La Segunda

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— pero si puedo decirte que quiero hacer ahora... — con cuidado baje la oscura prenda rocanrrolera y bese su espinosa nuca — ir a desayunar — susurre con burla.
Me despegue de su cuerpo con lentitud para acomodar mi erección de una forma que no fuera tan notoria. — Hay ropa limpia en el armario, apenas salga de bañarme, entras vos — aclaré, caminando hacia la puerta del baño con la mirada de la chica en mi espalda. — Te invitaría, pero necesitas estar concentrada para tu primer día de trabajo — me detuve justo frente a la puerta y gire la cabeza para verla sobre mi hombro — No creo que puedas, recordando como tu jefe te hizo el amor bajo la ducha — sin decir otra palabra más, me introduje al baño esbozando una sonrisa por las condiciones en que había dejado a mi invitada.

(...)

Mi pecho subía y bajaba incontrolable. Estaba agitada, era evidente... Pero había algo más, una chispa, un sentimiento que pedía estar junto a él más tiempo. Claro que esto era un obvio deseo sexual que no llegaba a nada más... A nada más.

Me quedé unos momentos más en la cama, esperando a que mi temperatura disminuyera en vano. Ya que solamente, subió al pensar que el estaba tan cerca, con agua resbalando por su cuerpo. Tal vez, esta es una oportunidad divina y la estoy desaprovechando.

Un golpe seco rompe mi burbuja de pensamiento de forma abrupta.

— Abre la puerta ahora mismo, retardado infantil — una voz femenina de tonada furiosa y firme resonaba por todo el lugar.

Entre en pánico al ver que Shadow no salía del baño, seguramente sordo por el ruido de la ducha, y por nada del mundo voy a abrir la puerta del baño.

— Vamos abre, homosexual arrepentido —la insistencia me ponía más nerviosa. Privandome de poder pensar con claridad.... Pero no necesitaba mucho pensamiento para darme cuenta de que tengo que abrir la puerta.

Con cuidado y bajando lo más posible mi única prenda. Fui hasta la fuente de los insultos y reclamos. Una puerta blanca con decoraciones doradas en forma de líneas, muy elegante a decir verdad.

—abre la puerta, pedazo de mier— no la deje terminar y abrí la puerta de un tirón, mirando con curiosidad a la mujer detrás de esta.

Una zorra rojiza de aspecto rudo. Me miraba con la misma curiosidad. — eh disculpa, ¿Esta tu... Padre? — pregunto dudando al final, causandome gracia. Es entendible, soy parecida a Shadow en algunos aspectos.
De todas formas, no pude resistirme a aclarar ese asunto.

— Soy su novia — respondi, sin entender porque había dicho eso si era una completa mentira y yo no era una persona que mintiera sin motivo.

No pareció muy sorprendida a decir verdad, es más una pequeña sonrisa apareció en su rostro — ¿Así que ahora anda con menores? Me pregunto cuánto podré sacarle por guardar este secreto. — dijo con malicia, riendo de forma desagradable. No parecía alguien muy agradable que digamos. Me pone nerviosa lo que dice, no tengo ánimos de ser un problema.

— Lo único que podrás sacarme es un vaso de alguna bebida, si es que pasas. Sally sabe y ya complio 18 — la voz de Shadow a mis espaldas. Me tranquiliza.

— Maldito violador, tanto tiempo. Justo con vos quería hablar —
Sin mucha consideración me hace a un lado de forma brusca, para quedar cara a cara con Shadow. — Tengo varios chicos que dicen que un Erizo negro de personalidad arrogante anda intimidandolos... El único erizo negro que conozco que hace eso.... Eres tu — acusó con irritación en las palabras.

— No se de que hablas, solo tomamos algo y nos besamos un rato — se excuso con indiferencia.

— Hay dos chicos que dijeron haber sido amenazados por ti, Shadow. No es correcto que andes amenazando gente por el unico motivo de que eres grandote — hablo con los ojos en blanco, haciendo más notoria su irritación.

