s t e r e o

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El diario de hojas arrugadas y trazos descuidados entre sus manos le sacó una sonrisa llena de emociones encontradas.

Aquella noche de vientos fuertes y lluvia incesante se volvía una maraña de recuerdos con cada palabra que leía bajo las gafas redondas que usaba. Cinco años habían pasado desde la última fecha que mostraba el final de aquella libreta de tapa negruzca, pero las memorias se sentían tan vívidas que parecía volver a experimentarlas.

-Naeun, ¿Por qué estas demorando tanto? Tenemos que ir al aeropuerto en tres horas y aún no encontramos las llaves de repuesto del garage. Tu mamá dijo que estarían aquí, pero este lugar está lleno de polvo y cajas viejas. Llamemos al cerrajero, ¿Si?

El menudo cuerpo de la pelinegra bajo el marco de la puerta apareció frente a ella, con el cabello recogido en una coleta baja y los labios pintados de un escarlata vivo. Sin esperar por una respuesta, apresura sus pasos hacía ella, con el sonido de sus botines negros llenando el silencio sombrío de la habitación.

-No sabía que mamá seguía guardando nuestras pertenencias.- la mirada curiosa de la muchacha le incita a continuar, viajando entre sus ojos brillantes y las páginas desgastadas de aquel objeto entre sus manos.- Éste cuaderno lo tuve desde que comencé la secundaria hasta que entré a la Universidad y no recordaba haber escrito tanto ni cuán desastrosa era mi forma de expresarme.

-¿Algo así como un diario?- la pelinegra lo toma entre sus manos, leyendo por un par de minutos en completo silencio, bajo la atmósfera llena de nostalgia que se había cargado inesperadamente.-Esto es casi como una señal del cielo, de verdad, es increíble.

-¿Increíble?- la incredulidad en su voz se hace notoria, pues aquel cuaderno viejo no era nada más que un desastre bastante penoso que le hacía recordar a su yo de aquel entonces, tan ensimismada en su propio sufrimiento ficticio que se había estancado en un pequeño e insignificante vaso de agua.- Son solo escritos de una adolescente, Seol, ahora que lo leo de nuevo me causan gracia y vergüenza.

-Pero ya tienes un problema menos.- le incita a proseguir con su verborrea y, tras algunos otros minutos inmiscuyendose entre más páginas garabateadas, le devuelve la mirada con una sonrisa asomándose por sus labios.- Creo que alguien marcó una etapa importante en tu vida y tenías mucho que decir al respecto. Estos días has estado en problemas porque no parecías tener inspiración ni ganas de escribir, ¿no? Que tal si tomas este cuaderno y escribes sobre lo que pensaba Naeun de ese entonces, hasta ahora no has tenido ningún proyecto que hable acerca del romance y con la fecha de entrega ridículamente corta que te ha dado la editorial vas a necesitar comenzar lo más pronto posible.

Niega, levantándose con dificultad y sacudiendo sus jeans con las palmas de las manos. Seol tenía un punto, pero publicar un libro sobre aquella relación fallida que tuvo en el pasado era, de lejos, lo último que se le habría ocurrido.

-No hay forma que haga tal cosa, Seol. Es absurdo.

Lee Naeun no escribiría sobre aquel muchacho que ahora veía en todos los canales de la televisión nacional, no había forma alguna de que suceda tal cosa.

No lo haría.

O eso quería creer.




S T E R E O





La segunda parte de ésta historia está comenzando, la introducción está publicada y pueden encontrarla en mis obras.

Estoy muy emocionada porque me ha encantado escribir la continuación de mono y volver a tener a Naeun como protagonista ❤

Espero que continúen conmigo para averiguar cómo estos dos vuelven a encontrarse en Stereo, ¡mil gracias!

mono; knjDonde viven las historias. Descúbrelo ahora