—Hey, Joonie.— la garganta me pedía a gritos un trago de agua, con la mano libre trataba de secarme las lágrimas en mi rostro seguramente con el maquillaje corrido.
Miré hacia atrás con el móvil pegado al oído, me daba tanto miedo que me encontrasen en un estado tan deplorable, y no sabría explicarle a mamá por qué lloraba y regresaba tan temprano teniendo en cuenta las mentiras que le había contado sobre la fiesta horas antes.
Oí por el parlante el gruñido grave de Namjoon seguido de un largo bostezo. Pegué la mirada al frente, justo donde la calle se volvía más estrecha y el sonido de los grillos era lo único que podía escucharse.
Las luces de las farolas se atenuaban sobre las veredas tranquilas de Ilsan, junto al aire frío y las pocas estrellas en el cielo de la ciudad.
Di algunos saltitos para tratar de calentarme, el aire daba de lleno contra mis piernas desnudas y calaba hondo por el delgado vestido negro que llevaba. Maldije un par de veces y las ganas de llorar volvían a atacarme. Ahora debería de estar descansando, bobeando por alguna página de Internet o hablando con alguna compañera hasta conciliar el sueño, no corriendo a molestar a Joonie a éstas horas de la madrugada.
Dudé ante el tranquilo bufido del otro lado de la bocina, esperando por una respuesta.
— NaEun, linda— sonaba tan dulce de su parte, pero las náuseas seguían ahí, no iba a olvidar ese apodo saliendo de los labios de Shyuk.— ¿Pasó algo? ¿No puedes dormir?
Caminé hasta la vereda del pequeño parque cerca de casa, ¿Cómo le pediría dormir allí? Había regresado de una fiesta con el olor a alcohol y tabaco impregnado en la ropa y el cabello, mamá me mataría si no regresaba a dormir. Pero no pensaba volver con las ganas de llorar y estallar frente a ella.
Me mordí el interior de la mejilla, con los nervios a flor de piel y esa sensación de ser vigilada agobiando todos mis sentidos.
—No, no, estoy bien. Estoy... digo, ¿Estabas descansando?
Silencio.
—Eh, si, si. Estaba descansando un poco— el movimiento por el otro lado de la bocina era notable, no estaba durmiendo, pero estaba demasiado nerviosa para suponer cosas a éstas alturas. Seguramente no podía dormir y se había quedado escribiendo para relajarse. Solía hacer eso a menudo, en medio de alguna clase o cuando estaba demasiado estresado, se desconectada del mundo y plasmaba su angustia con forma de tinta negra sobre algún pedazo de papel.
—Joonie, estoy fuera de tu casa, ¿puedo dormir contigo hoy? Estoy muy asustada ahora, ábreme la puerta, ¿Si?
Su respuesta tardó un poco, froté mis brazos bajo la palma de las manos y me distraje viendo el vaho saliendo con un suspiro de mis labios.
—Vale, si, espera. Voy a decirle a mamá, dame cinco segundos.
La llamada no había terminado, pero el movimiento podía oírse aún.
Reí, con ganas de llorar, pero esperando que el color rojizo de mis ojos pase desapercibido.
Me levanté con la sensación de vomitar en cualquier momento dando vueltas a mi cabeza, o era sólo la ilusión de estar ebria que se me pegaba con facilidad al oler alcohol tan cerca.
Traté de llegar a la entrada sin armar un alboroto con el ruidoso taco de mis zapatos, antes de llegar la puerta se abre y Namjoon aparece en el marco blanco, asustándome.
Llevaba su pijama, con la camiseta blanca algo arrugada y el rostro despierto, repasando todo mi atuendo con poco disimulo.
— NaEun, e-es bastante tarde para que estés as-sí, ven, pasa.—con la cabeza algo gacha cerró la puerta, silencioso y algo nervioso.— no hagas mucho ruido, por favor. Mamá se preocuparía si te ve así.

ESTÁS LEYENDO
mono; knj
Puisi❝Si pudiese escoger mi sueño, quisiera quedarme a tu lado.❞ Entre los trazos a tinta negra, tu rostro seguía apareciendo tan claramente que por un momento creí que duraríamos una eternidad, pero nuestra eternidad fue tan efímera que terminó antes de...