Extra

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Uma.

  Estaba caminando de un lado a otro en esa maldita celda mientras escuchaba los fuegos artificiales por la maldita celebración en honor a esa traidora, los ronquidos de mi compañero y las quejas de esa princesita insoportable.

— ¡Despierta, idiota! Es la noche de la coronación y te aseguro que no vas a querer perdértelo—Le grité, haciendo que se sobresaltara y se cayera de esa incómoda cama.

— ¿Y cómo pretendes salir de aquí? Para lo único que tenemos permitido abandonar esta prisión es para ir a Bondad Correctiva con la insoportable del hada madrina, ¡ya no tolero estar aquí en este agujero endemoniado!—Masculló, mirándome.

— ¡Más respeto con tu capitana! ¡Aquí la que lleva las riendas en este noviazgo soy yo, que no se te olvide, Hook!—Aclaré, cruzándome de brazos.

—Déjame en paz, lleva las riendas de esto pero déjame descansar, ¡hace tres horas estoy intentando dormir pero no puedo por ese maldito ruido y las quejas de esa princesita, y cuando finalmente lo logro, me despiertas! ¿¡Qué mierda te pasa!?—Gruñó, de mal humor, seguía estando medio dormido pero ésa no era razón para desautorizarme de tal manera.

 Entonces le di una cachetada para que reaccionara y luego lo besé para que se despertara de una vez por todas.

—Vamos a salir de aquí sea como sea...—Mencioné entonces.

— ¿Y cómo piensas lograrlo?—Dudó, confundido.

  Agh, de todo el trabajo sucio debo encargarme yo, pensé.

—Tal vez yo podría ayudarlos...—Sugirió aquella voz y me volteé.

— ¿Tú? ¿En serio, tú? ¡Por si no te diste cuenta, estas igual de encerrada que nosotros y ni siquiera tienes un título que presumir porque te lo han quitado todo, no tienes corona así como yo no tengo mi collar ni Harry tiene su garfio!—Me crucé de brazos, observándola.

— ¿¡En serio debías mencionarlo!? ¡Sigue siendo un tema delicado para mí! ¡Extraño mi garfio, es mi fiel amigo, mi compañero!—Habló el pirata, negué con la cabeza.

— ¿¡Qué le vi a este bueno para nada llorón!?—Mascullé.

— ¡Hey!—El chico me miró, al parecer había herido su ego y me importaba una mierda.

  La hija de Maléfica tenía razón en algo, no sé cómo pude fijarme en él si es un bacalao.

—Cállense y escúchenme porque seré yo quien los saque de este agujero...—Insistió la castaña.

—Si estás tan convencida entonces dinos cómo lo harás...—Murmuré.

—Tic, tac, tic, tac, el tiempo corre princesita, tic, tac, tic, tac...—Harry miró su reloj.

—Tengo mis maneras...—Confesó y bufé, me estaba hartando. —Ya lo verán, confíen en mí. —Nos guiñó el ojo.

— ¿Por qué deberíamos hacerlo? La última vez que lo hicimos trataste de lastimar a mi chica y luego arruinaste todo, si intentas dañarla de nuevo te asesinaré—Gruñó el hijo del enemigo de Peter Pan.

— ¡Yo no arruiné todo, fue ella!—Audrey me señaló.

— ¡Silencio! Habla ya, no tenemos toda la noche, querida. —La miré, esperando a que nos contara qué tenía en mente.

—Ya sé quién podrá ayudarnos...—La hija de la Bella Durmiente acomodó su cabello y nos sonrió con malicia.

—¿Ah sí? Pues más te vale que tengas un plan para cuando salgamos de aquí, porque no estaremos encerrados aquí para siempre.—Habló mi novio.

—Lo tendré, es decir, tenemos tiempo suficiente para pensarlo, solo estaremos aquí unos cinco años si a la perra de mi tía no se le ocurre alargar nuestra condena.—Masculló la castaña, pero no se veía segura. —Cinco años es demasiado tiempo, ¡ay no! ¡Que horror! ¡Mi piel se va a deshidratar si no la cuido como es debido! ¿¡Creyeron que mi piel se ve así de perfecta porque es así naturalmente!? ¡Pues están equivocados! ¡Mamá, regresa, quiero mis cremas! ¡Guardias, como la princesa que soy les ordeno que mi madre venga a verme inmediatamente, la necesito! ¡Mamá, no puedes abandonarme aquí!—Añadió alterada, acercándose a la reja para gritarles a los guardias como si ellos estuvieran obligados a obedecerla solo por ser de la realeza, pero eso obviamente no sucedió.

  Volteé a ver al hijo del capitán Hook y suspiré hondo.

—¿Quieres recordarme por qué elegimos a una princesita primorosa como nuestra secuaz?—Murmuré, ya me estaba arrepintiendo de haberlo hecho.

—Porque te robó tu collar y prometió que nos liberaría y luego nos ayudaría a vengarnos.—Explicó él, bufé.

—¡Liberarnos, ja! No sabes cuánto estoy disfrutando de nuestra libertad.—Mascullé, obviamente estaba siendo sarcástica. —¡No la soporto más! ¡La voy a matar, créeme que si pudiera callarla ahora mismo, lo haría!—Grité harta, mi chico me obligó a mirarlo.

—Uma, cálmate, no enloquezcas. Esta maldita prisión es anti magia así que no lograrás nada más que darme un dolor de cabeza.—Exclamó el hijo del enemigo de Peter Pan. —Pronto saldremos y se van a arrepentir de habernos dejado aquí.

—Cuando seamos libres, vamos a reunir a las almas más oscuras para poder dominar este maldito reino de una vez por todas.—Sonreí con malicia, él me observó preocupado al comprender mis palabras, obviamente me conocía y sabía de lo que estaba hablando.

—Eso suena demasiado peligroso...—Susurró, retrocediendo un poco, pude ver el miedo en sus ojos y quise burlarme de él por ser un miedoso pero sin embargo no lo hice porque lo adoro.

—No lo es, cariño. Solo confía en mí, sigue mis órdenes y estarás bien.—Le guiñé el ojo.

—Pero tiene influencia en...—Empezó.

—¡Jamás se dice eso en voz alta! ¿¡Es que no has aprendido nada acerca de la magia oscura!?—Lo interrumpí.

—Si ya terminaron la sesión de terapia para superar los patéticos miedos de ese pirata asustadizo y con un pésimo gusto para la moda, déjenme decirles que mi idea es mucho mejor que la suya, así que les conviene prestarme atención.—Dijo Audrey, alcé las cejas, esperando una explicación pero estaba segura de que diría una estupidez, típico de princesita primorosa. —¿Saben qué? Aún no están listos para saber mi brillante propuesta, así que ustedes háganlo a su manera y yo lo haré a la mía... Pero no olviden que estamos juntos en esto. —Exclamó, haciéndose la misteriosa, intercambié miradas con el hijo del capitán Hook antes de sonreír.

—Trato hecho. —Dijimos ambos.

—¡El trío del mal está renaciendo!—Mencionó la sobrina de mi archienemiga, sonriendo con malicia.

  Me acerqué a la ventana desde la que podía ver el castillo a lo lejos, los fuegos artificiales seguían apareciendo en el cielo mientras que se escuchaba la música.

  Juro por los océanos que me pertenecen que no van a vencerme, a mí, Uma, hija de Úrsula, la más malvada de todas.

 Pronto dominaré los mares y destruiré a Mal de una vez por todas.

  Ellos no van a tener su final feliz.

—Auradon, hogar de hermosas reinas, princesitas primorosas, reyes perfectos y príncipes presumidos, su tiempo se ha acabado. Somos el trío del mal y estamos yendo por ustedes.—Sonreí con malicia. —No creerán que este es el final de la historia, ¿verdad?

Swords & Crowns [P&C #2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora