Capítulo 18 .

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Los carros vienen y van , de un lado a otro, los conductores gritando y tocando el claxon , algunos con la música en su volumen máximo , como si fuera una discoteca , es hora pico y todos salen de sus trabajos para almorzar , otros más, simplemente se quedan en sus lugares de trabajo rogando a que llegue la hora de la salida para llegar a sus hogares y compartir con sus familias .

El auto estacionó en aquel edificio el cual se ha vuelto mi segundo hogar. Estas últimas semanas me las he pasado metida allí tratando de concentrarme en cosas realmente importantes , hoy en día, lo menos que quiero hacer es llegar a casa y estar sola, lo cual es raro, me gusta la soledad porque ya estoy acostumbrada a ella , porque soy parte de ella .

Bajé de allí y pasé por esa enorme  puerta corrediza , personas iban y venían con papeles en mano, otros atendiendo llamadas; éstos días ha habido más trabajo de lo habitual .

Te desapareces tres días y tu empresa cae en bancarrota .

Sin mirar a nadie entré en mi ascensor personal y llegué a la última planta , muchos giraron a mirarme pero yo, ni les prestaba atención , sinceramente no me importan en lo absoluto . Entré al despacho y una pila de carpetas ya me estaban esperando , sonreí. Es mejor así, menos tiempo para pensar en cosas sin sentido; tomé la primera que estaba en la pila , una pluma y me dispuse a sacar cuentas .

Tres horas después ya había acabado con la pila de carpetas que se hallaba en el lado derecho del escritorio , revisando la última carpeta, en la cual las cuenta no me daban , alguien entró a mi oficina. No alcé el rostro , seguramente sería Marta trayendo más carpetas , pero una voz masculina me interrumpió  provocando que chasqueara la lengua; odio que me interrumpan. Levanté la vista y allí estaba unos de los tipos encargados de... De no sé qué , pero de algo importante debe ser ya que siempre está en las juntas . Ese hombre ojeroso de ojos negros comunes, cabello ya canoso y despeinado, su barba ya empezaba a aparecer y, si mal no me equivoco, se notaba más viejo , más agotado a como lo había visto la semana pasada. 

No me importa en lo absoluto.

Levanté las cejas he hice un gesto para que dijese lo que fuera que tenía que decirme; él , al ver mi gesto con un poco de amargura , se acomodó la corbata y empezó a hablar,  mejor dicho, a tartamudear.

— Je-jefa pe-perdón por no tocar , es que... Bueno ... Yo...— se notaba nervioso , quise carcajearme por lo ridículo que se veía , pero no era el momento.

— ¿Qué es lo que quieres? — dije con desdén.

— Bueno... E-es para decirle si usted... Pues ...

— Interrumpí — Estoy un poco ocupada, así que si te puedes apurar un poco...

— Bueno... Mis compañeros y yo queríamos saber si... Ya usted buscó un nuevo administrador ... Ya que... Pues... — levanté las cejas otra vez para que se apurara, miró a los lados, como si alguien fuera a escuchar y susurró — A mí, y a mis compañeros no nos dan las cuentas y creemos que Williams.... Pues...

— ¿Pues qué? — esto ya me estaba exasperando.

— Le está robando— susurró por fin — Pero no diga que yo fui el que se lo dijo por favor — suplicó éste con cara de perro a punto de llorar .

<< Así que por eso las cuentas no daban >> .

<< Creo que ese hombre necesita un escarmiento >> .

<< Pero antes, ¿Quién será el nuevo administrador? >> .

Aquel hombre esperaba mi respuesta , por tantas cosas se me había olvidado que no teníamos administrador pues... Bueno el otro se fue sin razón alguna .

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