Capítulo 25.

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La inconsciencia me tenía atrapada en su océano de delirios, para darme una bofetada y despertarme de ese inmenso sueño.

Mis párpados cedían ante mis deseos de despertar. Un dolor en el pecho hizo que mi estómago se estrujara , una lágrima rebelde quería escapar de mis ojos ante el recuerdo de lo que pareció ser un sueño, el cual se podría interpretar de dos maneras .
Un hermoso sueño , el mejor de todos del cual jamás hubiera querido despertar o, una pesadilla que jamás quisiera volver a vivir.

Pero, definitivamente, la definición correcta sería , la pesadilla más hermosa que una persona puede tener. De esas que no te van a dejar dormir por días, de esas que quieres volver a vivir aunque tengas miedo.

Solté un suspiro y miré a mi alrededor; aquella luz blanca y esas paredes blancas provocaron que achicara mis ojos, el pitido de aquel aparato me molestó y mis ganas de quitarme aquel cable de oxígeno era cada vez mayor , hasta ese momento no me había dado cuenta del inmenso dolor que se expandía por mi cabeza y que mi tobillo estaba enyesado y por lo tanto no lo podía mover . Aquella intravenosa también me estaba molestando, pero justo cuando iba a quitarme todo aquello para largarme de allí, una Oddet con cara de preocupada entró a la habitación , para luego transformar su rostro en impresión y más serena .

— Al fin despiertas — dijo acercándose a la camilla, yo le sonreí un poco, aunque creo que fue más una mueca.

— No me gusta estar aquí — fue lo que dije con un obvio tono de fastidio.

— ¿Después de pasar dos días inconsciente y eso es lo que dices? .

— ¡¿Qué?! ¡¿Dos días?! — levanté la voz, ella me hizo señal que me calmara, pero no le presté atención. — ¿Que me pasó? , Lo único que recuerdo es que...

Estaba en la oficina y tuve una discusión con Nick, dos carros, no, tres, una carretera de tierra, un auto estrellándose contra mí, vidrios rotos y humo, un hombre apuntándome con aquel arma, el sonido de un disparo y luego... Luego nada .

— ¿Quién me sacó de allí? ¿Dónde está la bala?.

— Ella simplemente me miró y suspiró — No hay bala, en ningún momento te dispararon, no les dio tiempo .

— ¿Cómo que no? Yo escuché claramente el sonido de aquella arma siendo disparada — ¡Quiero una maldita respuesta ya! ¡Es tan difícil decir lo que pasó! .

— Cálmate — dijo con su voz tan maternal y miró el aparato de las pulsaciones el cual había aumentado los pitidos — Nick llegó a tiempo y disparó antes.

Fruncí el ceño ¿Cómo había dicho? .

— ¿Dónde está ahora? — pregunté .

— Salió a contestar una llamada — Respondió ella — Relájate , descansa , tal vez si te mejores pronto te darán de alta y te sacarán de acá pronto — Se levantó de la silla que estaba al lado de la camilla — Llamaré al doctor y le diré que ya despertaste .
Yo asentí y ella se fue . 

Lo único que se escuchaba era el sonido de las agujas del reloj de aquella pared blancuzca y el horrible pitido del aparato . Mi cuerpo se hacía más pesado , creo que al estar dos días inconsciente y alterarme un poco así de repente acabó con mis pocas energías.

El cansancio me fue arrastrando con él de a poco y creo, que por única vez , lo recibía gustosa, pues lo único que quería hacer era descansar de todo esto . Mis párpados fueron cediendo y no sé si fueron alucinaciones mías o de verdad pasó, pero aquellos ojos negros llegaron a mi campo de visión y pude ver algo lindo en ellos, lástima que ya era muy tarde y para cuándo pasó caí en aquel sueño profundo.

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