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Hoy era la fiesta de Kim YungHa, y yo ya tenía el cabello listo para irme, mi maquillaje no era el mejor pero me bastaba con algo de base y bálsamo labial.
Había optado por no arreglarme mucho, no me interesaba la fiesta en sí, sólo tomé una chaqueta cualquiera antes de salir y el usb en mi pequeño bolso de mano antes de calzarme los tacones negros que me hacían medir por lo menos unos diez centímetros más alta.

Mi vestido era el que había comprado hace mucho para ir a alguna audición hace años, no recordaba con exactitud cuál, pero me llegaron en mente todas las que no había logrado sacar de mi cabeza pero ya había podido superar en gran parte como una ráfaga de flashes que logré disipar cerrando los ojos con fuerza.

Pretendía salir por la puerta trasera tratando de no hacer mucho ruido, pero mamá estaba en la sala de estar pretendiendo leer algún libro de la estantería. Estaba esperando la llegada de papá sin duda alguna, apresuré el paso para bajar las escaleras oyendo sus quejidos sobre lo mocosa que aún estaba para irme a fiestas insulsas de mocosas aún más ridículas que yo.

Corrí a mi habitación antes de llegar a la primer planta, recordando el frío que se sentiría pasada la noche, tomé a toda prisa el perfume de vainilla que me encantaba y lo eché sobre el atuendo antes de ponerme la chaqueta de cuero.

Salí avisandole a mi madre que iba a llegar tarde, evitando responder a su no me importa lleno de amargura desde el sillón.

Me sentía algo fuera de lugar en una discoteca como ésta, YungHa había alquilado la movilidad para llevarnos a una fiesta bastante grande con los contactos de su hermana.

La gente que nos rodeaba eran adultos en el acto más morboso de calentar pollas y tocar culos en mayor medida posible.

Sabía que esto ponía a todos mis compañeros de clase, y las chicas estaban a punto de perder el control con las bebidas alcohólicas que tanto me llamaban la atención.

Namjoon terminó rechazando la invitación, su madre no le había dado permiso y aunque me aseguró que podría escaparse de casa para acompañarme le detuve antes de darle problemas.

La relación que mantenía con su madre era muy estrecha, él la quería mucho y estoy seguro que el sentimiento es recíproco. Pero lo forzaban mucho a seguir las reglas y al parecer él se había cansado de hacerlo.

La música y las luces de neón atacaban todos mis sentidos, sentía el cuerpo más pesado con cada paso que daba. Del techo alto colgaban luces de colores, las paredes se encontraban impolutos y brillaban a lo lejos, no pude reconocer el color. El suelo de la pista de baile predominaba con losetas blancas casi transparentes que parecían de cristal tan delgado que se rompería con los tacones en cualquier momento. Olía a alcohol en cada rincón del lugar, la barra de dj era abarrotada de gente y la música salía a todo volumen sin piedad alguna.

Me mareé apenas al dar unos cuantos pasos. No tenía idea de a dónde ir, Jiwon se acercó a invitarme a bailar y pasar con ellos la noche pero me negué a sabiendas de sus intenciones. Insistió, pero le dejé con la palabra en la boca y busqué las escaleras para no tener que lidiar con sus apariciones de nuevo.

Avancé sobre el bullicio tomando el bolso en mis manos, evitando chocar con alguien más en el camino. Busqué en todos los rincones a KyungSoo, casi con desesperación, me sentía muy incómoda.

El hedor a sexo estaba impregnado en el aire y esperaba que no se me quedase en la ropa para evitar problemas con mamá.

Mi atuendo no era nada en comparación a las diminutas prendas de las chicas en el local y me sentía madura con lo sólo observar desde la barandilla del segundo piso las hormonas alborotadores que todos parecían tratar de saciar.

mono; knjDonde viven las historias. Descúbrelo ahora