— No fue mi culpa, si ves una chica linda y atrás hay un tipo de 45, más alto y fuerte que vos y con pinta de millonario ¿vas a hablarle a la chica? -— pregunto con sarcasmo.

— obviamente si, apuñaló al chico y me llevo a la chica — dijo juguetona dándole un leve empujón al escritor.

— Pensé que esto iba enserió — le respondió Shadow dándome una leve ojeada. Mostrandome que estaba pendiente de mis movimientos. Cosa que me extraño, ni que fuera a salir corriendo.

— Va enserió, pero como me caes bien y no tengo ganas de amenazarte frente a tu... Invitada. Lo dejo pasar. La próxima vez que te molesten, trata de que el otro trate de golpearte primero, ahí tenes todo el derecho del mundo para romperle cada hueso del cuerpo... En el caso de que molesten a tu chica. Solo debes avisarle a Franki.. Es el erizo rojo, se encarga de seguridad, estuvo en prisión diez años por matar a su padre con una pala mientras esté golpeaba a su madre. Está perfectamente calificado para defender a una mujer — me dio gracia la historia y no pude evitar soltar una ronca risa que fui incapaz de suprimir.

— Muy amable de tu parte, pero si tengo problemas yo mismo los resolvere. — aclaro Shadow, mirando con desdén a la chica.

— Cuanta sutileza, dime, ¿eres así porque es lo que buscan las menores? — dijo con una clara referencia hacia mi.

— Soy así porque estoy cansado de reclamos estúpidos, ahora largo — gruñó con exasperación.

— Por aquí cerca hay una farmacia para que compres tus toallitas. Volveré cuando se te vaya el periodo — sin mediar más palabras con el o conmigo. Se retiro por la puerta, dejando escuchar sus risas burlonas deslizándose por el pasillo.

No me pareció correcto reírme de eso, soy su invitada y me río de las ofensas de la chica. Yo echo a patadas a cualquiera.

De todas formas no le importo en lo más mínimo. Se volteo y volvió al baño sin comentar nada con respecto a lo sucedido.

No me atreví yo tampoco a decir nada, ya que ese inconveniente con la Fiona lo había tenido por mi culpa.
Busque un lugar donde sentarme a esperar mi turno en el baño.

Pasados unos minutos y aún con la ducha de fondo, dijo:
— Si descargas una película en las bahamas. ¿Sos un pirata del caribe? — escuche la insual pregunta salir del baño.

Yo, firmemente incrédula, no sabía que decir. No tenía ni siquiera una idea de que esperaba escuchar, así que opte por una afirmación resultado del sentido común. — si —.

— Si escribis un libro en medio de un régimen comunista que no está de acuerdo con ese libro y por esa razón te asesinan. ¿Sos un criminal? — nunca había tenido una conversación a través de las paredes de un baño.

Analice sus palabras cuidadosamente, encontrando a que hacia alusión. Iba a responder pero creo que tenía cronometrado el tiempo para que no lo hiciera. — Los logros definen al profesional, no los títulos baratos dados por la sociedad para tacharte de una forma que te limiten terriblemente frente a los demás. Recuerda esto, porque en cuanto veas tu primer y mínimo éxito, los buitres envidiosos y competitivos empezarán a picarte los ojos sin siquiera saber que hiciste realmente — sus palabras sabias, metafóricas y tan crudas con respecto a la sociedad, me hicieron sentir que no iba a ser nada fácil superarlo como escritor. Es más, las posibilidades desaparecen poco a poco. — te digo esto de repente porque justo me estaba enjuagando la verga y me acordé de vos, una cosa llevo a la otra y bueno, terminé pensando en tu futuro — un sonroje enorme me atacó al escuchar su explicación, confesando que soy parte de sus pensamientos.

La ducha freno y el salió con una toalla en la cintura. — Te sugiero que le pongas actitud de campeona a esto. — fue lo último que dijo ante de entrar a su habitación. Dejándome aún sonrojada.

Y ahora era mi turno de ducharme, creo que el también estará en mis pensamientos.

Shadamy - Blind SpotDonde viven las historias. Descúbrelo ahora