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Jung Kook se encontraba recostado en la camilla dentro de la habitación que se le fue asignada.

La soledad lo invadió en aquella tarde cuando se quedó solo, después de que obligarán a JiMin a ir a casa  y él sacará a todos.

"Déjame, ¡te odio!", esa frase se repetía en su cabeza una y otra vez.

No quería creerlo, pero la mirada de JiMin cuando aquellas palabras salieron de sus labios... JiMin jamás había mirado a alguien así, ni siquiera a la chica que casi consigue que lo expulsaran de la Universidad.

El pelinegro siempre sabía perdonar a las personas pero Jung Kook comenzaba a creer que no obtendría el perdón de JiMin.

Él sabía que había hecho mal las cosas, que fue un patán pero no se esperaba odio por parte de JiMin.

—Es más que obvio. —se dijo a sí mismo. —¿será mejor dejar de insistir?

No pudo seguir con sus pensamientos ya que la puerta fue abierta de repente.

—¡Te traje un chocolate!. —gritó JiMin entrando a la habitación para después cerrar la puerta.

—JiMin, ¿qué haces aquí? —preguntó Kook sorprendido.

—¿Pues qué crees?, vengo a cuidar de ti en la noche. —sonrió.

—No, JiMin, tienes que ir a la escuela. —dice,  Jung Kook. —vete a tu casa, yo estoy bien, mañana me dan de alta y no hace falta que estés aquí, tú debes seguir con tu vida, no te puedes retrasar con tus materias.

—Te dije que me quedaría contigo. —JiMin frunció el ceño.

—Y yo te dije que no quería que estuvieras aquí por lastima ni por sentirte responsable de lo que paso. —trató de sonreír Jung Kook

—Jung Kook, yo... yo no te...

—Es hora de tu medicamento, Jungkookie. —entró la misma enfermera que se había llevado a Kook antes.

《¿JungKookie?》

—Buenas noches, no sabía que estabas aquí. —dijo ella acomodándose a un lado de Jung Kook con una jeringa en las manos.

—Sí, me quedaré aquí. —sonrió JiMin tomando asiento a un lado de él castaño. —verás que te recuperaras pronto, Kookie. —le dedico una mirada y luego a la enfermera.

El castaño estaba que no se lo creía, conocía muy bien a Minnie y sabía que estaba, nada más y nada menos que celoso, no sabía cómo sentirse, ¿JiMin no lo odiaba?, ¿era sólo por la costumbre la actitud que estaba teniendo?.

Su corazón se había emocionado con el simple hecho de pensar en que JiMin lo estaba celando, casi salta de aquella camilla y abraza a JiMin cuando escuchó aquel apodo cariñoso por parte del pelinegro.

La enfermera no dijo más y al terminar su trabajo salió.

La habitación se sumergió en un silencio incomodo, la tensión entre ellos era bastante.

—Yo... quiero pedirte disculpas, Jeon. —JiMin se aclaró la garganta. —yo no quería lastimarte, no quiero que te pase nada malo, yo le prometí a tus padres que cuidaria de ti y ahora por mi culpa puedes perder la vista y yo... —Jung Kook lo interrumpió.

—Yo le hice la misma promesa a tus padres y no la cumpli, JiMin, te lastime de la peor manera y me comporte como un completo estúpido. —suspiró. —no tienes que cumplir una promesa que yo rompí, no tienes que cuidar a alguien que no te merece, olvida la promesa.

Los ojos de los dos picaban, pero los dos eran demasiado tontos y ninguno quería ceder ante el llanto.

—No me importa, Jung Kook, mejor ya no hables. Come tu chocolate, traje tu favorito. —JiMin le entregó la golosina.

GASHINA • KookMinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora