Capitulo 24

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Mal.

 Ben quería respuestas pero no iba a permitir que se acercara a ese par de locos, a pesar de que estuvieran atados.

  Uma y Harry no dejaban de besarse, me dan asco.

 Esa maldita arpía de vestido rosado se atrevía a tocar mi corona, ¡se la quería robar! No podía permitirlo, quería asesinarla pero estábamos en público y yo estaba intentando ser buena. ¡Y encima tenía el descaro de victimizarse! Lo único verdadero que ha dicho es lo de Camaroncito, pero todo lo demás son puras mentiras.

  Y Harry se atrevía a hablarle así a mi novio, maldito bacalao, si tuviera mi voz y pudiera hacer hechizos, me vengaría por lo que me hizo en Nunca Jamás. Me aferré al brazo del rey cuando ése pirata dijo que podría lastimarlo, él no tenía por qué meter a Ben en esto.

«Gracias, E, por hacer que se callara» quise decirle.

 Miré al novio de Lonnie cuando sacó el celular que le pertenecía al hijo del capitán Hook y sonreí, más tarde le agradecería por esto también.

  Observé a Aurora cuando ella le pidió el celular a mi sobrina y relamí mis labios lentamente, sabía que la iba a descubrir.

Y entonces la hizo llorar y mi mundo se desmoronó.

  Nadie, absolutamente nadie, se mete con mi hermana sin pagar las consecuencias.

—El amor verdadero es una ilusión, una estupidez, una maldita farsa, ustedes dos no se aman. —Audrey nos señaló a mí y a mi chico. —El hechizo no se romperá, no hay fuerza lo suficientemente poderosa como para deshacerlo, lo cual me beneficia porque no quiero volver a escucharte. Ahora, si me disculpan, Chad quiere mostrarme...Eh... Su impresora 3D así que nos vamos ahora. —Tomó la mano del rubio para ahora alejarse de toda la familia y aproximarse hacia la salida pero fue el consejero real quien se interpuso en su camino.

  Observé a mi alrededor: Mi hermana no dejaba de llorar mientras papá la abrazaba, mis amigos estaban serios pero sabía que estaban preocupados porque no tenían idea de cómo podrían ayudarme, Ben seguía serio pero me abrazaba con fuerza, como si temiera volver a perderme y finalmente los dos villanos restantes no dejaban de sonreír pues a pesar de que los habíamos atrapado, se habían salido con la suya.

   Uma se había llevado una parte de mí y me sentía vacía e impotente, mientras ella seguía riéndose como la maniática que era.

 Tenía muchas ganas de gritarle todo lo que no había podido decir desde que me había forzado a quedarme callada. Quería destrozarla hasta que ya no quedara nada de esa brujita.

  Entonces se me ocurrió una idea, me separé del rey para ahora sacar de mi chaqueta el amuleto de Camaroncito y sonreírle falsamente.

 Ella quiso acercarse para recuperarlo pero Ben se interpuso entre nosotras.

—Aléjate de Mal. —Ordenó él.

—Ese collar me pertenece y lo recuperaré, cueste lo que cueste. —Musitó la chica de trenzas, miré al hijo de Bella y le indiqué con la cabeza que se apartara, él dudó durante unos segundos pero finalmente me hizo caso.

  Cuando Camaroncito se acercó lo suficiente, arrojé el amuleto al suelo y la escuché gritar cuando vio el regalo de su madre rompiéndose en miles de pedazos, una luz brillante salió del collar y me rodeó durante un par de segundos, cerré los ojos y al abrirlos, sonreí.

—Siempre te ganaré, Camaroncito. Eso jamás cambiará, no importa cuántas veces intentes derrotarme. —Mencioné y acomodé mi cabello.

 Mi voz había regresado y ahora reclamaría lo que me pertenece.

Swords & Crowns [P&C #2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora