- Otra pregunta... ¿Soltera? - su curiosidad ya me estaba empezando a causar gracia. Afirme y levante mi mano. Ya tenía las fuertes sospechas de que el estaba en una relación con Sally Acorn pero porque no confirmarlo. - ¿Viste a la ardilla bajita junto a mi? Cuando dimos esa pequeña charla en la sala de juegos.. Bueno ella es mi pareja. Sally Acorn.. Debes haber leído alguno de sus libros ¿no? - inquirió cruzando los brazos. "¡Ja! Ya la conozco y si, leí casi todos sus libros" es lo que hubiera respondido con arrogancia, si pudiera hablar. Levante los hombros y sonreí. Mostrándole que es obvio que todo lector fanático de lo erotico leyó mínimo, un libro de la famosa ardilla.
Oigan soy yo... ¿O demuestro demasiado con pocos gestos?.. No se, esta raro. Tal vez el me entiende otra cosa.
- ¿Que opinas de la política? ¿Eres alguien que le interesa el tema? - disenti con desagrado por el repentino cambio de tema.
-Yo tampoco, a decir verdad, me da totalmente igual, siempre y cuando mis libros no sean censurados por el gobierno o algún otro problema - Ohh es cierto, me había olvidado de eso. ¿Le habrán censurado muchos libros? - Volviendo a lo principal... ¿Hay algún otro tipo de literatura que te guste? - ¿Enserió? Da pasos agigantados en cuanto a los temas de los que me habla. Y no se como demostrarle que también me gusta la fantasía (Lo se, floja para escribir) Tal vez si señaló una de sus estatuas. Levante mi brazo en dirección a la figura hecha con piedra de Sauron.
El me miró con incredulidad
- ¿te gusta el señor de los anillos?...
¿No eres muy joven para eso? - dijo en chiste, burlándose de la sociedad y los valores que se habían perdido. Reí nuevamente, tapando mi boca.
- Deja de tapar la boca cuando reís ¿quieres?... Esta bien que sea adinerado y refinado pero tampoco soy un caballero inglés... - volvi a reír, esta vez sin tapar mi boca. No tenía idea de que fuera tan chistoso. A simple vista parece un viejo cascarrabias. - Otra pregunta... ¿Infancia complicada? - ¡lo hizo de nuevo! Me abruma que cambie de tema de esa forma. Fue un poco complicada pero tampoco es que asesinaron a mis padres frente a mis ojos. Negué con la cabeza y levante la mano, curiosa por lo que tenga que decir. - Se podría decir que si pero... Solo fueron cosas simples como divorcio y de semana en semana a casa de cada uno de mis padres - eso... No era de esperarse. ¿No se dieron cuenta que todas las personas millonarias a las que les preguntas sobre su infancia, tienen una super historia emotiva y triste, sobre la lucha contra la adversidad?... Creo que fue solo mi impresión. - ¿Haces deporte? - si me lo pregunto por mis piernas o algún rasgo físico, me voy a sentir halagada. Nuevamente negué con la cabeza... Pero levante la mano. Curisa por si estará todo marcado y si tendrá una barra de chocolate en el abdomen. - Solo en casa, ya sabes, cosas de un hombre mayor para no tener autoestima baja.. Además tengo que verme bueno, con la novia que tengo... - reí por otra de sus graciosas ocurrencias.... Pero ahora otro interrogante nació a raíz de mi curiosidad... ¿Su edad? Y no tengo idea como plantearsela más que escribiendo. Saque mi celular del bolsillo de mi pantalón, lo desbloquee y fui directo a la aplicación de notas. - ¿Que haces Amy? - ignore su pregunta y continuo escribiendo. "Cuántos años tiene?" le estiro mi brazo, con el celular en la mano, mostrándole la pregunta. Este mira la pantalla unos momentos y luego dirige, de nueva cuenta su mirada hacia mi - Note tu curiosidad, pero no imagine que me preguntarías directamente. Yo fui el que te convocó para este interrogatorio. - dijo con burla, recargando sus codos en el escritorio.
- Mi edad no es de tu incumbencia Amy, tal vez algún día si nos convertimos en amigos te la diga... Además me da vergüenza decirle a una chica como tu, lo viejo que soy - llevo una de sus manos a la nuca y empezó a reír. ¿Chica como yo? ¿A que se refiere este imbécil?. Cruce mis brazos para arquear una ceja y mirarlo seriamente. Paro de reír cuando noto mi expresión - Hablo sobre que me voy a sentir un viejo senil, diciendole mi edad a una chica de 17, linda y en todo su esplendor -
Espeto volviendo a su semblante congelado (no me sonroje... Mucho). - ¿Que entendiste? ¿Que te estaba tomando por tarada? - asentí apenada, dejando escondido mi orgullo. ¡OIGAN! ¿Que esperaban? ¡Aunque no lo admita estoy nervios, Carajo! - En el mundo de la literatura profesional no hay lugar para taradas y tu estas aquí, así que ya sabes - no utilizo las palabras más reconfortantes pero debo agradecer que no me echo de una patada - ¿Chica de carácter fuerte? - fui una tonta al dudar, ya que haciendolo arruine el ambiente que había logrado, una verdadera pena, estaba tan cómoda, ahora tengo que tolerar otra vez su profunda voz, que hay que decir que si es muy sensual pero también exasperante. Parece que esta hablando eh cámara lenta.
Negué con la cabeza, no se puede ser chica de carácter fuerte estando muda, ya que vas a terminar sacandote canas a los 20. No se si me doy a entender. - ahh, pero si sabes cuanto tenes que defenderte - que fácil fue recuperar su sonrisa calida junto a su tono jugueton. (literalmente, no hice nada).
Asenti sonríendo con arrogancia. - Me caes bien nena, y es raro que a mi caiga bien un adolescente. - ¿no me lo había dicho antes? se levantó de su lugar para reemplazar esa cómoda silla por una de las esquinas del escritorio. - Te paso mi número, así después me pasas tu dirección y vamos juntos a la fiesta. - se me están ocurriendo varias personas que en mi misma situación gritarían, demostrando la locura obscena que guardan por este tipo. Saque a mi fiel aliado del bolsillo y espere el dictado de su número.
Número por número y con alguna repetición, obtengo el número de la un escritor famoso. - Genial, pedile permiso a tu mamá.. No, no, eso es complicado ya que podrías mentirme - tiene razón -.... Mmm creo que tendré que conocer a tu mamá. Espero que no te moleste pero es necesario para que puedas asistir esta noche - Me explico de modo que pareciera un requisito obligatorio ir a esa reunión para poder progresar con el. - O si queres te doy un documento que deberá tener la firma de tu mamá..
Como te parezca más cómodo - Optaré por pedir el permiso directamente junto a Shadow, así mi mamá no piensa que me voy a meter en problemas en alguna fiesta para mayores. Tomo mi celular para escribir la opción que escogí. "¿Te molestaria hablar con mi mamá? Así ve que no es mentira y que es algo relacionado con el trabajo" le mostré la pantalla de mi celular nuevamente, con la respuesta escrita. - No hay problema -me responde tranquilo. Ya logro imaginarme la situación: Mi mamá no va a reconocer a Shadow por la poca lectura que tiene y lo va a tratar de pervertido. Me voy a reír, se va a enojar. Shadow va a tratar de explicarle todo, mi mamá lo va a insultar y el resto no me lo se.
- ¿Vamos ahora? Para sacarnos este asunto de encima - me ofreció sereno, descruzando los brazos para pararse y lucir su prominente figura.
