GASHINA • KookMin

017

1/2

JiMin se encontraba en su habitación con un dolor de cabeza terrible.

Era demasiada información para él en tan poco tiempo y no sabía cómo procesarla.

Más aún que estaba preocupado por Jung Kook pues el remordimiento al no haberlo ayudado llegó.

¿En verdad se habrá sentido mal?, ¿Estará bien?, el médico dijo que las jaquecas si eran de verdad.

Quería correr, irse lejos, muy lejos y estar solo, pensar las cosas bien y meditar todo pero para eso necesitaba respuestas y sabía que las conseguiría sólo si hablaba con jung kook.

Pero... ¿estaría bien hablar con él?, no sabía qué pensar y eso estaba taladrando su cabeza.

La verdad es que se sentía lastimado, porque dos de las personas en las que más confiaba lo habían defraudado de aquella forma, con mentiras y engaños.

Y se odiaba porque no podía odiarlos, sobre todo a Jung Kook.

Odiaba la idea de hablar mal de su pareja después de que la relación terminaba porque todas la palabras de amor que se dijeron en su momento se vuelve hipocresía.

Simples palabras que se esfuman como el viento cuando el hechizo termina.

Él no había dicho algo que Jung Kook no haya escuchado cuando estaban en la relación, pues siempre le decía cosas como:

"Idiota", "pendejo", "bestia".

Y era algo a lo que los dos estaban acostumbrados.

JiMin sabía que jamás podría odiar a Jung Kook porque después de todo era la única "familia" que tenía, por así decirlo.

Y aunque no quisiera admitirlo seguía queriendo a Jung Kook.

Sin embargo ya no confiaba en él, no podía creer más en sus promesas de amor, promesas que seguramente se volverían a romper.

JiMin siempre había confiado ciegamente en él.

Confió en él incluso cuando se había convertido en el principal sospechoso para la policía.

No sabía en qué momento las cosas habían cambiado tanto.

Y así pasó, no aguantaba más, tenía que ver a jung kook, necesitaba encontrar las respuestas a las preguntas que se había comenzado a formular desde que Kook y él habían terminado.

No importaba cuanto doliera, porque estaba seguro que podría aguantarlo.

No importaba si descubria cosas que jamás se imagino.

En verdad necesitaba hablar con Jung kook.

El problema era que no sabía cuándo hablar con él.

¿Sera oportuno ir ahora?, y ¿si no esta en casa?

Al demonio.

Tomó el primer abrigo que vio y salió corriendo de su casa.

No sabía bien porque pero se sentía emocionado, nervioso.

Y se sentía como una persona bipolar por eso.

Sus piernas dolían y sus pulmones pedían oxigeno sin embargo no quería detenerse hasta llegar a la casa de Kook.

Cuando estuvo al frente dejó descansar sus manos en sus rodillas en un intento por recuperarse.

Al conseguirlo tocó la puerta unas cuantas veces y espero un poco sin recibir respuesta y volvió a repetir la acción.