Jon se levantó temprano ese día. Hacía mucho frío, ya que estaban en enero. El nuevo año había empezado, y de momento con buen pie. Habría que ver cómo seguiría.
Se puso a prepararse la mochila para ir a clase después de unas horas. El descanso había terminado, dando paso al retorno del deber.
Cuando se hicieron las cinco de la tarde, Jon llegó a clase, como haría en cualquier día.
—Bueno, tío. ¿Qué tal las vacaciones? —Preguntó Mario.
—Las he pasado muy bien, la verdad. ¿Y tú? —Le dijo Jon.
—Estupendamente, con la familia y con la novia. —Dijo Mario.
—Me alegro mucho, tío. Bueno, vamos a clase.
Cuando las clases empezaron, de repente Jon notó una sensación algo sombría. Quizá fuera por el invierno, pero Jon notaba un ambiente sombrío.
En el recreo, Paloma y Marta se acercaron a Jon.
—¿Soy el único que nota un ambiente sombrío? —Inquirió Jon.
—Yo también lo noto, pero me da que desde la muerte de algunos de nuestros amigos el trimestre pasado el centro guarda luto. —Dijo Paloma.
—Lo sé, Paloma. Yo también estoy triste por las muertes de Andrea y de Sergio, pero al menos Fuensanta se ha recuperado. —Dijo Jon.
—La verdad es que ese es un punto positivo, pero algo me dice que nos volverán a atacar. —Dijo Paloma.
—Anda, no digas eso. —Dijo Jon.
Marta se unió a la conversación.
—Si nos atacan, ahora tenemos permiso para usar armas contra ellos. El Estado nos lo ha concedido. Si nos atacan, actuaremos en consecuencia. Ni las Sombras del Odio, ni los wendigos ni los demonios podrán detenernos. —Dijo Marta.
Entonces, los tres se levantaron. Había algo escalofriante en la atmósfera del lugar que inquietaba a Jon, pero decidió pasarlo por alto.
Volvieron a clase. Tocaba Historia de España, y estudiarían seguramente el siglo XVII, en la época de la España imperial.
Quien nos daba esta clase era la propia directora del centro. Todos se alegraban de tenerla como profesora también.
—Bueno, chicos. ¿Alguno de vosotros sabría decirme quién fue Felipe IV? —Preguntó.
—¿Quien inventó la mostaza, quizás? —Dijo Rafa.
«Idiota inculto», pensó Jon.
—Fue uno de los reyes de la casa real de los Habsburgo, y que gobernó desde 1621 hasta 1665. Durante su reinado, muchos tercios militares españoles empezaron a desaparecer, y el imperio español comenzó a entrar en decadencia. Bajo su gobierno, se perdieron colonias importantes como Flandes, entre otras. Se sabe que tuvo un hijo, quien fue Carlos II, que fue un rey enfermo y débil, y que reinó entre 1665 y 1700. Tras la muerte de Carlos II, estalló una guerra de sucesión por el trono, que terminó en 1713 con el tratado de Utrecht. —Dijo Jon.
—Bravo, bravo. Excelente, Jon. —Dijo Jose, la directora y profesora de Historia de España.
Cuando la clase terminó, Jon se fue con ella y con Daniel, quienes lo llevaron hasta su casa. Cuando bajó del coche para llegar a la puerta de su edificio, se encontró con una sorpresa un tanto inesperada.
Mr. X lo esperaba allí, prácticamente inmóvil como una estatua.
—Mr. X. Me gustaría saber qué hace usted aquí. —Le dijo Jon.
—Tengo información nueva que darte. —Dijo Mr. X.
—A ver, sorpréndeme. —Dijo Jon.
—Entre los archivos ocultos del centro, mis contactos han sacado información de dos niños que murieron en extrañas circunstancias el 5 de mayo de 1967. —Dijo Mr. X.
—¿Quiénes eran? —Preguntó Jon.
—Eran un niño y una niña, Danny y Emilia. Se cuenta que Danny tenía habilidades sobrenaturales, pero el resto es aún desconocido, y alguien se empeña en mantenerlo en secreto. —Dijo Mr. X.
—Bien. Me gustaría saber qué o quién los mató. Quizás un asesino en serie tenga una fosa común allí, o tal vez sea algo sobrenatural o relacionado con las Sombras del Odio. —Dijo Jon—. En todo caso, mi equipo y yo lo investigaremos.
—Lleva cuidado, chico. Fuerzas oscuras pronto os atacarán en el instituto. Debéis estar preparados para cuando el momento llegue. —Dijo Mr. X.
—Ya no tengo miedo a las fuerzas malignas. —Dijo Jon—. Me he enfrentado ya a esos hijos de puta. No creo que puedan sorprenderme con nada más.
—Te sorprenderías si vieses todo de lo que son capaces. Lo que viste el trimestre pasado sólo es la punta del iceberg. Todos vosotros corréis peligro, chicos. —Dijo Mr. X.
Jon se acordó de que al principio la personalidad sombría y oscura de su confidente le asustaba, pero poco a poco había empezado a perderle el miedo. Se preguntaba qué era lo que quería ese hombre. Era alguien misterioso, desde luego, pero ¿por qué le ayudaba? ¿Cuáles eran los motivos que impulsaban a aquel hombre a querer ayudarle a derrotar a las fuerzas del mal? Aún desconocía esos motivos, pero tarde o temprano lo averiguaría.
Mr. X se retiró en un momento. Jon se tomó bastante en serio lo que Mr. X le había dicho. Mañana sería otro día. Mañana seguiría con aquella investigación.
Cosas extrañas se aproximarían.
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Sombras de Odio II: El Sótano de los Horrores
ParanormalDespués de las vacaciones de Navidad, Jon y sus amigos vuelven al instituto para cursar su segundo trimestre del año. Pero lo extraño no cesa allí. Una serie de asesinatos y de apariciones de criaturas servirán para descubrir un extraño lugar, ocult...