La marea era calmada y relajante, las olas pequeñas y pasivas desembocaban suavemente en la orilla sin hacer mucho revuelo y la brisa era un como pequeño susurro a mis oídos .
— ¿Por qué me trajiste a este lugar? .
— ¿No te gusta?.
— Negué — Me encanta, el mar es mi lugar favorito en el mundo — él se encogió de hombros.
— No lo sé , tuve un presentimiento de que te gustaría esto; llevo planeando venir acá después del accidente, para que te olvidarás de todo y te relajarse un poco .
— No era necesario .
— Tal vez no, pero quería hacerlo.
Tomó mi barbilla y besó suavemente mis labios, yo respondí a su beso sin prisa, disfrutando cada momento de éste, aunque en el momento se me hizo raro aquello y me tensé un poco, luego me relajé y simplemente disfruté.
— ¿Qu-qué hora es? — pregunté cuando sus labios se separaron de los míos, miró el reloj de su muñeca y luego dijo:
— 2:40pm ¿Tienes hambre? — preguntó y yo negué.
— No, es sólo que perdí la noción del tiempo desde que me diste el sedante — lo miré mal y él se encogió de hombros — ¿Por qué lo has hecho? .
— Estaba seguro que me dirías que no , además había pagado los pasajes — reí ante su comentario .
— Vale, está bien — lo miré — Pero que no se vuelva a repetir — aseveré.
Él soltó una carcajada .
— Oh, ¿si no qué harás? — dijo con burla .
— No me provoques — le advertí.
Pero entonces él comenzó a hacerme cosquillas por todo el cuerpo , provocando que terminara acostada completamente en el sillón donde nos encontrábamos y él encima de mí, por mi lado las carcajadas no cesaban debido a que soy un poco sensible a las cosquillas.
— ¿Dime harás al respecto muñequita? — dijo él sin dejar de hacerme cosquillas .
— Ya... Ya para ya — dije entre risas.
— No hasta que digas quién manda aquí.
— Y-yo — dije como pude.
— No, no, esa no era la respuesta — dijo él negando e intensificando las cosquillas .
— ¡Y-ya! ¡Para! — y entonces paró.
Mi respiración estaba muy agitada, mi pecho se movía descontroladamente y daba grandes bocanadas de aire buscando oxígeno, cuando ya mi cuerpo se relajó un poco pero no del todo , él volvió a preguntar.
— ¿Quién manda aquí? .
— Yo — dije todavía un poco agitada. Él chasqueó la lengua, sus manos tocaron mi vientre, dispuestas a darme otra ronda de cosquillas volví a decir algo que no sé de dónde salió
— Nosotros .
Aquello se sintió extraño saliendo de mis labios, todavía estaba desconcertada por lo que acababa decir, y no me refería por aquel jueguito de quién mandaba o no, sino al hecho que pronuncié aquella palabra "Nosotros" .
Eso nos incumbía a los dos , de alguna forma que nos unía de una forma simple , pero ya no era sólo él o sólo yo, éramos los dos, éramos nosotros.
Juntos.
Él levantó una ceja y sonrió de lado .
— No era lo que quería escuchar, pero no ha estado mal esa respuesta — dijo sin despegar sus ojos de mí.
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La Jefa.
De TodoElla, una chica de 24 años, la cual su vida tuvo un cambio radical con la muerte de sus padres. Ella, se volvió en "La Jefa", como todos la llaman . Nunca debes subestimar a una mujer, detrás de esa cara bonita se esconde algo muy oscuro. ¿Que pensa...