Miré una vez más el menú que estaba en la parte superior de los estantes. Estaba escrito en una pizarra con tiza de colores. Algunos precios estaban borrosos y sobreescritos, a duras penas lograba leer lo que decían. Había olvidado mis anteojos, y en mi cartera apenas llevaba cien zenis.
Bien pude haberme traído la tarjeta de crédito o la de débito, pero si era así, la tarea de rastrearme sería más fácil, cuando se dieran cuenta de que desaparecí de casa. Claro.
La camarera apareció vistiendo el típico atuendo rosa con delantal que usan las que trabajan en cafeterías de paso. Me observó con sus ojos de un azul profundo y sonrió, no notó para nada raro el encontrarse a una adolescente de diecisiete años sola, casi en medio de la nada y a las once de la noche.
-Cortesía de la casa -Dijo al momento que servía café en la taza que tenía delante mío. Desde donde estaba podía sentir el agrio aroma y el vapor- ¿Ya decidiste qué pedir? -Preguntó.
Volví a ver el menú y opté por unos waffles.
Dejé mi cabeza caer sobre la barra cuando la mujer desapareció de mi vista y con los ojos recorrí el lugar.
Observando cada uno de los pequeños detalles navideños que estaban colocados, las guirnaldas y una cascada de luces fuera que tocaba una irritante y aguda melodía.
Recordé lo mucho que odiaba esas fechas.También revisé a los comensales que ahí estaban, una pareja en un asiento doble y uno que otro hombre en asientos solitarios. Un ambiente triste y sin vida.
Después de unos minutos mi orden llegó.
-Disculpe, señorita -Le hablé a la camarera, si iba a irme de la ciudad no podía ser a pie con el frío que hacía- ¿Conoce de alguien que pueda llevarme al otro lado del país?
Abrí el plástico desechable que guardaba la miel de maple y esparcí el contenido sobre los waffles sin mirar a la peli azul a los ojos. Esperando su respuesta, si es que tenía una.
-Escucha... -Rodé los ojos, seguramente me iba a lanzar un enorme sermón sobre el volver a casa, el espíritu navideño y la unidad de la familia, bla bla. Pero en lugar de eso continuó y la que se sintió mal después fui yo- El joven de la mesa cerca de la entrada, tiene un camión de entregas. Tiene que estar al otro lado del país en menos de un mes. Quizá pueda llevarte. Pero te advierto que es difícil de tratar.
Piqué la comida con el tenedor y comí a prisa. Bebí el café sin saborear y le agradecí. Saqué la billetera y dijo que de nuevo la casa pagaba mi cuenta. Me sentí agradecida.
Coloqué mi enorme mochila en el hombro y me encaminé hacia el sujeto que me había señalado antes. Volví a voltear con la camarera y ella solo asintió.
Seguí mi camino y me senté frente al moreno que me indicó.Con la mano derecha comía unos panqueques y con la izquierda sostenía un periódico. No notó mi presencia. Observé primero sus facciones, tampoco me iría con un malhechor que quisiera violarme.
No era para nada feo, más bien era atractivo. Piel pálida, cabello y ojos negros, con un peinado extraño que pareciera que no tuviera la necesidad de arreglarlo, pero se veía bien, demasiado por no decir más. Botas de nieve, aunque no nevada fuera, y un abrigo de cuero.-¡Hola! Soy Milk Ox -Extendí la mano buscando su atención. Cuando la obtuve sonreí- Me han dicho que vas al otro lado del país ¿Puedes llevarme?
Al decir esto giró sobre su hombro y fulminó con la mirada a la camarera que antes me atendió. Supe de inmediato que se conocían.
Quince minutos después de que le mintiera que era huérfana y estaba huyendo de la casa de adopción, lo seguía corriendo. Iba tras él, cargando mi pesada mochila mientras él ni se molestaba en ayudarme. Hasta que giró sobre sus talones y me fulminó con la mirada.
-¡Deja de seguirme! No te llevaré a ningún lado -Bufó.
Su aliento podía verse con el frío, yo simplemente me quedé observando sus bellos ojos apagados. Sujeté la manga de su abrigo cuando se alejaba, creyendo que lo dejaría en paz.
Supliqué. Me ignoró y caminó hacia un trailer azul con flamas rojas. Subió enfadado al asiento del conductor.Me apresuré y saltando llegué al asiento del copiloto, maldije mi pequeña estatura en ese momento.
Gritó que me bajara, yo quería vivir esa aventura.-Enséñame el mundo, Son Goku.
Dije con firmeza. Lo llamé por su nombre y no me lo había dicho, la mesera me lo dijo antes de que saliera de la cafetería.
Dejó caer su cara en el volante.
Suspiró.-No notarás que estoy aquí -Dije continuando. Usando mi mirada de persuasión.
-Abrocha tu cinturón y cállate -Exclamó.
Y le dio vuelta a la llave de la cual colgaba un peluche sin forma, logrando que los asientos vibraran y el camión ronroneara cuando el motor encendió.
Sonreí, rodó los ojos.-_-_-_-_-_-_-_-_-_-_
Nueva historia!
Espero y les guste. No olviden dejar comentarios votos y su apoyo!Imagen de portada, gracias a EltioBlack ❤
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Enséñame El Mundo «Gochi» [Completa]
Fiksi PenggemarSubí al asiento del copiloto con dificultad, me miró extraño, dijo que me bajara. En su lugar le dije que me enseñara el mundo. Y así lo hizo. -_-_-_-_-_-_-_-_-_- •Los personajes de esta historia no me pertenecen. •Universo Alterno. •Copias y adap...