Capítulo 11

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-¡Alessia!-Alguien gritó a mi lado despertándome de mi hermoso sueño.- Levantate morsa, llegamos tarde.-Evan se levantó de mi cama y salió por la puerta.

A regañadientes me levanté, vestí, y desayune.

-¡Manga de críos, andando!-Grité para que todos puedan escucharme, estaban todos esparcidos por la casa.

Nadie bajó ni nada, así que fui a la segunda planta. Vi a Nash, a Evan y a Alexis mirando adentro del baño a Ethan, me acerqué a ellos.

-¿Que esta pasando?¡Estamos llegando tarde!

-Shhh.- Me callaron.-Habla bajo.

-¿Que pasa?-Susurré.

-Mira a Ethan.-Ordenó Alexis.

Miré por la puerta enteabierta y Ethan se estaba lavando los dientes, no sé que le ven de interesante a esto.

-¿Que tiene? Se esta cepillando los dientes.- Dije obvia.

-Ese cepillo.-Señaló Evan.- Lo usamos para lavar mis zapatillas la otra vez que pisé mierda.

Contuve la risa como pude.

-Son crueles.- Reí.- Ahora vamos abajo.- Todos me siguieron.

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-¿Dices que debo hablarle?

-¡Claro!-Lo animé.

-Pero... ¿Y si le estornudo o algo por el estilo? No olvides que estoy resfriado.-Tomó un pañuelo y se sonó los mocos a lo que yo arrugue la nariz haciendo una mueca de asco.

-Y tus resfriados son los peores.- Revoleé los ojos.

-Exacto.-Dijo aún con el pañuelo en su nariz.

-Bien ¿Entonces irás o no? Aprovecha, hoy no vino Andrew y esta sola.-Hice una cara pícara a lo que él me sonrió.

-Bien, iré.-Dijo algo nervioso.- Pero recuerda que si recibo una patada en las pelotas por parte de ella, será tu culpa por animarme a hacer esto. Después de la pelea con Andrew.-Escupió su nombre.-No me ha hablado ni nada.

-Seamos realistas, nunca hablaron.-Intente ser cruel.

-Touche.

-Bien, vé, suerte.-Apoyé una mano en su hombro y lo empujé levemente, el comenzó a caminar hacia ella, pero recordé algo.- ¡Ethan!-Grité. A lo que él se volteó.-Toma, lo necesitaras.- Le tendí un chicle de menta, recordando lo de hoy a la mañana. Reí un poco.

-¿Gracias?

-De nada, ahora vé.-Volví a empujarlo.

ETHAN.

Me encaminé hacia donde estaba ella, mis manos sudaban, estaba nervioso.

Cuando comencé a estar más cerca de Jules, comencé a andar más lento. Ella levantó la vista de su libro y me miró con esos hermosos ojos cafés que siempre me habían vuelto loco. Intente sonreirle, pero eso pareció más una mueca extraña que una sonrisa, a lo que la borré al instante y Jules volvió la vista a su libro, decidido volví a caminar hacia ella.

No estés nervioso...

Me paré justo delante, pero hizo como si no existiera, como si no estaría ahí chorreando mocos como loco.

-¿Hola?-Pregunté dudoso.

-¿Que quieres?-Levantó la vista de su libro y volvió a mirarme, con el ceño fruncido. Su cara demostraba enojo, mucho.

Residencia DeltaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora