Capítulo 10: La trampilla

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Jon se encontraba camino al instituto tratando de descifrar para qué serviría aquella cuerda, y si le ayudaría a resolver el misterio del heredero del Inquisidor. Entonces, Mr. X apareció de repente apoyado sobre la pared del pabellón.

—¿Quieres saber qué eran las criaturas a las que te enfrentaste? —Inquirió Mr. X.

—Por supuesto. Eran como humanoides negros, de ojos rojos y de dientes afilados. —Dijo Jon.

—Las criaturas con las que tú y tus amigos os encontrasteis son seres llamados Enthards. Los Enthards son una especie de criaturas a las que les atraen la energía maligna y la carne humana. Se dice que los Enthards atacan de noche y en lugares oscuros, donde nadie puede verlos. Se mueven rápida y silenciosamente, y cuando atacan, lo hacen con una violencia extrema, arracando huesos, músculos, órganos y tendones de sus presas. Cuando sucumben a su propia ira, sus ojos se vuelven de un color rojo incandescente, y su fuerza aumenta considerablemente. Se alimentan de las emociones negativas, del odio y la desesperación del ser humano, y no temen a la muerte. Se dice que infestan los lugares más oscuros, repulsivos y malditos del planeta, en busca de víctimas humanas a las que devorar. Las leyendas antiguas mencionan que los Enthards tienen la capacidad de hacer que un hombre pierda la razón hasta el punto de volverse completamente loco. Pueden oler la sangre, y atacan violentamente cuando la detectan. Eso sí, si se les da en la cabeza o en el corazón se les puede matar, dado que tienen ahí sus dos núcleos de poder, que alimentan con la carne humana que devoran. —Explicó Mr. X.

—¿Y de dónde han salido esos repugnantes seres? —Inquirió Jon.

—De la mala energía que alimenta este instituto. La energía maligna los atrae. Cuando detectan un aura oscura, su primer impulso es el de entrar en el lugar del que procede —Dijo Mr. X—. Algo muy maligno se oculta en el instituto. No lo podéis ver, pero está ahí.

—Yo oí una voz. —Dijo Jon.

—Esa es una habilidad que realmente pocos tienen. Oíste a la criatura planear alguna muerte. —Dijo Mr. X.

—Así es. Encontramos posteriormente un gato empalado y con sus tripas fuera al lado de un mensaje escrito con sangre. —Dijo Jon.

—Debe de ser horrible. Pero siento que poco a poco se acerca el momento. —Dijo Mr. X.

—¿El momento de qué? —Inquirió Jon.

—El momento de luchar por la humanidad. —Dijo Mr. X.

—Pues cuando llegue ese momento, mi equipo y yo estaremos preparados. —Dijo Jon.

Entonces, Jon subió a clase. Tenía la cuerda en la mochila, y estaba deseando encontrar un lugar en el que se pudiera encajar. Estaba seguro de que servía para algo, de que no estaba ahí por pura casualidad.

—Bueno, Jon. ¿Sabemos algo sobre esa cuerda? —Dijo Patricia.

—Que hay una trampilla donde poder introducirla, pero seguimos sin saber dónde. —Dijo Jon.

—Pues hay que encontrar la trampilla y usar la cuerda para abrirla. Imagino que necesitaremos de alguna polea. ¿Y qué crees que habrá dentro? ¿Información sobre lo que está pasando en el instituto? —Dijo Patricia.

—Tal vez, o puede ser que algo incluso más siniestro. —Dijo Jon.

—¿Como qué? —Inquirió Patricia.

—Secretos. Secretos ocultos del centro que alguien se esfuerza por mantener ocultos. —Dijo Jon.

—Averiguaremos quién es el heredero del Inquisidor, tarde o temprano. —Dijo Patricia.

Sombras de Odio II: El Sótano de los HorroresDonde viven las historias. Descúbrelo ahora