Ah Bueno, Con El Jefe

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— nos vestimos, vamos a desayunar y te dejo en tu casa... Lo de ayer nunca pasó, solo dejemoslo como un inconveniente aislado el cual no se repetirá, como quieras — no se si realmente quería dejarlo así, esta claro que me pasan cosas con el pero no están definidas y lo de ayer fue el inicio y la máxima confusión. Estábamos drogados, muy drogados a mi parecer.

Lo mire a los ojos, buscando algun destello de lujuria que tanto demostraba en la noche anterior. No había nada, inerte totalmente. Solo esa seriedad. Esa frialdad que tan atractivo lo hacían pero que tanto me decepcionaban ahora mismo... Ni yo sabía el porqué. Tal vez solo quiero verlo caliente conmigo, ver una erección que yo misma cause.
— Esta bien — acepte, dejando de lado el tema.

— Pero admito que se me hizo agua la boca cuando vi lo depilada que estas ahí abajo — chille enfurecida por su comentario y le arroje lo primero que tuve a mi alcance en la mesita de luz: un muñeco miniatura de Iron man.

— ¡NOO! — grito desesperado, antes de lanzarse en el atajo del juguete. — ¿tenes idea cuanto vale esta mierda? — hablo furioso examinando al vengador millonario. ¿Es enserió? ¿Un hombre mayor como Shadow, preocupado por un muñequito? — es más caro que esa braguita hermosa de encaje que estabas usando ayer —

(...)

Es tan divertido verla enojarse por cosas así. — Enserió amy, le das tanta dedicación a tu vagina que dudo de las cosas que haces con ella — la ataque juguetón, lanzando el insignificante muñeco a la cama.

Sus orejas despedían humo en ira. — ¿Quién te crees? No podes faltarme el respeto así — hablo con su áspera voz.

Me encanta cuando dicen palabras que me dejan servida una posibilidad de provocar.
— Pues tu jefe y si puedo faltarte el respeto todo lo que yo quiera, porque se que no vas a hacer nada al respecto... O ¿si? — la tome sorpresivamente de los hombros para pegarla a mi cuerpo, con delicadeza a pesar de lo brusco del movimiento. — ¿tenes ovarios para hacer algo al respecto? — la mire con mi natural seducción, y se notaba como Amy sucumbía ante ella, pero obvio que como toda chica tímida y novata, no lo aceptaba.

Inclinaba su rostro hacia atrás, tratando de mantener la distancia.
— n-no — se negó, pero ni siquiera está de acuerdo con su propia negación.

— Vamos bombón, estas a mi merced, te puedo hacer todo lo que yo quiera y vos... No te vas a negar — susurre, cerrando mis ojos y esbozando una sonrisita juguetona. — y lo sabes, sabes que me tenes ganas, muchas ganas, que te vuelvo loca.... Así que no te atrevas a decirme quien me creo. Porque yo me creo el hombre que está en tus sueños húmedos — me sentí repentinamente culpable por mis palabras, mi propio juego de seducción estaba en mi contra. Me sentía tan basura diciéndole estas patrañas... Como si fuera una chica más. Bese su frente y baje mis brazos a su cintura para abrazarla con calidez. Abrí los ojos para encontrarme con sus esmeraldas curiosas por el cambio de actitud — Pero estoy igual... a tu merced, me volves loco, lo descubrí ayer a la noche cuando te estaba cargando bajo la lluvia para tráerte aquí... — me di cuenta que no debería haber dicho eso —... Yo... Dejemoslo.... Solamente fue una calentura que dejó unas secuelas sentimentales — justifique, convenciendome a mi mismo, pero Amy no parecía tan satisfecha, supongo que es normal, es joven y los sentimientos se confunden fácil cuando eres joven.

La curiosidad de sus ojitos no cesaba. Para complicarme la situación, su cola se movía lentamente, como si ella fuera la que me estuviese tratando de provocar ahora. — No tengo problema con las provocaciónes que claramente predominan en nuestra relación pero dejemos bien claro que no hay sentimientos. Solo nos tenemos unas terribles ganas el uno por el otro, nos volvemos loco mutuamente... ¿Esta claro? — aclare las cosas, aun sintiéndome más satisfecho que con el argumento anterior.

Shadamy - Blind SpotDonde viven las historias. Descúbrelo ahora