ELINA
''Ay... mi cabeza...¿Dónde....dónde estoy?'' - desperté aturdida y desubicada, sin saber muy bien hacia que dirección mirar, nunca antes había estado en aquel lugar; no parecía ser ningún lugar de Itya pero tampoco estaba segura. Lo cierto es que la cabeza me daba demasiadas vueltas, apenas recordaba lo que pasó en la sala de justicia y para colmo tenía ganas de vomitar.
Seguí observando el lugar mientras intentaba ordenar mis pensamientos; por sus acabados, aquella enorme habitación debía estar en lo alto de una cúpula. En el centro de la misma, colgada sobre el techo, se alzaba una majestuosa lámpara de araña de color negro azabache. Aunque diría que era un mero objeto de decoración, ya que la luz proveníacasi en su totalidad de los enormes ventanales que rodeaban la estancia. Además, la habitación guardaba un patrón de colores rojizos con algunos toques beige.
''Rojos... sala... juicio...'' - de golpe y porrazo vino a mi mente la imagen de Asdarel en el suelo y todos esos extraños personajes de capas negras rodeándonos, y como un acto reflejo me tapé con lo primero que pillé a mi alcance (que no era más que la almohada con la que había estado durmiendo).
- No creo que eso te vaya a servir de mucho - contestó una voz firme pero suave a su vez, mientras veía a Denia pasar a la habitación - de todas maneras, baja la guardia, ahora estás a salvo... de momento - vino decidida hasta la cama y se sentó junto a mi, con esa sonrisa que tanto la caracterizaba - menuda la que armaste el día del juicio
- ¿Cómo? ¿yo? pero si no hice nada...
- ¡JA, nada bueno chica! nada bueno - contestó al segundo - después de esto, me imagino que la confianza que había puesto ''su majestad'' Beatrice en ti se ha ido al garete. Si te pillan, créeme que tendrás una cálida bienvenida - añadió con tono irónico y burlón - en las mazmorras para siempre, eso si no te ejecutan por traición antes de que puedas poner un pie en palacio.
Ahora sí que estaba perdida, no recordaba absolutamente nada, para mí todo había acabado cuando perdí la consciencia al ver a Asdarel sangrar de aquella manera tan brusca. Denia debió notar mi confusión, pues cambió su natural y sarcástica expresión por una más seria mientras me miraba, parecía no dar crédito a mi reacción:
- ¿Se puede saber por qué pones esa cara? Jamás había visto a nadie con un poder tan monstruoso como el tuyo, ¿y lo único que sabes hacer ahora es quedarte muda? Parece mentira...
- ¡Es que no sé de qué me estás hablando! - estallé con un chillido que retumbó en mi cabeza tan bruscamente que acabó por hundirme, obligándome a recostarme sobre la cama - ¿puedes explicarme que pasó? por favor...
- Vaya... ahora soy yo la que no entiende nada, en fin si no hay más remedio... pero te advierto, si te duermes en medio de la historia, te quedarás con las ganas de saber lo que pasó, ¿está claro? no me gusta repetir las cosas dos veces.
- No lo haré, continúa
<< Para cuando terminó de contarme la situación, la luz que entraba a través de los ventanales se había extinguido por completo >>
- ¿¡QUÉ!? ¡IMPOSIBLE, YO... YO NO PUDE HABER HECHO ALGO ASÍ!
- Pues ya me dirás tú quien va a creerte ahora, has pasado de ser la invitada de honor de la reina, a la persona con la cabeza más buscada de todo el reino
- ¿¡Y... y qué hago ahora!? ¡Denia tienes que ayudarme por favor, te devolveré el favor, lo prometo! ¡Teletransportame con tu magia o algo!
- Como si eso fuera tan fácil de hacer, yo solo puedo desmaterializarme a mí misma, de momento tendrás que quedarte aquí. Además, me gustaría saber que es lo que te pasó y si tiene algo de ver con lo que sufriste en la celda cuando rescatamos a mi hermano... En fin, iré a ver que tal está, luego me pasaré a hacerte compañía otra vez...
Me sentía tan impotente en aquel momento, por culpa de algo de lo que ni siquiera me acordaba, ahora no estaba segura en ninguna parte. Y por si fuera poco, ni siquiera tenía permitido volver a casa, donde todos estarían como locos intentando averiguar qué me pasa porque...
- ¡ESO ES! - grité de golpe, mientras miraba el colgante que me dio Denia, que debía llevar siempre puesto. Lo agarré con fuerza, dispuesta a tirar de él con todas mis fuerzas - ''Si me lo quito, mi alma podrá regresar de nuevo a mi cuerpo... ¡seré libre y nunca volveré aquí!''
- ¡NO LO HAGAS! - gritó la pelirroja con nerviosismo, mientras corría hacia mí - En aquel momento de angustia, la sala se había vuelto infinita, y la distancia entre ellas dos, inalcanzable.
***
¡Hola queridos lectores!
Cuánto tiempo, ¿verdad? Para ser sinceros, no tengo excusa válida para respaldar mi ausencia en todo este tiempo, exceptuando que no quería traeros una continuidad de la historia mediocre, y por eso no me decidía ha escribirla.
No sabía como continuar de manera interesante y que todo resultase como tengo planeado, por eso no publiqué más capítulos (bueno eso y que dejé la escritura de lado, para dedicarme a otras cosas)
Pero bueno, lo que importa es que estoy de nuevo aquí e intentaré escribir siempre que pueda, aunque los capítulos sean más cortos que de costumbre jeje
Sin más dilación, ¡espero que os haya gustado este capítulo 16 y nos leemos en el próximo!
*Miley*
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Illusia Alter Ego
FantasiA veces, una visión puede ser tan real, que deja de ser una mera ilusión; ¿Qué pasaría si nada de lo que ves es completamente real, y todo lo que has creído imaginar tiene algo de verdad? Porque no todo es lo que parece, y donde hay luz siempre hay...