Apenada, lo mire. Tenía ganas de continuar con nuestro pequeño monólogo. - No te preocupes, Amy. Ahora que soy tu jefe podemos compartir más momentos así. - Me sorprende los acertadas que están sus palabras. Es como si pudiera leer mi rostro. - Me agrada poder compartir un momento así con una chica que no me esta celando todo el tiempo - Menciono sin borrar la serenidad de su rostro, mostrandome que incluso los escritores millonarios y mundialmente reconocidos tienen sus problemas personales.Una sensación de confianza apareció en mi pecho segundos después de conocer sus problemas. Si el siente que puede contarmelos, cree que yo también puedo contarle los míos. - Perdóname Amy, no debí decir eso.. Solo ignorame - se disculpo, y quedo absorto en sus pensamientos. Ahora es momento para brindarle palabras de ánimo a este, no tan completo desconocido. Despegue mi contracturado trasero de la silla, y me pare frente a él, sintiendome pequeña, estire mi brazo y coloque mi mano sobre su hombro. ¿Que opinan eh? ¿Digno de la escena emotiva de una película de Disney, no? Yo opino igual. - ¿Que estas haciendo? - su voz confundída me expulsa de mi trance animado. Sus tenebrosos ojos me miran esperando alguna reacción mía. Pero yo estoy en modo estatua, así que va a seguir esperando esa reacción. Una sonrisa burlona me estremece - Gracias por querer consolarme pero no hace falta - toma mi muñeca y la aparta de su hombro. Me mira de arriba a abajo con la ceja arqueada - Eres bajita - recito sin abandonar lo burlesco de su voz. Ese es un comentario que no puede faltar cuando alguien me conoce. Cruzo mis brazos para poner mis ojos en blanco y hacer la perfecta expresión de exasperación. - Bueno ¿vamos a ver a tu mamá? - lo dijo de tal forma que sonó... Mal. Y hasta el se dio cuenta de esto - Sono raro... Bueno, también es raro que tenga que conocer a tu madre... Oye, todo esto es raro ahora que lo pienso - me miro pensativo, llevando las manos a sus bolsillos. Unos segundos más bastaron para que sus ojos se cerraran - ¿Serás tú? - intrigada por su pregunta, lo invito a explicarse arqueando ambas cejas. - Nada, nada. Cosas de un loco escritor - se volteo para empezar su camino a la puerta. Note su apuro, en conjunto a su pobre explicación y comentarios anteriores puedo deducir que es excéntrico. Igual, lo supe desde el momento en que se me quedó mirando, luego de darle mi respuesta a su "tan" complicada pregunta.
¿Todos los escritores serán así?. Sólo me parece raro, ¿porque siempre la personalidad de un escritor resalta? Estamos todos locos.. Creo.
- Amy, ya se que te gusta mi oficina, pero te gustará más cuando vengas para trabajar conmigo... ¿Nos vamos, o queres quedarte otra hora más admirandola? - río al ver su irritación, tiene el ceño tan fruncido que en cualquier momento le explota la cara.
Doy rápidos pasitos hasta el, sin dejar de mirarlo con burla. - No, no soy bipolar - rueda los ojos antes de abrir la puerta para que salgamos juntos hacia una nueva reunión con su secretaria. - Voy a Salir y necesito que mi pequeño este listo... Si no lo esta va a ser culpa de la loca de tu hija -hablo amenazador apuntando con su dedo índice a la secretaria.- Si, si lo que digas - ¿como hará esta mujer para cargar con los ovarios que tiene?
Un largo suspiro escapo de Shadow - sígueme - me ordeno caminando de vuelta por donde habíamos venido, lo seguí, desviando mi mirada a la arquitectura del lugar.
Otra vez entramos ascensor, nos quedamos unos segundos dentro de este, porque Shadow tenía que mandar un mensaje y no pudo esperar.... Pensé que solo era cosa de adolescentes esa adicción por el celular.
Presiona el botón de planta baja para darle lugar a un tranquilo silencio de 25 segundos hasta el estacionamiento.
Una vez ahí, Shadow empieza a caminar entre los autos. (dato curioso: todos los autos son grises) Lo sigo por un corto tramo que se ve cortado por el único auto de color llamativo. - Espero que no te moleste ser el centro de atención por unos minutos - me dice burlón abriendo la puerta del copiloto. Lo miro a los ojos, anonadada por ver una nave así. Es un auto que solamente esperas ver en "rápidos y furiosos". - ¿Subes hoy? - Otra vez la burla y la irritación se mezclan en sus palabras. Ignoro su exasperante invitación, para darme el lujo de ver el fantástico auto frente a mi. Retrocedo unos pasos y rodeo el auto para examinar toda la carrocería. - Ohh... ¿Te gustan los autos? - su sorpresa era de esperar. Asiento con la cabeza, sin dejar de mirar su color amarillo chillón, reluciente y metalizado. No soy muy fanática de los autos, pero si de máquinas como esta, de estos super autos que solo pueden ser obras de potencias mundiales. Aún no logro reconocer su marca. - Es un lamborghini Aventador - declaró acabando con mi duda. Voy a la parte frontal del auto y efectivamente, un lamborghini.... ¿Leerá la mente?. - ¿Terminaste de verlo?, tengo cosas que hacer además de ocuparme de ti y tu falta de edad -