de-McDonald's, si no porque digamos que no soy muy higiénica a la hora de comer, hay lechuga, tomate y todos los ingredientes del alimento por todo mi cuerpo. Este por suerte, no es el caso. Voy a intentar comer como la gente normal.
Es que convivir con cuatro chicos que tampoco les molesta comer como cerdos no ayuda mucho. Yo era una chica normal, hasta que tuve que vivir con ellos.
-¿Te gusta el lugar?-Pregunta mirándome con esos ojos cafés que tanto me encantan.
-Sí... Es... Muy lindo.- Confieso. Él sonríe y siento que el estomago me esta dando vueltas.
Una vez que terminamos de comer -gracias al cielo pude comer normalmente- nos encontramos ambos en silencio, yo con mi cabeza apoyada en su hombro y él con la otra mano acariciando mi cabello. Estuvimos así unos minutos.
Quiero quedarme así para siempre.
-Ya.- Él se levanta de golpe.
¿Hice algo mal?
-¿Que pasa?- Pregunto preocupada.
-Hagamos algo, no es que no me guste estar así contigo... Todo lo contrario, me encanta.- Ambos sonreímos sin poder evitarlo.- Quiero que corramos, no lo sé. Hacerte cosquillas y que rías, nunca lo mencioné, pero tu risa es como música para mis oídos.
Corrí hasta donde estaba, tomé su rostro entre mis manos y conecté nuestros labios. Su boca se abrió al igual que la mía y su lengua se adentró en mi boca, le mordí levemente el labio y él sonrió en medio del beso. Fue una de las mejores sensaciones del mundo. Sus manos bajaron hasta mi cadera, me tomó con más fuerza atrayendome más a su cuerpo. Tuve que apartarme por falta de aire, pero nuestros rostros y cuerpos seguían igual de cerca, me dio un corto beso en los labios y se separó de mí. Él tenia una sonrisa de oreja a oreja, y creo que yo igual.
Volvió a acercarse.
-Te quiero tanto...-Susurró en mi oído. Una electricidad me recorrió el cuerpo.
-También te quiero, Josh.-Murmuré.
Pegó nuestras frentes, la sonrisa parecía no querer dejar nuestros rostros.
Me dio un rápido beso, con un brazo me tomó de las piernas y con el otro la espalda. Me levantó y empezó a darme vueltas.
-¡Bájame!- Pedí entre risas. Instantáneamente con mis dos brazos le rodeé el cuello y escondí mi cabeza allí, mientras él seguía girando.
Suavemente dejó mi cuerpo en el césped, yo me acosté allí.
-Levántate.- Pidió riendo.
-No.- Lo miré.
-¿Ah no?
-Nopi.-Una risita salió de mi boca.
-Bien...- Se dio media vuelta, con intenciones de irse. Levanté mi espalda, Josh se volteó y vino corriendo a donde me encontraba. Escondí mi rostro en mis manos. Unos fuertes brazos me levantaron como su fuera una pluma y me posicionó en su hombro. Como un saco de papas. Grité.
-¡Bajáme maldito imbécil!
-¿Como acabas de llamarme?.- Josh estaba caminando hacia no-sé-donde, solo veía que cada vez estábamos más lejos del auto y más cerca del río... Oh no.
ESTÁS LEYENDO
Residencia Delta
Teen Fiction¿Que harías si los chicos más populares del instituto queman tu residencia y tu última alternativa es irte a vivir con ellos? Nash, Evan, Alexis y Ethan no se llevaban para nada bien con Alessia y deciden quemar su residencia como venganza después...